Tía de “El Picure”: No queremos que lo cremen porque no sabemos si será él

Grismar Colina, pariente de José Tovar Colina, dijo que no han podido reconocer su cadáver, pues en la morgue de Bello Monte les indicaron que debe ir su mamá, quien sufrió un ACV tras el operativo.

Caracas. Las labores en la medicatura forense de Bello Monte siguen prácticamente detenidas, desde que el martes en la noche fue ingresado el cadáver de alias “El Picure”.

Cuerpos como el de María Gabriela Tortolero, de 26 años, tienen casi 24 horas en la morgue del hospital Pérez Carreño, esperando que lo trasladen hacia la medicatura forense, de acuerdo con el testimonio de su mamá Josefina Oviedo. La furgoneta no trasladó a fallecidos la mañana del miércoles si no hasta la tarde, que fueron ingresados 18 a la sala de autopsias.

Mientras, funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) continúan custodiando el lugar, con el paso bloqueado en la avenida Neverí, y los parientes aguardan por la entrega de sus seres queridos para los actos velatorios, ubicados a media cuadra.

Entre ese bululú de personas también esperan las tías y primas de José Antonio Tovar Colina, de 27 años, abatido durante un enfrentamiento en El Sombrero, estado Guárico, el martes.

Llegaron a Caracas a las 3:00 pm del miércoles directo a la morgue a reconocer su cuerpo, pero los funcionarios les han puesto varias trabas. Primero les dijeron que ya era tarde para dárselos, luego que la única que podía hacer ese trámite era la mamá del fallecido y finalmente que solo se los entregarían si lo cremaban.

“A su mamá le dio un accidente cerebrovascular (ACV) cuando supo de toda la persecución. Además no puede venir a reconocer su cadáver porque la pueden detener y ella no tiene la culpa. No queremos que lo cremen porque no sabemos si va a ser él, de cuándo acá se ha visto esto por un malandro, esto es nuevo”, soltó Grismar Colina, tía de “El Picure”.

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Algo que sí tienen claro sus dolientes es que no lo velarán. Sus restos los llevarán directamente al cementerio de El Sombrero, aunque desconocen cuándo porque les anunciaron que los trámites de investigación tomarían entre siete y 10 días.

“Nosotras lo queremos ver por última vez, así haya sido un delincuente, este dolor solo lo sentimos sus familiares. Esa fue la vida que escogió y no podíamos hacer nada”, soltó una de sus primas, quien no quiso revelar su nombre.

Alejó a parientes de sus crímenes

“El Picure” no salía mucho de El Sombrero, siempre se mantuvo ahí o en los pueblos cercanos, por lo que descartaron sus nexos con bandas en otros estados del país, tal y como dijo su tía Iris Colina. Sus parientes no lo veían tan seguido, precisamente porque no estaba en un solo sitio.

“Llevaba como 20 días que no sabía de él. Estábamos conscientes de lo que hacía, pero nunca involucró a su familia en nada, más bien nos alejaba, se protegía a él y a nosotros”, añadió Grismar.

En Navidad o el Día de la Madre no contaban con su presencia. Aunque cuando iba a casa de familiares no tenía miedo de que apareciera algún policía buscándolo. “La vida del malandro es así, viven por el mundo”.

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Grismar señaló que todos los familiares no son de El Sombrero, pues viven en zonas más retiradas. Sin embargo, eran visitados por funcionarios y muchas veces ocasionaron destrozos en las casas. “Entraron a casa de su mamá y hasta le robaron ropa”.

“El Picurito”

José Tovar Colina nació el 12 de marzo de 1989. Obtuvo este apodo porque a su papá lo llamaban “El Picure” y a él, desde pequeño, “El Picurito”. Abandonó los estudios en sexto grado y dejó huérfanos a tres hijos (4, 3 y 2 años) con diferentes madres.

Su tía recordó que le gustaban mucho los deportes y era bastante salsero. “Oía a Maelo Ruíz”. Dio ayudas económicas para operaciones de vecinos y pagó las fiestas del Día del Niño en El Sombrero, con plata proveniente del delito.

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En 2011 sus allegados se enteraron de que andaba en malos pasos, ya que fue detenido en el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) de El Rosal. Desde entonces se convirtió en el mito.

“No conocemos qué hacía, pero cuidado y no era un mito, una leyenda. Todas las bandas decían que eran de ‘El Picure’ o en los periódicos de Guárico cuando mataban a alguien le echaban la culpa a él, no sabemos si era así de verdad”.

Fue abatido en horas de la tarde de este martes, en un enfrentamiento con la Policía del estado Guárico y la GNB. De acuerdo con fuentes extraoficiales, la persecución inició el lunes en el velorio de Junior, el hermano de Tovar Colina, quien murió de la misma forma, el sábado.

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La noche del lunes cinco personas cayeron en un tiroteo. Solo uno de los fallecidos guardaba relación con la banda y era “Yordy”, según Grismar, tía de Tovar Colina. Las otras víctimas, el suegro de “El Picure”, dos cuñados y un concuñado no tenían nada que ver. En esta oportunidad fueron detenidas cuatro mujeres.

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Las balaceras se prolongaron hasta el martes, día de su muerte, en una casa abandonada del sector Juan Ángel Blanco. Grismar señaló que tres inocentes fueron asesinados junto con él: un profesor del pueblo y dos vecinos más.

El ministro para Relaciones Interiores, Justicia y Paz, Gustavo González López, confirmó la muerte de Tovar Colina y hasta la tarde de este jueves no ha dado más información.


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