Con pañitos calientes afrontan la crisis eléctrica

El Gobierno estableció un plan de 60 días que decreta que todos los viernes de abril y mayo como días no laborales para los empleados públicos y ordena bajar el consumo en las empresas básicas.

Mayela Armas/@mayearmas 

Caracas. Como vaya viniendo vamos viendo. Así está el Gobierno frente a la crisis eléctrica que se agudiza por el descenso en el nivel de agua del embalse de Guri. Esta semana el Presidente de Nicolás Maduro anunció un plan de 60 días que para los analistas es un pañito caliente.

El pasado miércoles el jefe de Estado pidió colaboración a los venezolanos para que asuman el programa de ahorro de energía eléctrica, que se aplicará entre abril y mayo, a fin de “poder pasar el momento más difícil, de mayor riesgo”.

La primera de las acciones fue decretar todos los viernes de abril y mayo como no laborables para los empleados públicos cuando ya en el sector público los trabajadores estaban laborando medio día.

La normativa que fue publicada en la Gaceta Oficial del 7 de abril detalla que la medida no aplicará para las empresas del sector alimentos (producción, distribución y comercialización) y tampoco para el transporte de agua, químicos, medicinas, combustible, valores y materiales de construcción de la Gran Misión Vivienda Venezuela.

De acuerdo con lo previsto en la Ley Orgánica del Trabajo, a los empleados no se les podrá descontar el día.

Ya en marzo fueron no laborales el 21, 22 y 23, pero esa orden, según el viceministro de energía eléctrica, Freddy Brito, no tuvo el impacto esperado. Sin embargo, el jefe de Estado aseguró que “hubo un ahorro de 400 megavatios y detuvo el descenso en 22 centímetros en los embalses”.

Para el experto eléctrico, José Aguilar, esta medida es tardía, “no tiene suficiente poder correctivo para la crítica situación. Si se pensaba hacer, debió hacerse hace mucho tiempo atrás, y tal vez algo se hubiera podido ahorrar”.

La cota del embalse de Guri ha seguido bajando y el último dato fue de 243,94 metros sobre el nivel del mar. El nivel mínimo de operación es de 240 metros y de llegar a ese límite los venezolanos tendrán que pasar más horas sin luz. Ya en el interior hay un fuerte racionamiento.

Aunado a los días no laborales, el primer mandatario instó al ahorro de electricidad en los hogares, porque el consumo es alto. Y en ese contexto, solicitó graduar los aires acondicionados y los calentadores, además de optimizar el uso de lavadoras, secadoras y planchas.

Durante la alocución, pidió colaboración y agregó que por ahora se ha negado a subir las tarifas eléctricas. José Aguilar indica que ese ahorro residencial “son pañitos de agua tibia”.

Desde 2009 el sector eléctrico enfrenta una crisis que se ha extendido. Y aunque durante las etapas de emergencia se anunció la instalación de plantas para la generación de energía termoeléctrica, la realidad es que muchas unidades no operan en su totalidad, y con la sequía los problemas son mayores. Analistas apuntan que el sistema ha carecido de planificación.

Aguilar dice que “la sequía arrancó en mayo 2014, de manera que el abuso acumulado de Guri lleva 23 meses, período en el cual se le sacaron al embalse más de 15.000 gigavatios, que debieron ser producidos por el parque térmico de generación, de manera que es ingenuo pensar que en las últimas semanas podamos obtener suficiente poder de corrección con estas medidas”.

El plan de 60 días también incluye acciones que ya fueron aplicadas en 2010 como la autogeneración de energía y el recorte en las empresas básicas de Guayana.

Maduro anunció que los grandes consumidores de energía públicos y privados deberán autogenerar nueve horas al día de electricidad y manifestó que “los inspectores eléctricos, junto a los funcionarios de la Fuerza Armada Nacional, deben garantizar la ampliación de la autogeneración de los grandes usuarios”.

Añadió que las industrias básicas de mayor consumo, “deben cumplir el horario especial de autogeneración y garantizar la reducción del 20% del consumo eléctrico”. Ya antes de esta medida, las empresas del Estado estaban operando a un tercio de su capacidad.

José Aguilar comentó que “la carga normal de las empresas básicas era de 1.800 megavatios y 20% representa 360 megavatios, pero ya esas industrias están muy disminuidas”.

Foto: Cheché Díaz


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