Con el salario que devenga el sector universitario, la adquisición de alimentos se aleja: las quincenas se traducen en la compra de un solo artículo. Este miércoles exigieron en el Ministerio de Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología la renuncia del ministro Hugbel Roa.

Caracas. Este miércoles la asamblea intergremial del sector universitario, conformada el lunes en el Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela, acudió al Ministerio de Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología (Mppeuct) para exigir la renuncia del ministro Hugbel Roa y rechazar las tablas salariales que fueron aprobadas la semana pasada por este despacho en junto con la Federación de Trabajadores Universitarios de Venezuela.

La discusión no contó con la participación de los demás gremios, por lo que las asociaciones de profesores y demás sindicatos de trabajadores desconocen el ajuste de salario que entró en vigencia a partir del 1° de julio. Un docente titular a dedicación exclusiva percibirá un salario de 50,4 millones de bolívares, siendo este escalafón el más alto. La propuesta salarial que entregó la Federación de Asociaciones de Profesores Universitarios de Venezuela al Mppuect contempla que sean 1,8 millardos de bolívares

Propuesta salarial que entregó la Federación de Asociaciones de Profesores Universitarios de Venezuela al Mppuect.

Los representantes de la Federación Venezolana de Profesores Universitarios de Venezuela, el Sindicato de Trabajadores Universitarios No Federados y otros sindicalistas de diferentes instituciones académicas, fueron atendidos en el Mppeuct por Carlos León, representante del ministro Roa. Los docentes, obreros y trabajadores se mantuvieron a las puertas del despacho ministerial. ¿Y el salario para cuándo?, vociferaban. Rechazo a las tablas hambre y miseria, se leía en las pancartas.

FOTO: Carmen Victoria Inojosa

El plato de comida se les ha reducido a casi nada. El salario que devengan no les permite pagar más allá de una porción de plátano y yuca. Los profesores, trabajadores y obreros universitarios viven al día: planificar un menú ha quedado en el olvido en medio una crisis económica que cada día suma dígitos a la inflación. En junio cerró en 128,4 %, según estimaciones de la Asamblea Nacional. Para este jueves y viernes el sector universitario convocó a un paro nacional de 48 horas

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“No comemos proteínas, sino pura yuca y plátano”

María Bejerano tiene 21 años trabajando en la Universidad Pedagógica Experimental Libertador. Comenzó como mecanógrafa, ahora que dice tener un cargo más o menos siendo analista de sistema, le es imposible alimentarse mejor. Antes me alcanzaba para comer, ahora que he escalado profesionalmente, solo puedo comprar un cartón de huevos. Le preocupa cómo hará para adquirir la lista de útiles escolares de su hijo, cuando un cuaderno puede costar 10 millones de bolívares. Pero lo más difícil ha sido tener que decirle que no tiene para darle más comida. No comemos proteínas, sino pura yuca, plátano o un guiso de hortalizas. Y en ocasiones solo podemos hacer dos ingestas de comida. Cuando nos manda dinero un familiar en el exterior completamos las comidas.

Foto: Carmen Victoria Inojosa
María Bejarano, trabajadora de la UPEL.

“No me alcanza ni para medio kilo de queso”

La lucha por mejoras salariales de Yudith Torres es para poder mantener a sus tres hijos: dos son discapacitados y a uno le diagnosticaron cáncer hace dos meses. El salario que percibe semanal por ser obrera en el Colegio Universitario de Caracas son 508.000 bolívares. Dice que sobrevive gracias a la ayuda de familiares que le consiguen los medicamentos para sus hijos. También depende de la caja del Clap para poder comer: Lo que gano no me alcanza ni para comprar medio kilo de queso y la caja llega cada dos meses, la estiro todo lo que pueda. Y bueno, el desayuno puede ser un plátano sancochada o yuca. De almuerzo comemos arroz con lenteja, sin más nada. De cena, pan con café, cuando tengoTorres no puede vivir de su trabajo. Entre las misiones Hogares de la Patria y José Gregorio Hernández redondea su salario:Aunque tampoco me alcanza.  

Foto: Carmen Victoria Inojosa
Yudith Torres, obrera del Colegio Universitario de Caracas.

“Con mi última quincena compré un millón de bolívares en queso rallado”

Imasumac Revilla es profesora en la Universidad Nacional Abierta, su salario mensual son 2,4 millones de bolívares. Con mi última quincena compré un millón de bolívares en queso rallado y pagué la bolsa del Clap, cuenta. A los cinco días recibió el pago de los tickets de alimentación, con eso compró medio cartón de huevos. Tengo rato que no compro pollo. En mi casa se come pasta con queso o arroz con huevo. Hasta el año pasado medio se podía vivir, pero ya hoy ni pienso qué comeré porque no hay para elegir.

Foto: Carmen Victoria Inojosa
Imasumac Revilla, profesora en la Universidad Nacional Abierta.

Fotos: Carmen Victoria Inojosa


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