El Prepósito General de la Compañía de Jesús dijo que el hecho de que no haya calendario electoral es uno de los síntomas más graves de la falta de soberanía ciudadana.
Caracas. El Prepósito General de la Compañía de Jesús, padre Arturo Sosa SJ, se encuentra de visita en Venezuela y la mañana de este jueves ofreció una rueda de prensa donde abordó puntos importantes, como el diálogo y la crisis que afecta a los sectores de economía, alimentación, salud e inseguridad en el país. “Es la crisis más grande que estamos viviendo y hay que hacer algo para que se alivie el sufrimiento de tanta gente. Hay maneras para lograrlo con la posición ideológica que tengamos”, expresó.
Indicó que en Venezuela no hay democracia porque no se toma en cuenta al pueblo y no se han adoptado medidas para su beneficio, sino que, al contrario, se sirven de la gente. Además, sostuvo que la falta del calendario electoral es uno de los síntomas más graves del irrespeto a la soberanía ciudadana.
“No es propio de la democracia tener presos políticos y ojalá tuviéramos una Navidad sin presos políticos y con caminos comunes para solucionar los problemas”, agregó el nuevo Papa Negro, añadiendo que aplaude el esfuerzo del Papa Francisco por crear canales para que los venezolanos puedan hablar.
Sosa —quien fue electo Prepósito General el pasado 14 de octubre— señaló que hasta el momento no ha tenido cercanía con líderes políticos porque considera que no ha sido su trabajo.
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El diálogo debe incluir a los afectados
Destacó que el diálogo que hubo entre la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) y el Gobierno durante el último trimestre del año, es uno de los ingredientes necesarios para que se logre la democracia:
“La política se hace del diálogo, es un instrumento importantísimo para la democracia. No todos estos procesos son exitosos, a veces confundimos las expectativas con las posibilidades y además tiene muchas facetas: una de ellas es reconocernos los unos a los otros. La única manera de callar el diálogo es la guerra y eso no es lo que va a pasar ni queremos para Venezuela”.
A su juicio, para que el proceso tuviera éxito debían sentarse con los principales afectados: el pueblo, que sufre la escasez de medicinas, alimentos, la crisis económica, y por la inseguridad. Recordó que el diálogo en Colombia [con las FARC] no fue fácil pero el punto de flexión fue cuando incluyeron a las víctimas.
“El balance social de Venezuela es muy dramático, es angustiante y no puede ser indiferente para ningún sector”, sentenció.
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