Beatriz Montes, una de las pacientes oncológicas que participó en la protesta realizada este miércoles frente a la farmacia de Alto Costo de Los Ruices, contó que desde hace seis meses no consigue las quimioterapias, e indicó que está dependiendo de las donaciones que le hacen los familiares de personas con cáncer que ya fallecieron.

También en la sede del Seguro Social, en la parroquia Altagracia, un grupo de personas protestó durante tres horas por el colapso de las máquinas de diálisis en Caracas.

Caracas. Los pacientes oncológicos ya no saben a qué santo rezarle para que aparezcan las quimioterapias. Muchos, como Beatriz Montes, para poder seguir con vida dependen de las donaciones incluso de personas que ya fallecieron.

“Son personas que conocí mientras me hacía el tratamiento, que estaban conmigo en el hospital, que los traté muchas veces, y ahora cuento con lo que ellos dejan”, declaró Montes.

Suena irónico que la vida de esta mujer esté ligada al fallecimiento de otro. “Pero no me queda de otra, pues por enésima vez hoy [este miércoles 5 de abril] llamé a la farmacia de Alto Costo y me dijeron que no había el medicamento y no hay otra farmacia que lo tenga, tampoco puedo traerlo de afuera, pues no tengo los 7000 dólares que cuesta”.

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Además, pedir que alguien te lo traiga, cada 21 días, es un problema porque tiene que estar refrigerado y luego exponerse a que lo retengan en el aeropuerto.

Montes mostró angustia en sus declaraciones, mientras levantaba una pancarta donde expresaba que necesitaba los fármacos xeioda, herceptin, navelbine, onicid, “pues el cáncer no espera”.

La cola de pacientes se hacía y con la misma desaparecía. A todos les decían “no hay”.

Con sus manos entumecidas y con una carga de estrés producto del hecho de que desde hace seis meses no consigue el tratamiento, exigió respuesta de las autoridades. “Esta situación de angustia nos despierta las células cancerígenas”.

Como ella, otras mujeres, víctimas del cáncer de mama y que también se apostaron en las afueras de la farmacia, reclamaban la entrega de glucofage, enalapril, matilol y gaap.

Pero no solo las de cáncer de mama se hicieron sentir, también pacientes con metástasis en los pulmones, trasplantados y con anemia refractaria alzaron la voz en protesta por la escasez de los medicamentos oncológicos, que sobrepasa 85 %.

Cada 10 minutos, a la farmacia —cuyos estantes se veían vacíos— llegaban unos microbuses con más de 25 personas. Se bajaban en fila india y con el récipe en la mano preguntaban por el fármaco. “No hay”, “venga después”, “no lo tenemos”, es lo único que recibían como respuesta de parte de los vigilantes que ni se inmutaban por sus condiciones.

No tardaban ni dos minutos en la entrada y con la misma se subían a la camioneta que los regresaría a la estación del Metro Los Cortijos.

A los pacientes les decían a cada rato “no hay medicinas”.

En su manos, los récipes, los informes y las cajas de refrigeración para las quimios. Así como llegaban a la farmacia, se iban.

¿Y ahora cómo hago, si ya no tengo las ampollas?; se preguntó más de un paciente.

Reina Sánchez, de 69 años, llegó buscando la pastilla que debió tomarse hace una semana y no la encontró. “Vengo de Guarenas y la necesito con urgencia, ya voy para dos años y tres meses con el tratamiento y ahora tengo que interrumpirlo. Tampoco consigo las otras medicinas que me están mandando para la flacidez muscular”.

Con la misma respuesta salió Nancy García, quien llegó con su maleta desde el estado Aragua. “Estoy aquí casi que no respiro. Tengo metástasis en los pulmones y no hay las dosis que necesito. Pero claro, ni Maduro, ni Diosdado se están muriendo, porque van y se tratan en Cuba. En cambio nosotros vivimos en un peregrinaje. Quizá por esto que digo me ponen presa, pero esta es una cuestión angustiante y nosotros no tenemos dinero ni tiempo de sobra para traer esas medicinas de afuera”.

Maira Cárdenas, presidenta de la Asociación Conquistando la Vida, leyó un documento en el cual se plasman las gestiones hechas ante los organismos competentes y sus exigencias para la entrega de los tratamientos.

Las mujeres solidarias no pudieron reprimir las emociones.

Indicó que según cifras de la Sociedad Venezolana de Oncología y el Centro de Estadísticas y Matemática Aplicada de la Universidad Simón Bolívar (USB) existen en el país 5063 mujeres con cáncer de mama y 2067 han fallecido.

Ese documento, dirigido a Carlos Rotondaro, presidente del IVSS, pretendieron entregarlo a la gerente de la farmacia, pero el vigilante les dijo que no podía dejarlas pasar, pues él no iba a perder sus 32 años de servicio porque ellas no tienen medicinas.

Casi sin fuerzas, los pacientes insistieron hasta que dejaron pasar a una comisión.

Con los riñones colapsados

Y mientras estos pacientes elevaban el grito de auxilio, en la sede del Seguro Social, en la parroquia Altagracia, tomaban el turno los enfermos renales, quienes protestaron por más de tres horas para exigir los insumos necesarios para su tratamiento de diálisis, que les deben aplicar cada dos días.

“Esto es un asunto de muerte”, dijo Gustavo Antillano, quien sufre de los riñones desde hace seis años.

Junto con sus familiares, los pacientes de ambos sexos y de cualquier edad, trancaron las calles con pancartas en mano y con la consigna “queremos vivir, queremos respuesta”.

Los pacientes renales protestaron durante tres horas.

El pasado martes, Antillano cumplió su diálisis en un centro asistencial que hay dentro del centro comercial Propatria. Este miércoles, aunque un poco débil, se fue a la calle a protestar y estimó que mañana cuando vaya de nuevo a realizarse su tratamiento, no sabe si estarán los insumos necesarios.

“Todos los que estamos aquí vivimos con esa incertidumbre. Las máquinas sí sirven, pero necesitamos un filtro que es el que hace la función de nuestros riñones y ese se usa y se bota. Es uno para cada paciente”, informó el hombre que utilizaba una gorra, para evitar el sol, pero sus brazos tenían un color amarillento, producto de la enfermedad.

Reclaman sus diálisis semanales.

En la protesta había pacientes de tres de las unidades de diálisis que hay en Caracas, y dijeron que en ninguna existen los insumos suficientes para atenderlos a todos.

“Hoy estoy aquí y mañana no sé. Hoy estamos aquí los que nos sentimos bien, pero hay muchos que están en una cama, o que les tocaba su diálisis hoy y no pudieron asistir”, comentó una mujer que es familiar de un paciente con esta patología.

“Llamado urgente al presidente del IVSS, Carlos Rotondaro”, se leía en una de las pancartas que sostenían mujeres con tapabocas. A las 12:00 m. una comisión conformada por tres pacientes —uno por cada unidad de diálisis presente— lograron entrar al edificio del organismo del Estado para entregar una carta en donde explicaban la problemática.

Reclaman la rehabilitación de las máquinas de diálisis.

Mientras los miembros de la comisión esperaban, una señora en silla de ruedas y sin una pierna dijo que ya no aguanta la situación porque ha llegado a estar varios días sin su tratamiento.

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“Es muy difícil lo que vivimos y nadie nos da respuesta. La gente del IVSS sabe que estamos aquí desde temprano y no bajan ni a darnos la cara. No han salido”, expresó la mujer de la tercera edad.

Hace dos días, Codevida solicitó una reunión con el presidente del Seguro Social. Todavía espera respuesta.

Fotos: Francisco Bruzco


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