Jornadas de atención médica se intensifican en comunidades de Carapita, Antímano y el Junquito

comunidades de Carapita

Desde hace un mes, cuatro médicos y cuatro enfermeras, con voluntarios y el apoyo de Unicef, van a zonas vulnerables para hacer despistaje de desnutrición y falta de hierro en mujeres embarazadas. En dos meses han atendido a 1700 niños entre 0 y 5 años.

Caracas. A las 11:00 a. m. de este miércoles 17 de julio, cerca de 80 niños entre 0 y 5 años ya habían sido atendidos por la jornada de atención médica organizada en la parte alta del barrio El Mamón. Para la hora, los encargados por la parte de las comunidades de Carapita, calificaban la asistencia como muy buena y prometedora.

El llamado: detectar el grado de malnutrición en el sector. Esto fue lo que movilizó a muchas madres, incluso de la parte baja de la parroquia.

La meta: atender cerca de 300 pacientes antes de las 4:00 p.m. Cifra que podía rebasarse debido a las necesidades de atención de la población.

Saber si un bebé está bajo de peso y de talla, en medio de la crisis alimentaria actual (reconocida incluso por la FAO) debido a las carencias de proteínas y vitaminas en el consumo diario de la población más desfavorecida económicamente, es lo que toma en cuenta el Proyecto Esperanza, a cargo de la jornada en alianza con la Unicef.

Giselle Quijada, médico y coordinadora de la actividad en el municipio Libertador, dijo que en dos meses que tiene en desarrollo la actividad, han atendido a 1700 niños y niñas entre 0 y 5 años de edad.

[irp posts=”138339″ name=”Doce años de opacidad oficial en cifras de desnutrición infantil”]

Han ido a Carapita, a Antímano y a El Junquito. En el barrio González Cabrera en Santa Anta encontraron, por ejemplo, a 10 pequeños con cierto grado de malnutrición. En la zona Tierra Roja, en el kilómetro 11 de El Junquito, a unos gemelos de 9 meses con menos de tres kilos de peso; en la Gruta de Belén, en Carapita, los líderes del oficialismo no dejaban que se instalaran con las jornadas y la misma comunidad defendió los espacios precisamente porque esperaban atención para sus hijos.

En una zona muy alta de Carapita hemos atendido a los hijos de los pranes. Y si sus madres no se quejan de la presencia de nosotros allá, es porque les estamos brindando ayuda.

Esa ayuda se traduce precisamente en el despistaje de malnutrición en la madre y en el niño y en la entrega de desparasitantes y multivitamínicos.

Los especialistas, luego de hacer el reconocimiento previo y de acuerdo con los resultados, califican los niveles en rojo, naranja y amarillo. Rojo si el bebé está muy bajo de peso, naranja cuando avanza en el tratamiento y amarillo cuando se estabiliza.

Cuando el niño está en rojo le entregamos a la mamá un kit de 18 sobres de complemento nutricional. Son micronutrientes a base de crema de maní. Eso debe dárselo durante una semana. La siguiente, le hacemos chequeos y vemos si aumentó. Yo soy clara y les digo que si venden esos sobres ellas mismas están asesinando a sus hijos. Cuando entregan los sobres vacíos les entregamos las otras dosis dentro de la jornada médica.

Cuando los pacientes están relativamente normales les dan siete sobres, pero el procedimiento es el mismo. Las mamás responsables, de las comunidades de Carapita, tienen que entregar los empaques vacíos.

Los pequeños que llegan descompensados son remitidos a Cania (Antímano) y al centro nutricional Negra Hipólita (El Cementerio). “Hemos tenido que hospitalizar a algunos”, refirió la doctora a cargo de la jornada médica.

Que se repita

Las mamás desde bien temprano hicieron filas a las puertas de la iglesia cristiana Fuente de la Vida Eterna, donde se llevó a cabo la jornada.

El podio donde predica el pastor Gerardo Zerpa y el espacio de oración se transformó en consultorios itinerantes donde se hicieron consultas de Pediatría y control de embarazadas y lactantes.

La sala estaba llena. Esto me parece muy bueno, uno va a los hospitales y no consigue nada. Además, gasta pasaje. Jornadas como esta se deberían repetir, por lo menos yo tengo como tres meses que no llevo a los niños al pediatra porque no puedo pagar la consulta privada. Aquí les hicieron el diagnóstico y tienen buen peso y talla. También me evaluaron como madre en proceso de lactancia, dijo María Romero, habitante de Carapita.

Proyecto Esperanza dentro de poco irá con atención médica a zonas como 1 de Mayo, 23 de Enero, Monte Piedad y Boquerón, en el municipio Libertador.


Participa en la conversación