Subdirector del HUC rechaza donación de insumos de Médicos Sin Fronteras

Médicos sin Fronteras quería enviar como donaciones insumos y medicinas y la directiva dijo que no recibirían nada de parte de esa organización.

Caracas. Según el reporte nacional de Emergencia Humanitaria Compleja en Venezuela —para el mes de septiembre— el riesgo de fallecer en un hospital público es bastante alto: 53 % de los quirófanos están cerrados; 71 % de las emergencias no prestan servicios de manera regular; hay 64 % de déficit de camas hospitalarias; 79 % de los centros no recibe agua de manera regular. La lista y los porcentajes de las deficiencias de insumos es extensa.

Las penurias que pasan los pacientes en un centro asistencial de la red administrada por el Estado hablan de una crisis humanitaria compleja. Situación que se agudizó a partir de 2015.

A los pacientes les piden hasta un kit de laparoscopia para poder llevarlo al quirófano. Sus familiares llevan agua potable, la comida, los yelcos y hacen hasta lo impensable para poder pagar exámenes de laboratorios.

Pero para el doctor Pablo Castillo, subdirector (e) del Hospital Universitario de Caracas (HCU), esa realidad parece no existir, pues en carta fechada el pasado 5 de noviembre, le notificó a su colega, Gustavo Benitez, jefe del departamento de Cirugía, que por “decisión de esta Directiva, no se recibirán donaciones por parte de dicha organización”.

El doctor Benítez, haciendo uso de los canales regulares, envió una carta a la Dirección informando que la organización Médicos Sin Fronteras estaba dispuesta a enviar insumos y medicamentos.

Y la respuesta fue parca:

El doctor Jaime Lorenzo, director ejecutivo de Médicos Unidos de Venezuela, dijo que lo que más asombra es que Castillo es un médico que se formó en ese hospital.

Es triste ver que quien suscribe es un profesional de carrera que, por mantener un rol ideológico, con su actuación está afectando la prestación de un servicio como la salud. En épocas pasadas, en la tercera o en la cuarta, como quieras llamarlo, un grupo cristiano de otro país enviaba donativos, los recibía el ministerio y este órgano los repartía por los hospitales. Es lamentable que en la actualidad se ponga primero una posición política por encima de los pacientes, venezolanos que cuando van a un hospital deben lidiar con la escasez de medicinas que ronda el 88 % y con el déficit de personal, calculado en 55 %.


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