Para Vimarest Díaz el gol es como música para sus oídos

La atacante nativa de Guarenas pone el toque sonoro en la Vinotinto femenina Sub 20 luego de haber formado parte del Sistema de Orquestas Juveniles

Cristóbal Naranjo/@cristobnaranjo

Caracas. Vimarest Díaz (Guatire, 16 de noviembre 1996) encuentra una relación estrecha entre el fútbol y la música. Y lo dice con conocimiento de causa, pues apenas a los cinco años se inició como corista y luego tocando el violín en el Sistema de Orquestas Juveniles de la comunidad de Guarenas, donde reside en el sector Guacarapa, junto a su madre y su perrito Haku.

A Díaz el amor por el balón la llevó a abandonar los estudios musicales a los 11 años, al menos de manera formal porque- según cuenta- mantiene el gusto por experimentar con el piano, la guitarra y hasta el cuatro, instrumento que tocó hasta el cansancio en la concentración de la Vinotinto femenina Sub 20, una de las dos selecciones clasificadas por Suramérica al Mundial de este año en Papúa- Nueva Guinea.

“El fútbol al igual que la música fomenta muchos valores como la responsabilidad,  la dedicación y el trabajo en equipo”, señala la joven autora del tanto de la victoria 2-1 ante Colombia que le dio la clasificación y el subcampeonato a Venezuela en el Suramericano celebrado en Brasil entre noviembre y diciembre del año pasado.

“Ese gol fue el más importante que he anotado en mi carrera. Vino de un tiro de esquina desde la izquierda que cobró Idalys Pérez al primer palo donde yo estaba ubicada. La defensora de Colombia estaba mal colocada y logré meterla para conseguir la remontada en el último partido”, recuerda Díaz.

Esa todavía incipiente carrera, Díaz la inició organizadamente a los 16 años cuando fichó con el Atlético Santiago en Guarenas, si bien desde los ocho años solía “caimanear” en la calle. Su actuación en el equipo mirandino le valió un llamado al combinado nacional juvenil, pero no quedó en el grupo que jugó las clasificatorias a la Copa del Mundo de la categoría en 2014.

La revancha

En el torneo finalizado hace poco más de un mes en suelo brasileño, Vimarest tuvo su revancha y luego de participar en módulos de trabajo con el bando vinotinto entró en la lista de 22 futbolistas del entrenador José Catoya, integrada por varias jugadoras con experiencia mundialista en Sub 17.

“En parte fue más fácil la clasificación porque muchas de las jugadoras sabían lo que era participar en un Suramericano, cómo enfrentarlo y cómo afrontar los partidos. Había futbolistas como yo que no tenían ninguna experiencia internacional en torneos de FIFA, pero se logró un equipo muy compacto. Las de mayor experiencia hablaban mucho con nosotras y así conseguimos el objetivo”, apunta la delantera, quien atribuye el buen engranaje de las chamas en el campo a la excelente relación con el director técnico.

“Catoya siempre se preocupa por nosotras y nuestro bienestar. Le gusta que el cuerpo técnico y las jugadoras estén en armonía y cada vez que teníamos un descontento hablaba con nosotras para buscarle alguna solución. No es de esos técnicos que en todo se hace lo que ellos dicen y no puedes expresar una idea”, resalta la camiseta 16, que espera en los próximos meses poder prepararse correctamente junto al resto de sus compañeras -Federación Venezolana de Fútbol mediante- para hacer un buen papel en el Mundial que se disputará en noviembre.

Panas y primos en Guarenas

Lejos de la cancha, Vimarest lleva una vida bastante tranquila que compagina con los entrenamientos del equipo femenino de la Universidad Central de Venezuela y los estudios de la carrera de Derecho en la Universidad Santa María, donde cursa el segundo semestre. En Guarenas creció en la casa de sus abuelos- hoy fallecidos- y asegura siempre haber contado no solo con el apoyo de su familia, sino también con el respaldo de los vecinos de la comunidad. No tiene hermanos, pero sí muchos primos, que se criaron con ella y- en sus palabras- evitan que le haga falta esa relación fraternal.

Foto: Carlos “Tato” Celis


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