Paola Jauregui se hizo cargo de su sobrina, luego de que la niña presenciara el homicidio de su madre. Buscó ayuda psicológica y cree que eso ayudó a la pequeña a llevar una vida normal.
Yohana Marra/@yohanamarra
Caracas. Desde que su sobrina presenció el asesinato de su hermana, Paola Jauregui, se hizo cargo de ella. La pequeña tenía solo cuatro años, pero recuerda que el hombre que mató a su mamá luego se disparó en la cabeza y se pregunta por qué quedó vivo.
Han pasado casi tres años del homicidio de Kerly Victoria Jauregui. Su expareja le dio siete disparos dentro de su casa, en el barrio El Obispo, de El Guarataro, y luego ultimó a su hermano Jorge Enrique Jauregui.
Paola no ha podido llorar la muerte de su hermana menor, se enfocó en buscar ayuda psicológica para su sobrinita, quien ya tiene siete años y es como su hija, pues vive con ella y tiene su tutela.
“Cuando mi hermana cumplió dos años de muerta fue que lloré. Pero no he querido que la niña me vea llorando”, soltó con los ojos completamente llenos de lágrimas, aunque su fortaleza dejó caer pocas en su rostro.
A la pequeña nunca le han ocultado las cosas y la familia intenta que los recuerdos de su madre sean muy bonitos y jamás relacionados con lo que pasó. Igual sucede en la escuela, donde Paola habló con las maestras para que no la trataran con lástima por no tener mamá ni papá, pues aunque él vive no se hizo cargo de su hija.
“Pedí que no la trataran diferente en el colegio porque le mataron a su mamá. Si la niña me habla de ella, lo hablamos, pero no le saco el tema. Se acuerda de lo que pasó, hace poco me preguntó por su mamá, nunca le he ocultado nada, pero tampoco se lo recuerdo a cada rato. No me gusta que la vean como ‘pobrecita’”.
Paola era la tía más apegada a la chiquita, ya que Kerly tenía 17 años cuando salió embarazada y por eso sintió la necesidad de ayudar a su hermana menor. Cree que esto fue una ventaja para que su sobrina se adaptara rápido a vivir con ella, aunque al principio no fue fácil para ninguna de las dos.
“Una vez la regañé, se puso brava y me dijo que yo era mala, y que por qué se tuvo que morir su mamá. Yo no tengo hijos y fue un doble shock, fueron muchas cosas de un solo golpe”, sostuvo.
Abordar con especialistas casos de violencia
Oscar Misle, coordinador general de Cecodap, explicó que no hay que ocultarles información a los niños que han perdido a sus padres de manera violenta, como medida de protección, pues podrían verlo por la televisión o internet y sentir que sus familiares los engañaron. Hay que buscar el momento y una mejor manera para hablar del tema con ellos.
“En el consejo de protección hay programas para niños en situaciones de violencia. Los adultos no están preparados para el duelo, nadie, y proyectan eso con los niños, por eso es tan importante buscar ayuda”.
Paola llevó a su sobrina durante 10 meses al psicólogo, luego de dieron de alta por sus grandes avances. Ella también acudió a muchos talleres dictados por el Consejo de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes (artículo 58 de la Lopnna), que le enseñaron a manejar la situación tras el homicidio.
“Gracias a eso supe manejar todo y ella es una niña completamente normal. Vive muy feliz, le hemos dado mucho amor, y hasta el momento no ha reflejado algún trauma o conducta inapropiada por lo que pasó”.
En esos cursos conoció historias mucho peor que la suya y esas mujeres le dieron bastante valor para continuar. Además los especialistas le iban dando herramientas de acuerdo con las reacciones de la niña.
“El amor va más allá de lo material. Ahí me ayudaron mucho, yo me fajé con toda la ayuda posible tanto para ella como para mí y creo que por eso es una niña feliz, las dos somos muy apegadas, hasta dormimos juntas”.
Incluso le recomendaron que la metiera en muchas actividades, después del colegio va a tareas dirigidas, practica varios deportes y se mantiene distraída hasta que su tía sale del trabajo, la busca, y llegan de noche a casa. “La aparté mucho del barrio donde vivimos (El Guarataro) porque ahí pasó todo. Tenemos todas las actividades afuera, llegamos a dormir”.
A Kerly Victoria Jauregui, de 22 años, la asesinó su expareja en frente de su hermanito, de 10 años, y su hija, de cuatro, por un ataque de celos, el 7 de mayo de 2013. En medio de la discusión llegó su hermano Jorge Enrique Jauregui, de 35 años, a quien también mató porque intentó montarla en su carro para llevarla a un hospital.
Alí José Valdespino, el responsable, se disparó en la cabeza pero no falleció. Se encuentra en prisión.
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“Después de que mataron a su hermanito dice que quiere un arma”
Fotos: Angeliana Escalona
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