Para los caraqueños ajuste en los precios de productos regulados no disminuye la escasez

Las personas consideran que el valor de los productos regulados es un espejismo porque nunca se consiguen y reconocen que los controles, lejos de ayudar, empeoran el abastecimiento.

Caracas. “Todo está por las nubes, el aumento del salario se lo comió la inflación y los precios justos no existen porque los productos no se consiguen”, relató Vilma González mientras hacía una cola en Catia para poder comprar un kilo de harina pan.

González vive en el Federico Quiroz de Catia, trabaja como aseadora y sus ingresos no son constantes, porque si no trabaja no le pagan, considera que “el control en los precios genera un caos y al final cuando se consigue la comida es mucho más cara”.

En mayo, la Superintendencia de Precios Justos (Sundde) aprobó ajustes de precios a algunos productos regulados como leche, pollo, harina precocida de maíz, pañales, papel higiénico, jabón, crema dental y toallas sanitarias que no se revisaban desde hace dos años. Con esta medida se tenía la esperanza de abastecer los anaqueles, sin embargo, el panorama es el mismo: largas colas y desabastecimiento en gran parte del país. Los incrementos no cubren los costos de producción de los artículos, según los empresarios, quienes han señalado que la medida llega de manera tardía debido a que no hay materia prima por la restricción en la entrega de dólares.

“Los colectivos y los bachaqueros se apoderan de las colas y si queda comida es que se lo venden a la gente. Deseamos que todo esto se acabe. A veces los policías ordenan las colas y otras veces hacen todo lo contrario y se llevan los productos”, contó González.

Hay quienes abandonaron la atención de sus hogares para hacer colas de hasta ocho horas con la esperanza de poder comprar algo de comida. “Llegamos desde la madrugada a la espera del camión que no sabemos si vendrá o si cuando estemos en la punta de la cola alcanzará lo que vendan”, dijo Denise Farías, ama de casa y residente de Catia.

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Hay quienes están dispuestos a permanecer en las colas por largo tiempo.

Farías dijo que la presencia de los cuerpos de seguridad en las cercanías de algunos locales es beneficiosa porque “los bachaqueros se asustan con los guardias y migran de las zonas”, igualmente, a su juicio “los controles en cierta parte son buenos, lo malo es que al Gobierno se le va de las manos y lo convierte en un desastre que pagamos todos”.

Los caraqueños están conscientes de que “se tienen que aumentar los precios, pero lo malo es que el sueldo no nos alcanza ni para medio comer por culpa de la inflación y no de ninguna guerra económica como lo pretenden hacer ver”, manifestó Graciela Sierra, que labora como enfermera y vive en Pérez Bonalde.

De acuerdo con Sierra “se ha degradado tanto a la persona que ahora nos tratan como un lote, nos creen un número. La población está desesperada buscando cómo alimentar a sus familias, nos hemos vuelto hostiles, por eso la violencia llega a las colas cuando la comida no alcanza”.

Mario Azuaje trabaja como personal de seguridad en un canal de televisión, y es vecino de Los Símbolos, cuenta que cuando no encuentra los productos, los cambia por alimentos como la yuca, el plátano o por otros vegetales que también se han puesto muy caros. “A veces hago trueques con familiares y amigos”.

La realidad se vive desde diferentes ángulos: los que están dispuestos a permanecer en las colas por largo tiempo; los que no tienen posibilidad de hacerlo porque deben cumplir con sus compromisos laborales y un tercer grupo que optó por cambiar los hábitos alimenticios. Sin embargo, todos coinciden en la necesidad de solucionar la problemática que afecta a toda la población sin ningún tipo de distingo.

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Más revisiones

La Sundde nuevamente publicó la providencia con los incrementos de precios de algunos artículos de higiene personal por “error material”. Pero la nueva norma revela más aumentos en varios rubros.

La “corrección” implicó un encarecimiento de las toallas sanitarias. En la anterior providencia, un paquete de 100 unidades tenía un costo máximo de 462 bolívares, ahora es 751 bolívares. Situación similar se registra con el papel higiénico y, por ejemplo, el paquete de 12 rollos con 600 cuesta 862 bolívares, antes estaba en 846 bolívares.

Solo en los pañales los precios bajaron levemente.

Fotos: Angeliana Escalona


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