“Sufro de las rodillas y eso no impidió que saliera a marchar”

Lilia González tiene 66 años y los dos meniscos desgastados, aun así bajó sola desde el barrio La Coromoto, en San Martín, para unirse a la marcha que provenía de la avenida O’Higgins.

Caracas. Con 66 años encima y desgaste de ambos meniscos, Lilia González dejó a un lado el miedo y se unió a la marcha que partió desde la avenida O’Higgins de La Paz.

Salió del barrio La Coromoto, en San Martín y se sumó a la multitud a la altura de la plaza Madariaga, desde ahí caminaría hasta donde le aguantaran las rodillas.

Esta dolencia es la razón por la cual ya no puede hacer cola para comprar alimentos, teme que la tumben en las revueltas que se arman afuera de los supermercados y además no puede estar mucho tiempo de pie, porque esto es peor para sus rodillas. Sin embargo, solo por este jueves apartó ese temor y salió a protestar.

“No aguantamos esta situación, es una crisis que ya ningún venezolano aguanta. En todos mis años no había vivido algo así, queremos revocatorio este año”, dijo.

Tiene tres nietos: una adolescente de 15 años y otros dos muy pequeños. A los chiquitos les da tetero una vez al día porque los bachaqueros venden la leche en más de 5.000 bolívares y en casa no les alcanza el dinero con tantos gastos: “Mi familia está pasando hambre, a mis nietos les damos un solo tetero al día porque no nos da la plata, la leche la venden muy cara en los bachaqueros”.

Además es hipertensa y casi no toma sus pastillas por la escasez de medicinas. Si las encuentra, pues buena suerte, si no entonces queda a la buena de Dios y a rezar para que no le pase nada malo.

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No comió cuentos ni se dejó llevar por rumores. Su hija fue obligada a trabajar y por eso no pudo acompañarla a marchar. “No tengo miedo, yo tengo es fe de que mi país va a mejorar y las cosas van a cambiar”, dijo en un tono totalmente esperanzador, que erizó la piel.

Abuelitos con coraje

Carlos Torres, de 68 años, fue otro de los abuelitos que se integró a la concentración en la avenida O’Higgins.

Estaba solito, no se unió al grupo de ningún vecino. Su esposa no puede caminar y se quedó en casa, en el barrio La Ladera de La Vega. Ahí viven solos, con sus nietos.

Salió porque quiere revocatorio, piensa que Venezuela necesita un cambio de Gobierno; además en su casa falta la comida y ya no se alimentan como antes: “Nunca había vivido una situación así, yo prácticamente nací en La Vega y las cosas están muy duras por allá. Por eso no me dio miedo y salí a marchar, mi edad no es impedimento”.

Carlos y Lilia, fueron de los muchos abuelitos que salieron desde la avenida O’Higgins, en La Paz, cruzaron las avenidas Páez y Victoria y se encontraron con la manifestación en Santa Mónica y Bello Monte.

A lo largo del recorrido de Crónica.Uno se vieron vestidos de blanco, con gorras. Algunos iban tomados del brazo de algún familiar para atenuar las dificultades de su avance.

Este fue el único punto de concentración en el oeste previsto por la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) para la Toma de Caracas este 1 de septiembre, a fin de exigir al Consejo Nacional Electoral (CNE) que se entregue el cronograma para el referendo revocatorio, así como de las elecciones regionales.

Ahí se congregaron vecinos de La Pastora, El Junquito, Caricuao, la Cota 905, Montalbán, El Paraíso, La Vega, Antímano, Carapita y el estado Vargas.

Fotos: Yohana Marra


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