Solo el sector educativo cerró sus puertas y el tráfico disminuyó. La actividad comercial se mantuvo como cualquier otro viernes pese al llamado de la oposición.

Maracaibo. El llamado a paro cívico de 12 horas de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) solo llegó a un pequeño segmento de la población zuliana. A pesar de la expectativa, en el casco central de la ciudad el comercio formal e informal se desenvolvía con regularidad.

El contraste era evidente en ciertas zonas. En centros comerciales ubicados en la avenida Delicias había empresas con las santamarías abajo, al mismo tiempo en el que sus vecinos inmediatos hacían resaltar el aviso que indicaba que estaban abiertos al público. Este último fue el caso más predominante en Maracaibo.

Gilberto Gudiño Millán, presidente de la Unión Empresarial del Comercio y los Servicios del Estado Zulia (UCEZ) precisó que solo 30 % del sector acató la huelga. “Esto es evidencia de que estamos plegados al rescate del hilo constitucional y la activación del referéndum revocatorio. El otro 70 % es responsable con sus trabajadores porque hoy es pago de nómina”, dijo cerca de las 11 de la mañana. Explicó que 40 % de los trabajadores no habían asistido a laborar aunque los negocios tuvieran la santamaría arriba.

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30% de los comercios acataron el paro, reporta la Ucez

Tráfico moderado

A pesar de esto, el tráfico en las arterias viales más importantes era moderado. Solo en las universidades privadas, que decidieron suspender las clases sumándose a la protesta de la oposición venezolana, no había un alma. Lo mismo pasó en ciertos planteles privados, en los que se registró asistencia 0 en sus aulas.

El 72 % del sector transporte operó con normalidad luego de que Erasmo Alián, presidente de la Central Única de Trabajadores de Transporte del estado Zulia reiterara su convocatoria a funcionar con regularidad, un factor que animó a gran parte de los trabajadores a acudir a sus oficinas.

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El centro de Maracaibo mantuvo sus operaciones con regularidad

Cristina Aparicio, analista de pólizas, fue a trabajar como cualquier otro viernes: “No iba a perder un día de trabajo en vano. La única manera era que se parara el transporte y se me hiciese imposible llegar al trabajo”. Llegó temprano a su sitio de empleo en carrito por puesto. En el vehículo, todos se mantenían en desasosiego por lo que pudiese ocurrir en el día, pero la jornada mantuvo su curso normal.

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“Yo me muevo en buses y el transporte estaba como peligrando. El único que me deja cerca de mi casa no me sabía dar respuesta. Pensé que el día iba a estar más solo, pero no, las calles están como cualquier día”, asegura Virginia Méndez, quien trabaja en atención al público en un café de la ciudad. Su jefa le ofreció el día libre a todos los empleados para unirse a la huelga, pero salió a hacer una diligencia personal.

“Desde mi punto de vista con un paro de 12 horas no se hace nada. A las 6:00 se acababa todo ¿y después qué? Todos se van a las fiestas de Halloween”, argumenta la joven de 22 años. Explica que ya no confía en los dirigentes de la MUD ni en las salidas institucionales. “Yo de verdad siento que la salida está en el aeropuerto, ya estoy demasiado desanimada. A menos que pase algo como las protestas de 2014, no creo que pase nada, y no todos se arriesgan”.

Fotos Cortesía


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