Por segunda vez en un semestre rompen el Paseo Los Símbolos para remodelarlo

Por segunda vez en un semestre, el también conocido como Paseo Los Ilustres es sometido a un extenuante plan de remodelación. En esta ocasión las obras corren por cuenta de la casa: el Gobierno del Distrito Capital. No hay compañía intermediaria y los trabajos se realizan con la anuencia de ingenieros locales. Y de momento, parece resuelto la cuestión de la licitación. Lo que sí no queda claro para la comunidad es la urgencia y la tozudez con la que las autoridades intentan cambiarle el aspecto a un bulevar cuya remodelación culminó en agosto.

Caracas. Es miércoles por la mañana y el payloader más próximo se devora las losas azuladas. Casi no queda camino sano, solo vestigios de lo que hasta hace poco fue nuevamente el Paseo Los Símbolos, de lo que ha sido en los últimos años: el capricho de un gobierno que ha dispuesto de un espacio con más de 70 años de historia por encima de los cánones patrimoniales.

El día cobra ventaja. Un obrero bate sus brazos y emite una orden de alto. De inmediato, la máquina Caterpillar muerde otro tramo de bulevar y avanza desaforada, frenética. El chasquido de aquel amasijo de hierro es ensordecedor y la estridencia se fusiona toda con una nube espesa de tierra y cemento. Los transeúntes se cubren la boca y los ojos. La máquina rasguña el camino, resuella, se traga más retazos de baldosas y escupe de nuevo otra bocanada de escombros.

El sol arde, los conductores se detienen, algunos para reclamar por la “intervención de todos los años” y otros  para mirar la obra. Y la locomotora continúa su ruta enajenada: la demolición del también conocido como Paseo Los Ilustres, un espacio urbano, proyectado por el Arquitecto Luis Malaussena, y construido entre los años 1945 y 1953, que parece haber perdido su nobleza y altivez con las últimas remodelaciones: cuatro desde 2011. Se trata de un trazo grueso del Sistema de la Nacionalidad, un bien patrimonial que abarca Los Próceres y todo su acervo.

Foto: Luis Morillo

Por segunda vez en un semestre, el paseo, de 462 metros de extensión, es sometido a un extenuante plan de remodelación. En esta ocasión las obras corren por cuenta de la casa: el Gobierno del Distrito Capital. No hay compañía intermediaria y los trabajos se realizan con la anuencia de ingenieros locales. Y de momento, parece resuelto la cuestión de la licitación. Lo que sí no queda claro para la comunidad es la urgencia y la tozudez con la que las autoridades intentan cambiarle el aspecto a un bulevar cuya remodelación culminó en agosto.

“Todos los años es lo mismo. Porque no recogen la basura”, vocea un motorizados que reduce la velocidad para fisgonear.

Teo Luz Martínez, una residente de la parroquia San Pedro, que además trabaja como secretaria en la UCV, dice que se comete un atropello contra la ciudad. Martínez no solo es usuaria de ese circuito predilecto para los corredores amateur. También es portavoz del consejo comunal Todos en Las Tres Gracias, que congrega a unas 200 familias y lamenta la arbitrariedad con la que se procede contra Caracas y sus bienes más distintivos.

“Han roto y construido caminos a diestra y siniestra y no se nos ha consultado siquiera una vez, para ver cómo podemos optimizar los servicios en la comunidad. Quién paga todo esto, de dónde sale el dinero”, se cuestiona Martínez mientras pasea su vista por el lugar ahora en ruinas.

El 3 de julio, cuando comenzaron a llegar las máquinas al paseo Los Ilustres para destruir los mosaiquillos instalados en 2011, a propósito del bicentenario de la Independencia, la alcaldía también actuó de espalda a la comunidad.

Foto: Luis Morillo

Hoy, el bullicio, los obreros desplegados en la vía y los promontorios de tierra que interrumpen el tránsito peatonal cada tantos metros son la prueba de una nueva obra en una ciudad que demanda servicios a gritos. Aún cuando no existe una razón que justifique la terquedad del Ejecutivo local para deshacer Los Ilustres, en medio del maneo y del vaivén de los obreros descuella una importante. Patricia Velázquez, ingeniera encargada de las nuevas labores de remodelación, insiste en que los trabajos tienen razones de peso.

Después de medio siglo y recursos asignados a la recuperación del Paseo Los Ilustres, Hidrocapital y el Gobierno del Distrito Capital admiten que deben cambiar las tuberías instaladas en esa zona. En torno a ello, Velázquez asegura que realizan labores para instalar 462 metros de tuberías de 20 pulgadas, de acero al carbono. Fuera de ello, la ingeniero explica que también pretenden devolverle, con materiales de primera, la distinción a un espacio que ha sido relegado.

La obra, cuenta la responsable, abarca 462 metros lineales de bulevar, 4.200 m2 de construcción y quedará lista el 25 de noviembre, según estimaciones del despacho de Érika Farías, jefa del G.D.C. En esta ocasión,  las baldosas azules serán sustituidas por unas de granito de color blanco ártico. Velázquez indicó que serán paños de 90 centímetros, alternados de concreto martillado, también de 90 centímetros.

Foto: Luis Morillo

“La antigua tubería, que era una mezcla de acero y concreto, tenía muchas averías y las fugas de agua socavaban el terreno. Todo eso hacía que el piso del paseo se levantara y se deteriorara, incluso los nuevos trabajos”, dice.

Patricia Velázquez, ingeniero de la UCV, tiene su propia carta de presentación. Fue la responsable de la remodelación de la Plaza Los Símbolos, que es la bisagra entre Los Ilustres y Los Próceres. Se trata de una obra iniciada el primer semestre de este año y que levantó algunos cuestionamientos de los cuales Velázquez se desmarca. En esa ocasión, María Fernanda Maragall, nieta del maestro Ernesto Maragall, autor del Monumento a Los símbolos, ubicada en el espejo de agua de ese espacios, se escandalizó por la intervención de la escultura. La pieza, cuyo aspecto original era de concreto crudo, fue pintada de negro bajo el consentimiento del Instituto de Patrimonio Cultural.

A grandes rasgos, el Sistema de la Nacionalidad es un eje vial y peatonal con una longitud de 3100 metros alternado entre varios paseos y que se despliega a partir de los paseos Los Próceres, y continúa sucesivamente a Los Precursores, Los Símbolos y Los Ilustres, culminando con la plaza de las Tres Gracias.

La plaza Los Símbolos, declarada bien de interés cultural de la nación el 25 de septiembre de 2009, cobra especial importancia por ser una analogía del mestizaje y los símbolos patrios del país: La Bandera, el Escudo y el Himno Nacional.

Foto: Luis Morillo

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