Peterson Plaz, un chico de 16 años, superó las barreras del barrio, fue electo Atleta del Año en 2011 y recientemente firmó contrato con los Rojos de Cincinnati. Ahora dice orgulloso: “aquí sí hay cosas buenas”.
Caracas. Peterson Plaz, un joven de 16 años, esta semana comenzó a recorrer el camino de sus sueños: llegar a las Grandes Ligas. Salió de la parroquia La Vega rumbo a República Dominicana, contratado por la organización Los Rojos de Cincinnati.
Peterson juega a la pelota desde que comenzó a caminar. Su hermana Anyerlin Iguaro contó que ellas (su mamá y su otra hermana) siempre le buscaron una actividad deportiva, como una forma de prevención ante la violencia que se vive en el barrio.
Fue integrante de la liga Criollitos de La Rinconada y vive en la parte alta de la parroquia La Vega, en Las Casitas, una zona muy activa en todos los sentidos: buhoneros por doquier, motos y música en las esquinas, yipseros y el hampa que no falta en una barriada del oeste capitalino.
Pero nada de eso lo intimidó. Él dio cada paso con seguridad y con la certeza de que sí se puede sobresalir positivamente en el barrio. Por su destacada labor en el béisbol todo el mundo lo conoce, lo saluda con cariño. A él nunca le falta quien le lance bendiciones y le dé una palmadita en el hombro.
“Siempre ha sido así, la gente me ha apoyado mucho. En la escuela, en el liceo, mis vecinos, los muchachos con los que me críe. De todos he recibido buenas cosas. Hay chamos que agarraron otros caminos, pero siempre tuve esta meta, me visualicé en las grande ligas y para allá voy”, contó.
Para llegar a su casa hay que atravesar un callejón angosto. Pero él los camina con una sonrisa de oreja a oreja, saltando y haciendo movimientos de swing.
“Nosotros siempre le inculcamos humildad y así ha llegado a todos lados. Hemos hecho sacrificios enormes, pero ha sido una labor de familia. No importa cuánto tenemos que trabajar para que él logre sus sueños. Ahora se va a República Dominicana, pero lo espero en unos meses. Y si se tiene que ir de nuevo así será. Sé que mi muchacho seguirá triunfando”, dijo con los ojos aguarapados Santos Martínez, la mamá de Peterson.
Más de treinta reconocimientos, entre trofeos, placas y medallas, se exhiben en la pared de la sala de la casa de Peterson. Su hermana Anyerlin los cuida como un tesoro y los muestra sin monerías.
“Todos son valiosos para mí, pero el que más me llenó fue esta placa que me dieron como Atleta del Año en el 2011. Esa fue una gran satisfacción para mí. Significa mucho”, dijo el jugador del jardín central.
Este miércoles 7 de octubre Peterson se hacía los exámenes de rigor para poder entrar a la academia de los Cincinnati, en República Dominicana. Allá no estará solo, con él viajaron otros chamos que recibieron un pre entrenamiento en Puerto La Cruz.
Por ahora la inversión que hace su familia es en apoyo y solidaridad, pues de La Vega se llevó una mochila repleta de pelotas, guantes, gorras, tacos, bates y un puñado de bendiciones.
“Soy de La Vega, a mi papá le agradezco que me inculcara lo del béisbol. Aquí no todo es malo. También a un muchacho que firmó con la liga nacional de baloncesto. En esta parroquia hay buenos talentos deportivos y artistas. Voy a regresar, porque aquí está mi familia. Pero lo que le digo a otros jóvenes es que con esfuerzo y haciendo las cosas de corazón se recorren otros caminos”, acotó Peterson Plaz, quien además es fanático de Los Leones del Caracas, pero reconoció que “jugaría con orgullo con los Navegantes, o con cualquier otro equipo de mi país que me dé la oportunidad”.
Este chico integró la Selección Infantil de Venezuela que participó el año pasado en el Campeonato Mundial celebrado en China Taipei, y en el Panamericano infantil de Guatemala. Fue el mejor bateador y mejor jardinero central en el Campeonato Panamericano de Béisbol Infantil realizado en Nicaragua en 2011. Ahora forma parte de los emprendedores, de los soñadores, de las barriadas caraqueñas que le salen al paso a las adversidades y buscan una mejor forma de vivir.
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