Personas con discapacidad en Carabobo exigen que se respete el derecho a la salud y a la movilización

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Un grupo de 50 personas que presentan alguna discapacidad protestaron este lunes en plaza Santa Rosa, para denunciar que en la entidad no cuentan con los recursos económicos para costear su condición, además de que el transporte público no les presta el servicio por no poner a funcionar rampas de elevación y garantizar los puestos destinados para ellos.

Valencia. En la Ley para Personas con Discapacidad, se establece en los artículos 37 y 38, que se debe garantizar el derecho a la movilización de estos ciudadanos. Se indica que los medios de transporte deben poseer estribos, escalones y agarraderos, así como rampas o sistemas de elevación y señalizaciones auditivas y visuales, que garanticen plena accesibilidad, seguridad, información y orientación a las personas con discapacidad. Sin embargo esto no se cumple en el estado Carabobo, denunció César Heredia, este lunes en la mañana en medio de una protesta.

Heredia es parapléjico desde hace siete años. Recibió un balazo en la columna luego de  resistirse a a un robo. El hombre, de 32 años de edad, manifestó que el transporte público en la entidad carabobeña no cuenta con las medidas necesarias para transportar a personas con alguna discapacidad. Tuvo que rodar en silla de ruedas unos 10 kilómetros para poder ejercer su derecho a la protesta en la plaza Santa Rosa, al sur de Valencia.

Los Transcarabobo y los Transdrácula cuentan con los sistemas para que podamos hacer uso de ellos, pero aquí los choferes no respetan eso, no ponen a funcionar las rampas. Tampoco hacen respetar los puestos destinados a las personas con discapacidad”, relató.

En medio de la protesta que contó con un grupo de 50 personas con discapacidad, Heredia denunció que debido al alto costo de las medicinas e insumos –como pañales, colchones antiescaras– se les dificulta tener calidad de vida. Subrayó que se les viola el derecho a la vida y a la salud.

Mariela Cuenca es la madre de una niña de 5 años que nació con microcefalia. Relató que no cuenta con los recursos económicos para poder atender a la niña de forma óptima. Dijo que ella está desempleada y se dedica atender a sus cuatro hijos. Su esposo apenas gana sueldo mínimo, cantidad que es insuficiente para costear con los gastos de pañales y medicamentos anticonvulsivos.

La pequeña necesita una silla de ruedas ortopédica infantil, pero sus padres que no son asistidos por ningún ente gubernamental no pueden adquirirla.

Henry Romero también corre con la misma suerte de sus compañeros parapléjicos. No tiene acceso a medicinas y a una alimentación balanceada. Este hombre que lleva en silla de ruedas 19 años recibe ayuda económica de sus hijos, pero su preocupación se centra en que no cuenta con colchón antiescaras y debe administrar muy bien sus pañales, porque se le hace cuesta arriba reponer el inventario.

Estas personas con discapacidad piden que la ayuda humanitaria ingrese al país y exigen que no sea politizada. Además que intensifiquen las jornadas de atención médica en los centros hospitalarios de la región, de manera que puedan tener acceso a la salud. También demandan que en la entidad carabobeña se adecúen las calles y transporte público para garantizar el libre tránsito de personas con discapacidad.


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