Penfold: En Venezuela no hay una salida unilateral al colapso

El analista aseveró que el país atraviesa por un “colapso” y señaló que es necesario que Gobierno y oposición lleguen a acuerdos políticos y económicos.

Carlos Crespo/@CarlosCrespoR

Caracas. Michael Penfold es doctor en economía política por la Universidad de Columbia (Estados Unidos) y tiene años estudiando petroestados con carencia institucionales similares a las de Venezuela. El también profesor del Instituto de Estudios Superiores de Administración (Iesa) señala que en Venezuela ya no se puede hablar de crisis económica sino de “colapso”. A partir de esta definición, explica que la única forma de salir de la crítica situación del país es que Gobierno y oposición alcancen acuerdos políticos y económicos, algo que, en este momento, ve muy distante. “El país, lamentablemente, va al conflicto”, augura.

-¿Ve a la oposición capaz de implementar las medidas económicas que requiere el país?  

-Estamos en un momento en que ni el Gobierno ni la oposición por sí sola son capaces de resolver la situación en la que estamos. Creo que hay la percepción del lado del Gobierno de que puede hacer eso sin la oposición y que puede sobrevivir profundizando el conflicto y abriendo espacios de confrontación, y tienes a una oposición que piensa que el inicio del cambio supone simplemente el cambio del Presidente. El problema de Venezuela es mucho más estructural que eso. Tienes un problema en el que el país no tiene una salida unilateral y eso es parte del drama que vivimos. Ese es un espacio donde lo que importa es la política y yo, lamentablemente, no veo a nadie, a ninguno de los dos lados, haciendo política en este momento. Hay que pasar de un escenario de conflicto a un escenario de negociación.

-A principios de año escribió que el cambio político en el país es inevitable ¿Sigue pensando eso con lo fragmentada que luce la oposición?

-Parte de las razones por las que digo que el cambio político es inevitable, y que el tema es más la velocidad y la forma de cómo eso llegue a ocurrir, es que ya la presión social está presente y la gente votó claramente en diciembre: fue un voto castigo, fue un voto en donde la gente tenía una esperanza, sobre todo en el plano económico, que no se materializa y eso lo que hace es generar mayor frustración. Ahora hay un ciclo electoral que tenemos en frente, que es un problema, no sólo para la oposición sino también para el Gobierno. No hay forma de que con una situación económica, con una contracción tan grande como la que estamos viviendo, con unos niveles inflacionarios tan altos, el Gobierno pueda ganar elecciones.

El país, poco a poco, va a ir llenando eso porque la presión social es cada vez más grande. Esa presión social puede llegar a acelerar, si esa presión social no llega a adquirir cierta escala, cierto nivel, cierta intensidad, igual el chavismo tiene que resolver un problema electoral muy serio que tiene en frente y tú también empiezas a ver que no sólo hay una fragmentación política hacia el interior de la oposición, sino que también la hay hacia lo interno del chavismo. El país va a ir implosionando, que es lo que está pasando, y en ese proceso es inevitable, aunque no controlable, un proceso de cambio.

 -¿Por qué no se toman las medidas de fondo para resolver el tema económico? ¿Cuál es la estrategia del Gobierno?

-El gobierno incorrectamente piensa que el cambio de ese modelo, que ellos mismos ya reconocen que no funciona -cuando hablan de abandonar el modelo rentístico (depender solo de los ingresos que genera la venta del petróleo) ellos mismo reconocen que no funciona-, ellos creen que la transición hacia un modelo que le dé mayor espacio al mercado es costoso desde el punto de vista político y social.

Pienso que sostener esto y una incertidumbre sobre si vas o no a transitar o si vas o no a cambiar sobre la idea de que tú puedes hacer esto con ingredientes de gradualidad, como ocultando la dirección del cambio, me parece que es una idea falaz. Creo que el costo político el chavismo ya lo pagó, lo pagó el 6D y el costo político de no hacerlo va a ser más alto, en la medida de que sigan apareciendo los eventos electorales en Venezuela.

-¿Qué papel jugarán los militares en lo que suceda?

-Los militares son un actor fundamental en la actual coyuntura, la revolución es cívico y es militar, sin duda, pero el mundo militar tiene las mismas contradicciones y percepciones que el resto de la sociedad. Creo que los militares, en términos generales hasta ahora, tienen una visión y quieren que el conflicto político sea resuelto dentro del marco constitucional y electoral. ¿Quién interpreta ese marco institucional? Es un tema de conflicto político per se que lo ves en el choque de poderes que hay entre el Poder Ejecutivo, el Poder Legislativo y el Tribunal Supremo de Justicia. Es un mundo que está involucrado cada vez más en contener las colas y en contener a la población y ya tiene más de un año en este proceso, casi dos. Ese es un proceso que agota a cualquier institución. Tú no puedes estar sometiendo permanentemente a una sociedad a una situación de escasez sin poner en riesgo también la legitimidad de tu comportamiento y de tus funciones dentro de esa sociedad. Creo que el mundo militar tiene un dilema en frente muy importante,  es indudable, pero el 6D dio una muestra muy clara de cómo se van a comportar en el momento en que lleguen puntos de inflexión políticos y electorales.

-¿Qué evaluación hace de la AN?

-Es difícil hacer una evaluación de la AN porque ha estado operando en un contexto institucional que no es normal. Uno podría evaluarla políticamente y creo que ahí hay una revisión muy importante que la oposición tiene que hacer. Creo que la oposición no ha logrado comunicar adecuadamente cuál es el objetivo que está buscando y pareciera que distintos grupos tienen distintos objetivos sobre cuál es la agenda que el país necesita. La agenda legislativa luce confusa a veces, con grupos que quieren avanzar con una agenda socioeconómica, otros que quieren avanzar con una agenda de renovación de los poderes, otro grupo que quieren avanzar con una agenda política de remover constitucionalmente al presidente de la República. No logran comunicar claramente los objetivos que están persiguiendo. Creo que hay un espacio para ver la efectividad política de la oposición en su manejo de la AN y lo ves, sobre todo, cuando no logran ponerse de acuerdo sobre cuál es la mejor vía, la vía políticamente correcta, no solo jurídica, sino la vía políticamente correcta para el cambio de Gobierno. Logras ver la fragmentación y heterogeneidad sobre la preferencia de distintos grupos sobre ese tema. En otra situación es normal que eso ocurra, pero en una situación de cerco institucional uno supondría que esa unidad de criterio es fundamental.

Foto y video: Cheché Díaz


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