Lejos de significar cortar los lazos con Venezuela, muchos de los que se van del país se mantienen involucrados con lo que ocurre en la tierra natal. Desde hace años, y en particular ahora, muchos partidos de la oposición han ido estableciendo fuera de las fronteras un grupo de células en las que agrupar a todos aquellos que aún respiran y sienten la política criolla.

Caracas. Antonio de Nisco nació en Caracas y tenía apenas 19 años de edad cuando, en el año 2010, puso en pausa sus estudios de Ciencias Políticas en la Universidad Central de Venezuela (UCV) y abordó un avión rumbo a Italia.

La decisión de irse fue en un contexto totalmente distinto al de la ola de migrantes que en los últimos años ha dejado el país huyendo de una crisis económica. A De Nisco su padre lo convenció para que terminara sus estudios en Europa y luego regresara a Venezuela. Eso último no ocurrió: la situación del país se deterioró de forma continua y Antonio no volvió a la nación.

Fue en la UCV que tuvo su primer acercamiento a la políticaempecé, que se involucró con el movimiento estudiantil, y que comenzó a conocer a políticos de profesión, pero al emigrar, todo eso quedó en pausa, como él mismo recuerda.

La decisión de irme fue una decisión que tomé porque mi hermano ya se había ido fijo a Italia. Mis padres iban y venían. Mi padre me dijo que me fuera a estudiar, que él me costeaba los estudios, yo acepté y lo vi como una experiencia. Pensé que luego regresaría a Venezuela, cosa que no se pudo hacer, explica el joven de ahora 27 años.

Mientras estaba en Italia la conflictividad política se volvió a disparar y De Nisco tuvo la oportunidad de reinsertarse en la política venezolana, solo que esta vez desde el extranjero.

En el 2013, estando en Italia volvieron las protestas y llegó la oportunidad de unificar el Comando Simón Bolívar para la campaña presidencial de Henrique Capriles. Ahí conocí gente y me involucré. Más adelante conocí a un chamo que era concejal de Petare y era de Voluntad Popular (VP) internacional. A mí me gusta el proyecto de Leopoldo [López] y el de VP. No lo dudé y empecé con unas señoras a estructurar y a adelantar lo que iba a ser la organización del partido en Italia, narró.

El ahora miembro de VP Italia dice que, una vez retomó la política desde fuera de Venezuela, sintió que estaba poniendo “su granito de arena” para lo que definió como la lucha por la democracia del país, algo que mantiene hasta el día de hoy.

Uno cuando se va siente que se le prende la vena nacionalista, que vas a algo nuevo, eres tú el que debe encajar y no siempre eres recibido con las manos abiertas. La forma de resguardarte y no sentirte tan fuera de lugar es agarrar tus valores democráticos y aferrarte, dice.

Explica que estando desde el 2013 en Europa, ha visto cómo poco a poco las necesidades de los venezolanos que llegan al país han ido cambiando, desde los primeros que eran estudiantes y cuya mayor preocupación era la falta de divisas por Cadivi, hasta la actualidad, en la que, asegura, ha visto llegar a personas con niños en invierno sin ropa contra el frío, a otros los ha visto pisar suelo italiano “con apenas 5 euros en el bolsillo”.

Al principio el trabajo acá era uno de denuncia, porque la maquinaria de propaganda chavista era inmensa. Tenían demasiadas organizaciones compradas, por eso decidimos iniciar con un trabajo de contrapropaganda. De ahí fuimos avanzando con ONG para ayudar a la gente, a estudiantes, para promover la cultura, comentó.

Más allá de solucionar los problemas de sus compatriotas en otro país, los partidos tienen otro reto que es igual de importante y que es lo que los define: hacer política venezolana desde el exilio.

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Necesidades siempre cambiantes

Comida, medicinas y hasta la identidad. Esos son algunos de los problemas que quienes abandonan Venezuela deben afrontar al pisar territorio extranjero y es por eso que los partidos y organizaciones políticas han entendido que antes de siquiera pensar en la política como tal, lo primero es tender una mano a quienes la necesitan.

Vente Venezuela (VV) es una organización política que legalmente no se ha constituido como un partido en Venezuela, país donde no está entre los más grandes. Sin embargo, en el extranjero cuenta con una presencia bastante importante.

Carlos Julio Romero es el coordinador internacional de VV y recuerda la diferencia de intentar buscar o reclutar simpatizantes fuera del país.

Cuando María Corina Machado empezó a viajar fue de las primeras que empezó a reunirse con la diáspora como tal, empezamos a contactarnos con ellos para organizarnos con los venezolanos que están haciendo vida en el extranjero. Eso fue hace 4 años, sin importar el número de personas, fuesen 20 o 300, María Corina siempre se reunía con ellos y así empezamos a captarlos.  Hoy en día ha cambiado desde dos puntos de vista: la gente nos conoce y es más fácil proponer la organización de VV en el extranjero, pero ha cambiado porque también hay militantes que se va del país y quiere seguir siendo de Vente, explicó Romero.

El político explicó que aunque en un principio el crecimiento de Vente fuera de Venezuela fue modesto, la actual migración ha disparado su militancia -aunque no quiso dar cifras-, pero también ha disparado los problemas que deben ser atendidos.  “El volumen ha cambiado y se ha modificado un poco el tema de las necesidades que existe de los venezolanos que llegan a los países”, señaló

Romero comenta que quizás el principal inconveniente que tienen quienes emigran desde Venezuela es, curiosamente la identidad, ya que se trata de una situación que obligatoriamente requiere de la atención del gobierno venezolano, algo que no se tiene.

“Una de las cosas más graves es la de la identidad. La mayoría de la gente ha querido irse lo más ordenado posible, pero ya hay mucha gente que se ha querido ir y tiene problemas con los documentos. Uno de los problemas es que para renovar la residencia legal necesitas un documento de identidad legal y no se están renovando”, dijo.

El coordinador internacional explica que entonces los partidos políticos juegan un rol significativo, uno de enlace entre las organizaciones no gubernamentales, los organismos internacionales y, quizás más importante aún, las instituciones de los países a donde los venezolanos están emigrando.

“El volumen de migrantes sobrepasa a cualquier partido que esté afuera y lo que hace nuestro equipo es trabajar con las autoridades para ayudar a los venezolanos. Te doy un ejemplo: nuestro equipo en Las Islas Canarias (España) ha trabajado con las autoridades sobre el tema de las pensiones, se ha trabajado para permitir que los venezolanos tengan acceso al sistema de salud”, explicó el político que a su vez manifestó que la complicación es que son varios los países receptores de migrantes y que cada uno tiene su particularidad.

“Mientras en España estamos con el sistema de salud, en Argentina se promueven iniciativas para que el gobierno argentino les permita a los venezolanos tener pasaportes temporales para poder moverse por emergencias. Muchos a veces tienen que regresar a Venezuela por algún tipo de complicación para luego retornar a Argentina”, indicó.

Estructuras más complejas en más países

Antonio De Nisco explica que Voluntad Popular es un partido que cuenta con representación en todo el continente americano y en diversos países de Europa (principalmente España e Italia). Por su parte, Carlos Romero dice que Vente Venezuela tiene equipos formalmente constituidos en más de 27 países y simpatizantes en “muchos otros”, con su foro en Estados Unidos, Colombia, Perú, Ecuador y Argentina. Ambos son reflejo de lo que es la realidad de la migración venezolana, una que es tan grande como dispersa y que exige a los partidos adecuarse.

Ivlev Silva es el coordinador juvenil de Acción Democrática, uno de los partidos de mayor antigüedad y tradición en Venezuela, y uno de los que está creando constantemente nuevos niveles de representación fuera del país.

Los adecos se organizan fuera de las fronteras a través de Comités Ejecutivos, teniendo dos como los más grandes y organizados: el de Florida en los Estados Unidos y el de Madrid en España. Silva explica que aunque solo se cuentan con esos dos totalmente listos, hay otros que se están constituyendo.

“Con respecto a la migración, tenemos muchos jóvenes, miembros de la juventud adeca que poco a poco se están organizando en Argentina, Colombia, Perú, Chile y otros países”, señaló y dijo que la meta es que estos sean como los de La Florida y Madrid, ramas del “partido propiamente establecidos”.

AD realiza las mismas labores de apoyo al emigrante fuera de Venezuela, Ivlev lo explica, pero recuerda que existe además otro trabajo, el de seguir con la línea política venezolana en suelo extranjero.

“Se busca poder ayudar a todos los hermanos que están en el extranjero, por ejemplo hacemos recolecta de ropa y se habla con ciudadanos para que se hagan donaciones a los más desprotegidos. Muchos se van sin mayores recursos, por eso coordinados con las ONG para buscar cómo ayudarlos”, puntualizó.

Como prueba de lo que es la continuación o extensión de la línea de acción de la oposición fuera de Venezuela, Silva dio como ejemplo dos fechas: el 16 de julio del 2017, fecha de una consulta adelantada por la oposición venezolana y, más recientemente, el 20 de mayo, cuando se llevó a cabo las cuestionadas elecciones presidenciales en las que Nicolás Maduro se impuso como vencedor.

“Nosotros siempre estamos haciendo contactos con otros partidos, tanto de Venezuela como de los países en los que tenemos presencia. Hacemos acuerdos para hacer manifestaciones y hacernos oír. El 20 de mayo toda la diáspora hizo una gran manifestación en el mundo en contra del fraude electoral y, en Argentina, protestamos frente a la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires”, explicó.

Para AD, VP, VV, y otros partidos políticos, la presencia en el extranjero cobra cada vez mayor importancia, ya que mientras que la política se hace cada vez más difícil en Venezuela, en el extranjero cobra mayor importancia.

Según estimaciones de la Asamblea Nacional, fuera de Venezuela hay poco más de 2 millones de venezolanos que en un futuro regularizarán su situación de residencia y podrán votar en elecciones venezolanas, motivo por el que las organizaciones quieren y necesitan tener una fuerte presencia. Hacer política en Venezuela cuenta con sus complicaciones como en cualquier parte del. Sin embargo, los partidos venezolanos ahora deben adaptarse a la realidad que, sea como sea, la política venezolana también se hace fuera del país.

Foto: Cortesía


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