Ramos Allup quiere ser el que toque la campana en la AN

El candidato de la MUD hizo un acto de campaña en La Candelaria en el que aseguró que la talanquera está “a ras de piso”

Carlos Crespo/ @CarlosCrespoR

Caracas. Cuando llega la hora de hablar se quita el saco, se arremanga la camisa blanca hasta los codos y agarra el micrófono con la mano izquierda, mientras que con la derecha gesticula y refuerza sus palabras. Henry Ramos Allup no muestra ni una pizca de inseguridad, sabe que está en su terreno y no tarda mucho tiempo en hacer reír al auditorio. “Les agradezco que guarden la confidencialidad de lo que voy a decir porque seguro que aquí hay patriotas cooperantes y si no están aquí hay que invitarlos para que vean como esté esto de lleno”, dice como apertura.

El ahora candidato de la MUD por el circuito 3 de Caracas (parroquias San Bernardino, El Recreo, San José, Candelaria, San Agustín y San Pedro) pide discreción a su electores, en un acto de campaña en el edificio de la Cámara de Industriales en La Candelaria, para relatar el tras cámara del episodio que lo hizo el centro de atención en medios y redes sociales: la reunión entre la MUD y el Gobierno del 2013. En aquel encuentro, transmitido en cadena de radio y televisión, se ganó la simpatía de muchos opositores por haber logrado silenciar al hombre fuerte del Gobierno, Diosdado Cabello. “Todo lo que yo necesitaba era esto”, rememora señalando el micrófono.

Varias fueron las frases que se recuerdan de aquella reunión televisada, pero resaltó especialmente una; el “no me toques la campana”, que dirigió al vicepresidente de la República, Jorge Arreaza, para que no le cortara su derecho de palabra. “Ahora quienes vamos a tocar la campana somos nosotros” dice y el auditorio estalla en una carcajada nuevamente.

Cacerolas que cambian de destino

Ramos Allup precisa con detalles cómo se planificó aquel diálogo con el Gobierno de Maduro y quienes fueron los oradores: “Nos dividimos los temas (…) yo hablé sobre la Constitución y la Fuerza Armada”. Recuerda también su ubicación privilegiada en el salón del Palacio de Miraflores. “Yo me senté y me di cuenta de que tenía enfrente al ‘primer combatiento’ (el presidente Maduro), a ‘el mazo dando’ (Diosdado Cabello) y a todo el alto mando militar, imagínense ustedes toda esa ferretería enfrente”, dijo mientras se tapaba los ojos con los brazos.

Luego recuerda el momento cumbre en el que hizo un gesto con la mano al presidente de la Asamblea Nacional (AN) para que se callara. “Yo empecé a hablar sobre la tesis del vacío de poder y que el que tenía que asumir no asumió y él, por supuesto, se sintió aludido y empezó a gritar (…) ahí fue cuando le dije eso de que esa no era la AN y yo no era sublaterno suyo”, dice, mientras que la audiencia lo escucha con atención.

Sobre el resultado de aquel debate dice, sin la menor duda, que los oradores de la oposición “molieron” al Gobierno. Como ejemplo recuerda que cuando llegaron había un opositor tocando una cacerola en un edificio cercano a Miraflores, “que sonaba como las campanas del vaticano”, y les gritaba “vendidos” entre otros calificativos. “Cuando salimos estaba el mismo tipo tocando la cacerola y diciendo: ‘se la comieron, muy bien, así se hace’”, de nuevo la carcajada aflora entre los presentes.

Talanquera “a ras de piso”

Ramos Allup está flanqueado por su candidato suplente Ramón López de Primero Justicia (PJ) y Lustay Franco, una joven de 23 años de edad del movimiento estudiantil, mientras que el concejal de Un Nuevo Tiempo (UNT), José Gregorio Cáribas, es el moderador del evento. “El gobierno no tiene músculos ni glándulas para suspender las elecciones”, dijo el secretario general de AD.

El candidato aseveró que la oposición tiene una “gran ventaja” en las encuestas. Dijo que, incluso, algunos funcionarios del Gobierno, cuyos nombres no mencionó, están tendiendo puentes con la MUD. “Tú sabes, dicen: yo me porté bien, yo no perseguí a nadie (…) la talanquera está a ras de piso”.

Cómo buen orador, justo cuando se cumple una hora desde que empezó a hablar y la atención del público empieza a decaer, termina sus palabras refiriéndose a la posibilidad de que el Gobierno se recupere. “Yo siempre recuerdo lo que le dijo (el presidente) Omar Torrijos a Carlos Andrés Pérez: cuando alguien viene de rabo no hay barranco que lo ataje”.

Foto: Cristian Hernández/ Crónica Uno


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