En Isla de Toas hay niños que no van a la escuela, se la pasan descalzos porque no tienen ropa y a veces ni comida. El alcalde se hace la vista gorda.

Nataly Angulo V. /@natalyaav

No hay agua potable, falla el servicio eléctrico, el transporte es intermitente y la comida está carísima. 16.000 personas viven en Almirante Padilla, un municipio zuliano conformado por las islas San Carlos, Zapara e Isla de Toas. La alcaldía es la principal fuente de trabajo formal.

La mayoría de las familias viven de la pesca, una actividad que ha mermado por la inseguridad en el Lago de Maracaibo, donde los llamados piratas roban las lanchas y a los pescadores, en el mejor de los casos los dejan a la deriva.

La pobreza está a la vista en Isla de Toas. La familia Chacín la integran 23 personas, viven en tres piezas de un cuarto cada una y ubicadas en un terreno rodeado por monte y basura. Hay al menos 10 niños, ninguno va a la escuela. “Quisiéramos, pero es difícil. No tenemos para comprar las cosas que necesitan para ir al colegio”, soltó Gomerel Crisanto Chacín, cabeza de la familia.

Y es que ni siquiera tienen para comer. “Yo soy pescador. No tengo lancha propia, sino que salgo con quien pueda a buscar. Si no hay pescado no comemos”, aseguró rodeados de dos hijos y dos nietos que se mantienen desnudos y descalzos porque no tienen ropa.

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Comprar comida no está a su alcance. En Isla de Toas, todos los alimentos se venden a precios bachaqueados, incluso en los únicos dos comercios que operan y cuentan con guías de despacho. Un kilo de arroz se vende en 400 bolívares, al igual que un kilo de harina de maíz precocida. La carne se vende en Bs. 1.700 el kilo y no son cortes de primera. Los artículos de aseo personal son un lujo y la gasolina se puede comprar de contrabando en las casas a Bs. 50 el litro.

Viajar a Maracaibo para buscar insumos no es rentable. Las lanchas que los conectan con el municipio Mara cobra Bs. 300 y el pasaje en carrito hacia la capital zuliana sale en Bs. 450; por lo que el viaje ida y vuelta cuesta 1.500 bolívares.

A esto se le suma que desde que el gobierno del presidente Nicolás Maduro decretó el estado de excepción en los municipios fronterizos zulianos, los habitantes no pueden llevar más de dos artículos por rubro desde Maracaibo.

La distribución de alimentos a través de Mercal casa por casa no da abasto. El expendio lo hacen una vez al mes y las bolsas solo incluyen: un pollo, dos kilos de pasta, un kilo de leche, un kilo de harina de maíz, un kilo de azúcar, dos litros de aceite y un pote de margarina. Así lo contó Marbelis Parra, ama de casa, quien confesó que a veces opta por vender gasolina para comprar alimentos. Se quejó de la “mala” gestión del alcalde, el oficialista Yldebrando Ríos, a quien “no se le ve la cara”.

Isla de Toas sufre constantemente de racionamientos eléctricos. A final del pasado año, llegaron a estar casi una semana sin luz. El problema es de inseguridad, al menos 25.000 metros del cable que transporta la energía por el lago es robado para usar el aluminio que lo reviste. A esto se le suma que la guaya es muy vieja y se rompe fácilmente. Cuando se registran las averías el racionamiento es de 12 horas.

Transporte fallo

El trasporte lacustre, la única forma de salir de la isla, no funciona a diario. El deterioro de las lanchas y los altos precios de los repuestos imposibilita mantener la flota de manera óptima. La alcaldía no provee de un sistema de transporte.

El agua potable escasea, la planta desalinizadora de agua no está en las mejores condiciones y cuando se daña pasan días sin el líquido que es transportado solo por camiones cisternas de la Alcaldía.

El alcalde Yldebrando Ríos, quien viste camisas que se venden en Bs. 20.000, reconoce los problemas, pero argumenta que no los puede resolver por falta de recursos. Aseguró que el presupuesto alcanza solo para pago de nómina, repartición de agua, el aseo urbano y la reparación de la guaya de electricidad.

Ríos, quien hace unos meses se sometió a la cirugía de bypass gástrico, se va de la isla cuando no hay electricidad, denuncian los habitantes. Su familia está en cargos claves, la hermana es la jefa del Hospital de Isla de Toas, que el pasado 11 de febrero fue supervisado por una comisión de la Gobernación de Zulia ante la denuncia de fallas de medicamentos.

Giovanni Villalobos, secretario de Gobierno, ordenó a la Policía Regional “meter presa” a cualquier persona o funcionario de la Alcaldía que salga con medicamentos. “No puede seguir el bachaqueo”. Al alcalde, quien no vive en su municipio sino en Mara, le dijo que van a poner orden y a “intervenir todo”.


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