El gremio de enfermeras, médicos y trabajadores no logró llegar a Miraflores, pero sí entregar un documento a dos funcionarios de la Vicepresidencia de la República. Dotación de insumos y medicamentos, mejoras salariales y beneficios para los jubilados, son los tres puntos que contiene el texto. Esperan que estas exigencias lleguen a la Presidencia.

Caracas. Doris Villamizar, una enfermera de la Maternidad Santa Ana, dio apenas unos pasos cuando le dijeron que ya no podrían avanzar más. Su marcha fue corta, pero su lista de reclamos se prolonga: Desde que nos levantamos hasta que nos regresamos a la casa son puras calamidades. Falta de transporte, salarios que no pagan un mototaxi para llegar a trabajar ni para alimentarse, imposibilidad de aplicar tratamientos por falta de inyectadoras, son parte de sus lamentos. Para ella se trata de un “SOS”, lo grita, aunque en Miraflores no se escuche. Llevamos 54 días de protesta y nadie del Gobierno nos ha atendido. Queremos vivir, no sobrevivir.

El sector de la salud quedó atrapado en la avenida Vollmer de San Bernardino. Las adyacencias del Hospital J. M. de los Ríos —punto del que partiría la marcha— estaban vigiladas por cientos de funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB). La amenaza de que los uniformes y batas blancas llegaría al Palacio de Miraflores, luego de 54 días de huelga ante la exigencia de dotación de insumos en los hospitales y el reclamo por mejoras salariales, les cerró el paso. Pero los casi 260 metros de calle fueron suficientes para que una vez más cinco federaciones —enfermeras, médicos, farmacias, trabajadores de la salud y jubilados— denunciaran la crisis el conflicto que enluta al país.

Aunque no los oyen, los miran. Un dron sobrevuela la avenida, una vista que no alcanza a captar los testimonios de una crisis de salud que se cobra con vidas. En la Clínica Popular de Catia, de los 15 insumos necesarios para una cirugía, apenas cuentan con 5. Elqui Pacheco, enfermera, dice que las entregas semanales que realiza el Seguro Social no cubren lo indispensable. “Nos faltan suturas, compresas, drogas anestésicas para dormir a los pacientes”.

En reiteradas ocasiones la Organización de Naciones Unidas (ONU) ha señalado la “crisis sanitaria en Venezuela”. El lunes la Oficina de Coordinación Humanitaria, a través del portavoz de la ONU, Stephane Dujarric, indicó que más de 100.000 pacientes de VIH-sida están en riesgo por falta de acceso a los fármacos necesarios y enfermedades previamente erradicadas como el sarampión, la malaria, la tuberculosis y la difteria, las cuales han vuelto y están en aumento.

Doris y Elqui no se conocen, pero ambas han hecho frente a las carencias de medicinas básicas y de equipos médicos. A los pacientes les repiten la misma frase: Debe traer los insumos. Sus salarios también son similares, aproximadamente seis millones de bolívares. Son estos los motivos por los cuales este jueves estuvieron frente al piquete de la PNB, para  reclamar respeto al valor de su profesión, para no abandonar, para seguir en el país, para vivir.

El viceministro de Hospitales, Armando Marín, acudió a la avenida Vollmer. Propuso mesas de trabajo y un ajuste salarial de 30 millones de bolívares. Ambas propuestas fueron rechazadas por los representantes gremiales, por lo que pidieron una comisión de la Presidencia de la República para entregar el documento que recoge la realidad de los hospitales en cuanto a dotación de insumos, salarios dignos y beneficios para los jubilados.

Pasado el mediodía, dos representantes de la Vicepresidencia de la República, entre esos, el director de atención ciudadana, Miguel Carvallo, llegaron a la protesta. Ambos funcionarios se comprometieron a entregar el documento a la vicepresidenta Delcy Rodríguez, quien, a su vez, lo llevará a la Presidencia.

Vamos a seguir porque la vida no tiene plazo de espera. No podemos esperar ni entender que el ministro diga que los insumos están llegando poco a poco a los hospitales, cuando pueden morir miles de personas, reafirmó Ana Rosario Contreras, presidenta del Colegio de Enfermeras de Caracas.

Y agregó: Es una demostración de que al Gobierno no le importa la salud. Es una demostración de que miente cuando dice que el Palacio de Miraflores es del pueblo. Hoy una fuerte contingencia de la policía impide que le entreguemos el documento al Presidente. Señor Maduro, lo que le estamos exigiendo es dotación de medicamentos para los hospitales y un salario digno, eso es todo. Para el sector salud no era punto de honor ir para Miraflores, para el sector el punto de honor es que reciba el documento.

Son 210 salarios mínimos actuales lo que piden —unos 630 millones de bolívares— y la construcción de un tabulador. Han dicho que, de no tener repuesta, el próximo martes 21 de agosto, la intergremial se reunirá para establecer nuevas acciones. Aunque no descartan ir al Congreso Nacional de Salud —se realizará el 25 y 26 de agosto— su participación está sujeta a la respuesta que obtengan del documento entregado, dijo Fanny Gamarra, presidenta de la Federación del Colegio de Enfermeras de Venezuela.

Esperamos que esta situación se le manifieste al presidente Nicolás Maduro. Que entienda que tiene darle una solución al problema. No queremos más muertes en los hospitales por falta de insumos, de venezolanos en sus casas que mueren porque ni siquiera llegan a los hospitales. Insumos, salarios dignos, beneficios para los jubilados. Esta es la realidad de todos, enfatizó Freddy Ceballos, presidente de la Federación Farmacéutica Venezolana.

En el interior del país, médicos y enfermeras se concentraron en las alcaldías y gobernaciones ante la imposibilidad de poder llegar a Caracas para protestar por la crisis de salud. El sector educativo también acompañó la manifestación,

Ya no aguantamos más. Estamos en terapia intensiva, llegamos a 100 grados centígrados, concluyó Gamarra.

Al otro lado del piquete

Mientras la marcha estaba detenida por el piquete de la PNB en la avenida Vollmer, la vida cotidiana de los caraqueños continuaba sin mayores incidentes del otro lado de la barrera de efectivos policiales.

No ocurrió mayor evento que estuviera ajeno al lugar común de algún curioso acercándose a preguntar qué estaba pasando o de algún otro ciudadano que necesitaba acceder hacia donde se encontraba la protesta. “Tiene que dar la vuelta por al lado y caerle a la calle por detrás”, era la respuesta común por parte de los uniformados a todos los que preguntaban sobre cómo acceder a la Vollmer.

Darle la vuelta a la calle fue exactamente lo que hicieron un reducido grupo de doctores, enfermeras y bionalaistas, los cuales lograron desembocar en la avenida Urdaneta a eso del mediodía.

Eran no más de 30 los manifestantes que lograron cruzar y, aun así, lograron trancar por un breve instante el tránsito en la avenida Urdaneta. Sin embargo, menos de 5 minutos después la Guardia Nacional se hizo presente en el lugar.

Creando un nuevo piquete, y con escudos antidisturbios adelante, los militares poco a poco empujaron a los manifestantes —entre los que había mujeres y ancianos— hasta la acera, desde donde continuaron protestando antes de finalmente disolverse al no lograr alcanzar su objetivo de darle inicio a la marcha.

Llegada la 1 de la tarde y con los manifestantes retirándose del lugar, los efectivos policiales y militares siguieron el ejemplo y uno a uno se fueron retirando de la zona céntrica de la ciudad capital, que retomó su curso habitual poco después.

Fotos: Luis Morillo @luizmorillo15


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