Propuesta de Guaidó a la FANB falla porque solo le habla a 30% de los militares, dice San Miguel

guaidó a la fanb

La especialista en temas militares, Rocío San Miguel, sostiene que la fractura de la FANB se producirá cuando Guaidó y su equipo le expliquen a los uniformados cuál será su rol en la transición y la recuperación de la democracia. Opina que los hechos del 30-A no generaron la reacción en cadena que esperaba la alternativa democrática, pero horadaron la confianza de Maduro en su entorno verdeoliva.

Caracas. Desde el 5 de enero pasado, cuando el diputado Juan Guaidó tomó juramento como presidente de la Asamblea Nacional, ha insistido una y otra vez, con más o menos intensidad, de manera directa e indirecta, en llamar a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) a sumarse al reconocimiento de la Constitución y al rescate de la democracia.

La respuesta a ese llamado ha sido tímida: el 21 de enero cuando un grupo de funcionarios de la GNB se alzó en Cotiza robó unas armas y luego fue detenido; los días posteriores al 23 de enero, con el reconocimiento a Guaidó como presidente encargado por parte de generales, coroneles, tropa en el exilio y agregados militares en el exterior; el 23 de febrero y días subsiguientes cuando más de 1000 efectivos de verde y policías cruzaron la frontera hacia Colombia y Brasil y dieron su apoyo a Guaidó; y este 30 de abril, cuando efectivos del Sebin y la GNB acantonada en la Asamblea Nacional pusieron sus armas al servicio de la causa impulsada por Guaidó.

Sin embargo, la elocuencia con la que el presidente de la AN despertó al país el martes 30 de abril, con un mensaje desde las inmediaciones de la Base Aérea Francisco de Miranda —sede de la comandancia general de la Aviación— hizo pensar que el presidente encargado (Art. 233) esperaba ese día una fractura significativa de los altos mandos de la FANB.

Crónica.Uno conversó acerca de estos hechos con la experta en temas militares y fundadora de la ONG Control Ciudadano sobre la Fuerza Armada, Rocío San Miguel.

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¿Qué fue lo que pasó el 30-A? ¿Había un plan acordado de reconocimiento de la FANB a Guaidó que no funcionó o Guaidó elevó la apuesta para mantener a la gente motivada, en la calle?

—Lo del distribuidor Altamira no generó reacción en la FANB. Eso quedó evidenciado. En las primeras horas del martes se esperaba que el pronunciamiento de Guaidó pudiera tener ramificaciones. Es probable que la cautela de Maduro en esas horas estuviera orientada por ese temor pero ya antes del mediodía estaba definido el escenario y era claro que no habría reacción en la FANB. Desconozco si Guaidó tenía un plan, eso es especular. Creo que lo más sano es hacer balance sobre los hechos ciertos. A mí se me hace fuerte pensar que hubiera un plan con los militares y que los militares no cumplieran. ¿Por qué no cumplir? Por otro lado, la reacción de los efectivos de la Base Aérea fue bastante considerada. Eso es simbólico y poderoso.

Desde la Base Aérea apenas respondieron con lacrimógenas y perdigones. Parecía que solo querían dispersar a “los golpistas” no detenerlos ni lastimarlos…

—Exacto. Por otro lado, volviendo a la ausencia de la reacción esperada, el formato escogido para producir el quiebre no fue el más idóneo. Ni por el lugar, ni por el tipo de efectivos que acompañaban a Guaidó y Leopoldo López: el comandante de la unidad de la Asamblea Nacional es un oficial que no tiene poder de fuego ni comando de tropa. Eso no le dice nada a los efectivos, no los llama. Ellos saben que es un oficial de bajo perfil.

¿Cuál es tu balance de esa jornada desde el punto de vista del oficialismo?

—Hubo mucha cautela de Maduro, de su equipo de inteligencia. Primero porque temían que el llamado de Guaidó tuviera ramificaciones, y segundo, porque hay un gran temor dentro de la nomenclatura del poder Cabello-Maduro a las deslealtades. Para ellos es claro que el sistema FANB no es estable, que no está en paz, que hay fisuras y que los efectivos no se deciden dar el paso de apoyar abiertamente a Guaidó.

¿Por qué no dan el paso si las fisuras existen?

—Uno de los problemas que observo es que no ha habido una propuesta clara y desarrollada de cómo va a ser el futuro de la FANB, de su rol en el gobierno de Guaidó y en la transición. No se les ha dicho qué papel van a jugar en la reconstrucción nacional y en la reconstrucción institucional. Lo único que hay es un proyecto de ley de amnistía y garantías. Pero eso no es suficiente cuando más de 70 % de los funcionarios de la FANB no está involucrado en violaciones de Derechos Humanos. La GNB es la que más lo está porque es la encargada de la represión y orden público, pero el Ejército no, los grupos aéreos y navales tampoco. Creo que la propuesta de la ley ha simplificado en extremo el tema militar.

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A lo interno de la FANB ¿qué impacto puede haber tenido el silencio de Maduro por más de 14 horas y el de Padrino por más de 5 horas?

—No confundamos el silencio de Maduro con la inacción de Maduro. Desde el primer momento, Miraflores contactó a las unidades. Fueron horas de sopesar la lealtad de las unidades, incluso con amenazas, pero se trabajó directamente sobre las unidades. Se contactó a los superiores, se ejecutó todo un protocolo para determinar por qué pasó, medir las reacciones, hacer un plan de respuesta, revisar los estados, las redis y las zodis. Silencio, en este caso, no es inacción.

Foto Claudia Smolansky

La traición del exdirector del Sebin, Manuel Ricardo Cristopher Figuera, señalado por haber permitido la liberación de Leopoldo ¿fortalece a Diosdado Cabello? ¿debilita a Nicolás Maduro?

—Yo no puedo hablar de traición. Todavía no hay elementos que aclaren qué pasó con el Sebin. Lo que hay sobre la mesa, lo que sabemos, es que Figuera fue sustituido y que hay una carta que se le atribuye a él pero que no sabemos si es realmente de él. Pienso que Maduro está reeditando con Figuera lo que le hizo a González López hace unos meses. Pero hasta este momento no hay evidencia de que Figuera respalde a Guaidó.

Estados Unidos dijo ese mismo día 30 que Vladimir Padrino e Iván Hernández Dala negociaban la salida de Maduro y que los rusos impidieron que Maduro se montara en un avión y se fuera ¿Esas versiones tienen pegada en la cultura y mentalidad de la FANB?

—Estados Unidos está jugando a generar el mayor temor posible en Maduro. La deslealtad es lo que más alimenta la inestabilidad de su mandato. Estados Unidos juega con eso. Esos comentarios buscan generar más fisuras y sin duda hacen daño, generan duda. Cumplen su cometido. El martes, de lado y lado, se aplicó un modelo orientado a sobredimensionar situaciones deliberadamente.

¿Los hechos del 30-A acercan o alejan el momentum para una fractura de la lealtad de la FANB a Maduro?

—El momentum no depende de los hechos que ya se desarrollaron. Depende de la eficacia de los que están por venir. En esa eventualidad son clave tres aspectos: uno, explicar cuál será el futuro de la FANB y su rol en la transición y retorno a la democracia; dos, entender las fuentes de orgullo militar; y tres, entender dónde está el poder real de la institución.


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