El pasado jueves, habitantes de los 31 sectores que conforman el sector Las Casitas de Barcelona levantaron su voz ante las fallas en el servicio de agua. Ese día autoridades se comprometieron a resolver la situación. Sin embargo, este lunes volvieron a tomar las calles, al no contar con agua en sus tuberías.

Puerto La Cruz. La protesta por reclamo de agua que llevaron a cabo el pasado jueves los habitantes de la urbanización Brisas del Mar (Las Casitas), en Barcelona, mutó este lunes a reclamos por diversos servicios públicos que originaron el cierre de la avenida Cumanagotos, desde la entrada del sector Maurica que comunica con la avenida Costanera de la ciudad capital hasta la entrada principal del parcelamiento.

Cauchos, escombros y parte del alcantarillado fueron usados por los vecinos, quienes señalaron estar cansados de la burla por parte de los organismos competentes: “Quieren resolver todo con cisternas de agua que no alcanzan para la comunidad”.

Tras la protesta que hicimos el pasado jueves, nos dijeron que mandarían el agua inmediatamente, pero aquí ves el resultado de esa promesa, todo fue una burla porque agua no tenemos hoy. Pasamos las de Caín con esto del agua, tenemos que ir de casa en casa a ver a quien le llegó para nosotros poder cargar un poco para cocinar, dijo la residente Claudia Araguamay.

Dirigentes vecinales que no quisieron identificarse refirieron que, por su población, 50 % de los camiones cisterna que se surten de agua en el llenadero ubicado en la zona industrial de Barcelona van directo a ese sector, por lo que instaron a las autoridades de la empresa Hidrocaribe a restablecer el bombeo del suministro con regularidad a la comunidad.

sector las casitas
A los vecinos no les han cumplido lo prometido

“Los cisterneros hacen agosto con nosotros aquí en Las Casitas, un camión de 16.000 litros lo quieren vender en 50 millones y hasta 70 millones, no tenemos recursos para mantener ese gasto”, refirieron.

Además de la falta de agua, residentes sostuvieron estar incomunicados, a oscuras y, por consiguiente, sentirse bajo una especie de toque de queda, en virtud de que en las calles de la comunidad escasea el alumbrado público y el hampa se ha robado buena parte del cableado telefónico, dejándolos sin el servicio.

Si no fuese por los celulares prácticamente viviríamos en la Edad de Piedra. Esta comunidad retrocedió en todo, ya no tenemos un servicio que valga la pena. Estamos a la buena de Dios, indicó Juan Lárez.

Al igual que la semana anterior, una comisión de trabajadores de Hidrocaribe se acercó al lugar para mediar con los vecinos y prometerles nuevamente realizar trabajos en lo que ellos llamaron Distribución del Servicio AP (Alta Presión), para llevar agua a los 31 sectores de la zona.

Fotos: Samir Aponte


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