Cada vez son menos los métodos anticonceptivos en los centros de salud de la capital, las farmacias tampoco tienen disponibilidad en sus inventarios. Un informe publicado a finales de 2018 por el Fondo de Población de las Naciones Unidas revela que 62 de cada 1000 jóvenes entre 15 y 19 años están embarazadas en Latinoamérica. Venezuela ocupa el tercer lugar con las tasas más altas de embarazo en adolescentes.
Caracas. En Venezuela arrecia la escasez de medicamentos como la insulina, tratamientos para la hipertensión, para la fiebre, antialérgicos pediátricos, analgésicos, entre otros. Los métodos anticonceptivos no son una excepción.
Cifras de la Federación Farmacéutica Venezolana (Fefarven) señalan que la disponibilidad de los anticonceptivos en las farmacias ha disminuido 90 % desde el año 2016.
Cronica.Uno realizó un recorrido por varias redes farmacéuticas del centro de Caracas, donde se constató la escasez y los costos elevados de los preservativos, píldoras anticonceptivas y la pastilla del día siguiente.
Postinor —la “pastilla del día siguiente” utilizada en caso de emergencia para evitar un embarazo— es de las pocas marcas que se consiguen entre los estantes de algunas farmacias. Pese a ello, hay redes farmacéuticas, como Farmacia Saas de La Candelaria, donde no se encuentra disponible ningún tipo de anticonceptivo desde mediados del año pasado.
No hay variedad para escoger ni opciones a precios bajos. La pastilla Postinor varía entre Bs. S. 6000 y 9000 en Fundafarmacia, Locatel, Farmatodo de La Candelaria, y Farmahorro de El Valle.
Los resultados de la Encuesta de Coyuntura realizada por Conindustria, correspondiente al último tercer trimestre de 2018, indican que el segundo factor que más perjudicó la fabricación de productos fue la falta de disponibilidad de divisas. Ecoanalítica calculó que entre enero y septiembre las asignaciones para el sector privado cayeron 38 %, según reseña El Nacional.
El documento de Conindustria indica que la industria farmacéutica es una de las más ahogadas. La oferta de divisas para la importación de materia prima ha sido más que insuficiente. El titular de Cifar confirmó que el año pasado el sector recibió una irrisoria adjudicación del sistema de divisas Dicom, lo que limitó que pudieran responder a la demanda. Las empresas afiliadas a la cámara recibieron en 2018 solo 463.000 dólares, y solamente le liquidaron a 61 % de ellas. El otro 31 % de las empresas sigue a la espera.
Una supervisora de farmacia en Locatel explicó que el Gobierno no los ha incluido desde hace un año en la asignación de divisas Dicom. Por esta razón, deben pagar los productos al precio que se los ofertan. “El sueldo no alcanza ni para cuidarse de los embarazos”, comentó una señora mientras esperaba su turno para la compra.
Por si fuera poco la escasez de productos para evitar embarazos, Cyclofem —inyección anticonceptiva que se aplica una vez al mes— solo está a la disposición en las redes de Farmatodo.
Por su parte, una cajera que atiende en Fundafarmacia, ubicada en la avenida Andrés Bello, aseguró que realizan el pedido de píldoras, pastillas e inyecciones, pero no llega lo solicitado de parte de las droguerías. Mencionó que cuando estos productos ingresan a los establecimientos apenas cuentan con un máximo de 10 unidades para la venta.
En este mismo contexto, las píldoras anticonceptivas de uso diario a duras penas se consiguen en algunas droguerías como Uruy y Anauco, situadas en la avenida Andrés Bello. La diferencia de precios de las cajas de 21 unidades es exorbitante entre las marcas Yaz, que se ofrece a Bs. S. 30.000 y Sinovul, cuyo costo es de Bs. S. 9800.
Estudiantes de las universidades públicas, quienes no cuentan con muchos ingresos, deben decidir entre pagar el transporte o cuidar de su salud sexual. Mayrelena Bermúdez, estudiante de la Universidad Central de Venezuela (UCV), admitió haber usado anticonceptivos hormonales, pero, motivado a los elevados precios, prefiere comprar preservativos para su pareja, que cuestan entre Bs. S. 3000 y 5000.
Métodos hormonales son “impagables”
En los centros de la Asociación Civil de Planificación Familiar (Plafam) los métodos anticonceptivos hormonales como la inyección, implantes subdérmicos y el dispositivo intrauterino (DIU) sobrepasan el sueldo mínimo oficial de Bs. S. 18.000.
Las mujeres que quieran insertarse algún método hormonal deben llegar entre las 4:00 a. m. y 7:00 a. m. para ser atendidas por el personal. Al llegar después de la hora, solo queda un portero que anuncia la información acerca de los precios. Algunas adolescentes reaccionan y se retiran quejándose de los altos costos.
El portero que atiende dudas en Plafam, en la avenida Panteón, informó que para quien tenga el implante subdérmico y quiera colocarse uno nuevo, este tiene un costo de Bs. S. 16.000. Pero, si la persona lo solicita por primera vez, deberá pagar un monto de Bs. S. 38.800.
El combo de dispositivo intrauterino (DIU) que ofrece Plafam tiene un valor de Bs. S. 22.000, siendo uno de los insumos más costosos y que supera el sueldo mínimo establecido a escala nacional.
Lolimar Mendoza, quien estaba en la entrada de Plafam en Los Símbolos, dijo que buscaba información debido a que quería removerse su dispositivo intrauterino por otro anticonceptivo hormonal más eficiente, como el implante subdérmico. “Mi sueldo no alcanza para tan elevados costos, cuidarse de un embarazo ahora es un lujo”, acotó.
La organización de salud sexual expresó que se reservan las cifras mensuales de la cantidad de insumos que adquieren. En la actualidad ofertan variedad de anticonceptivos hormonales, lo cual se debe a que han diseñado muchos proyectos de derechos a la salud sexual y de reproducción.
Cuando Crónica.Uno consultó con Jessica Castillo, coordinadora del área de comunicación e información de Plafam, indicó que cada centro atiende un aproximado de 300 a 400 mujeres diarias. En lista tienen a 1000 personas que solicitan información o quieren una cita. “Este año ha incrementado la demanda de métodos anticonceptivos”, destacó.
Adolescentes no los utilizan
Muchos de los embarazos en la adolescencia son resultado de accidentes y falta de educación sexual en el hogar y en la escuela. Por ello, la ONG Niña Madre registra un promedio de 15 adolescentes embarazadas que acuden cada semana para realizar diversas actividades ofrecidas por la organización como ejercicios respiratorios, gimnasia prenatal, cuidado de la madre antes y después del parto, y prevención de métodos anticonceptivos.
Claudia Clemente, facilitadora del programa de maternidad Niña Madre, expresó que las adolescentes suelen mencionar que el embarazo les llegó por sorpresa. “En el momento de la relación sexual sin protección no estaban conscientes de lo que hacían, aunque sí conocen los métodos anticonceptivos”, recalcó.
Un informe publicado a finales de 2018 por el Fondo de Población de las Naciones Unidas revela que 62 de cada 1000 jóvenes entre 15 y 19 años están embarazadas en Latinoamérica. Venezuela destaca en la posición del tercer país con las tasas más altas de embarazo en adolescentes.
Según el documento, titulado “El poder de decidir“, el embarazo adolescente es más frecuente en los hogares vulnerables. Esto se debe más a la falta de acceso a los métodos anticonceptivos que por el deseo de tener hijos, lo que no permite la planificación familiar.
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