Los menús están llegando fríos, a destiempo y con raciones disminuidas. A veces a los envases se cuelan las chiripas. La guinda del pastel fue un gusano que salió hace poco de una de las bandejas enviadas desde el Vargas.
Caracas. Hace casi un mes fue cerrada la cocina del hospital J. M de Los Ríos. La razón: la infraestructura estaba por el piso debido a las severas filtraciones. Además la insalubridad era el plato fuerte en ese departamento.
Ahora la comida para los pacientes y familiares está llegando directo del hospital José María Vargas, ubicado en la parroquia Altagracia. Sin embargo, las quejas por el mal servicio son una constante.
Tela para cortar
La doctora Belén Arteaga, jefa del Servicio de Nefrología, dijo que durante la visita realizada por el Defensor del Pueblo, Tarek William Saab, el pasado 7 de julio, le hablaron de las dificultades para garantizar el plan dietético y este se comprometió a solventar esas fallas de la cocina a corto plazo.
En aquel entonces dijo que se articuló con el hospital Vargas para que ahí se prepararan los alimentos tanto para pacientes como para familiares.
Se trata de una cooperación temporal mientras se terminan los trabajos de remodelación. William Saab señaló además que conocía las denuncias en cuanto a las deficiencias en las cantidades y calidad de los rubros distribuidos por enfermo.
Y ahora gusanos
No obstante, del discurso al hecho “hay mucho trecho” como dicen en el argot popular, pues los problemas siguen estando a la orden del día y las madres de los pacientes están cual plancha ‘e chino.
“Ahora la comida la traen de otro hospital y es una verdadera calamidad, si no llega fría, está en mal estado e incluso nos hemos sorprendido tanto porque hasta llega con gusanos”, contó Evelyn, una de madres asiduas al J. M de Los Ríos, quien pidió que usaran ese nombre por seguridad.
La mujer contó que el pasado jueves 14 no le tocó quedarse en ese puesto asistencial, pero destacó que se generó mucha alarma entre las mamás que vieron un parásito saliendo de las verduras de uno de los platos enviados desde el Vargas. “Muchos de los familiares no tenemos dinero para comprar comida en la calle y contamos con lo que nos dan mientras tenemos a los niños internados, pero ya estamos cansadas de buscar medicamentos y a esto le sumamos el problema con la comida”, acotó.
Este evento (que salga algún animal en la comida), según la doctora Arteaga no es nada nuevo. Ya se han reportado chiripas en los platos, comida descompuesta y en el menor de los casos, los alimentos llegan fríos y con las raciones muy disminuidas.
“Lo nuevo es que ahora le tocó al Servicio de Nefrología, donde hay 10 niños hospitalizados. En todo el hospital está ocurriendo eso y ya lo habíamos conversado todos los jefes de servicio. Incluso la directora, Mayra Oviedo, atendió nuestras denuncias y las llevó a una reunión que se realizó en el Vargas el día 12. Pero a los dos días salió el gusano en la comida”.
Relató que los insumos para la elaboración del régimen dietético son del J. M de Los Ríos y lo que se hace en el Vargas es la manipulación y elaboración de las dosis diarias. “Luego de prepararlas son envasadas y trasladadas. Tal vez por eso llegan fuera de horario y quizá por la forma en la que van envasados se dañan y llegan descompuestas. Esos son alimentos que deben ser elaborados y distribuidos inmediatamente”, señaló.
En cuanto al resto de las fallas en la infraestructura del J. M de Los Ríos, el director de Salud del Distrito Capital, Earle Siso, luego de las recientes protestas y reuniones con el personal de salud de este puesto asistencial, señaló que la operatividad del hospital se ubica en 40 %. Mientras que el Defensor indicó que han visto avances: “Obviamente tenemos un camino aún por recorrer, pero quiero destacar que se promovió la reconstrucción de algunas áreas como los quirófanos, la reparación de los aires acondicionados, el abastecimiento de insumos médicos. Y eso se logró en un tiempo oportuno con apoyo del Ministerio de la Salud”, sentenció.
Fotos: Angeliana Escalona
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