Funcionarios de la Policía y la Guardia Nacional Bolivariana impidieron el paso por más de dos horas. Los enfrentamientos dejaron un saldo de 14 heridos. Otras universidades de Caracas también tomaron las calles.

Caracas. La asamblea de estudiantes de la Universidad Central de Venezuela (UCV) inició a las 10:00 a. m. en la Plaza del Rectorado y anunció como destino de la marcha la sede del Ministerio de Relaciones Interiores, Justicia y Paz, en la avenida Urdaneta. Rafaela Requesens, presidenta de la Federación de Centros de Estudiantes de la UCV encabezó la movilización que solo logró moverse algunos metros fuera del campus. Tres camiones de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) con sus piquetes desplegados a lo ancho de la puerta Tamanaco los esperaban para impedirles el paso hacia Plaza Venezuela.

A las 10:30 a. m. así estaba la Plaza del Rectorado de la UCV.

Aunque los vehículos estaban identificados con la GNB, los funcionarios que se encontraban en la primera línea eran de la Policía Nacional Bolivariana (PNB). Ambos cuerpos de seguridad unían fuerzas para bloquear la manifestación que había anunciado el Movimiento Estudiantil el miércoles en horas de la noche. Entre las rendijas de las paredes desplegadas por los camiones de la GNB se veía a los policías con las pistolas preparadas para lanzar las bombas lacrimógenas. Mientras más se acercaban los alumnos, los uniformados se organizaban detrás de los camiones. A lo lejos, se observaban tres tanquetas y numerosos militares.

Momento en el que inician los enfrentamientos entre estudiantes y funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana.

Requesens junto con otros miembros de la FCU se acercaron al piquete e intentaron hablar con los policías pero estos se limitaron a escuchar. La masa de manifestantes esperaba la orden de sus líderes, aunque algunos estudiantes no querían enfrentarse a los cuerpos de seguridad.

Te enfrentas a seis materias por semestre y ¿No te vas a enfrentar a esto?, dijo un joven señalando el piquete con una cantidad innumerable de uniformados con cascos, escudos, botas y chalecos antibalas.

Los manifestantes agarraban las bombas y las lanzaban hacia el Jardín Botánico.

A las 12:18 m. funcionarios de la PNB lanzaron la primera de las incontables lacrimógenas que dispararon durante más de dos horas. Con esa detonación los estudiantes empezaron a retroceder hacia el campus mientras los perdigones llovían frente a la entrada del Jardín Botánico.

Los manifestantes les gritaban cualquier clase de improperios y los uniformados respondían con más represión. Una bomba molotov explotó en los escudos de los policías. El fuego los hizo retroceder, y muchos estudiantes —eufóricos— avanzaron un poco más.

Momento en el que estalla la bomba molotov frente al piquete de la PNB.

Las manifestaciones en el país iniciaron el 1º de abril debido a las sentencias 155 y 156 del Tribunal Supremo de Justicia que anulaban las competencias de la Asamblea Nacional. A este reclamo se sumaron peticiones del calendario electoral, libertad de presos políticos y la apertura del canal humanitario, y desde este lunes hay quienes sales a manifestar porque están en desacuerdo con la petición del presidente Nicolás Maduro de solicitar una Asamblea Nacional Constituyente. Luego de más de un mes en protestas, han muerto 31 personas, según cifras oficiales del Ministerio Público.

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Para apaciguar un poco la cantidad de gases, los jóvenes se las han ingeniado con distintos métodos. Llenan tobos con agua y allí meten las bombas, otros usan guantes gruesos y se las devuelven a los funcionarios, incluso usan guantes de béisbol para atajar las que vienen altas y las fildean, cual jardinero en un campo de béisbol. Uno de los chamos hasta tenía un bate e intentó en varias ocasiones batear las que lanzaban los PNB pero no le dio a ninguna.

Manifestantes sin casco, chaleco o lentes, pero sin con un guante de beisbol para atajar las bombas lacrimógenas.

El 4 de abril, la Mesa de la Unidad Democrática convocó a una marcha que partiría desde la avenida Libertador e iría hasta la Asamblea Nacional, pero por más que intentaron pasar durante más de cinco horas, la Guardia no les permitió siquiera pasar hasta las cercanías de la estación Colegio de Ingenieros del Metro de Caracas. Este miércoles, un mes después de aquella fecha, los estudiantes tampoco pudieron llegar a su destino.

En el enfrentamiento, los universitarios lanzaron una infinidad de peñones y los PNB se los devolvían. La refriega dejó un saldo de al menos 14 heridos, uno de ellos con un traumatismo craneal por impacto de lacrimógena. Los jóvenes agredidos eran cargados por otros chamos y los socorrían los voluntarios de la unidad de Primeros Auxilios de la UCV, apoyados por los Bomberos del campus. Aunque la represión tenía características parecidas a las otras marchas, en la de hoy había hasta estudiantes en sillas de ruedas.

Uno de los manifestantes acudió al lugar en silla de ruedas y se quedó ahí mientras la PNB lanzaba las bombas lacrimógenas.
El señor que vende los libros cerca de la entrada Tamanaco estaba en medio de los enfrentamientos.
Un manifestantes hacía señas a otro para que se uniera.

En el transcurso de la manifestación llegaron los diputados a la Asamblea Nacional, Juan Requesens y José Manuel Olivares, y por menos de 10 minutos también dio unas palabras la rectora de la Central, Cecilia García Arocha.

A la 1:15 p. m., los piquetes de la Policía Nacional abrieron paso a varios funcionarios que caminaban apuntando y disparando lacrimógenas y perdigones de forma horizontal. Esta acción hizo retroceder aún más a los pocos jóvenes que aún le hacían frente a los gases.

Un manifestantes corría en medio de los gases lacrimógenos.

En los espacios del Jardín Botánico también quedó el rastro de la represión. Para evitar que le humo los cercara, los jóvenes agarraban las bombas y la lanzaban hacia el Jardín.

Los estudiantes no somos una amenaza, gritó un joven con un suéter verde que en su pecho tenía bordado en logo de la UCV. Pasadas las 2:00 p. m., los cuerpos de seguridad comenzaron a retroceder sus tanquetas.

Los manifestantes tenían este tipo de armas para lanzar piedras a los policías.

Más universidades

La Central no fue la única universidad que decidió marchar este jueves 4 de mayo. El llamado del Movimiento Estudiantil fue a todas las casas de estudios del país, aunque no todas respondieron a la convocatoria.

La Universidad Católica Andrés Bello realizó una Asamblea y luego los alumnos marcharon hasta la sede de la Conferencia Episcopal Venezolana y entregaron un documento, para que este ente se lo haga llegar al Papa Francisco.

La Universidad Católica Santa Rosa también se unió a la protesta y trancó la Cota Mil (Avenida Boyacá) a la altura de la avenida Baralt, durante más de una hora. Algunos estudiantes de esa casa de estudios, a través de la red social Twitter, reportaron la presencia de grupos paraestatales.

Por su parte, estudiantes de la Universidad Metropolitana, Universidad Santa María y Universidad Monteávila confluyeron a la altura del Distribuidor Metropolitano y se apostaron en el lugar.

Los funcionarios se protegían de las piedras que le lanzaban los manfiestantes.
Uno de los manifestantes saca a un perro que corría en medio de los enfrentamientos.

Fotos: Francisco Bruzco.


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