Trabajadores amenazan con paralizar planta de Vencemos en Guanta tras detención arbitraria de compañeros

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El pasado miércoles, cinco empleados de la cementera fueron detenidos por efectivos de las FAES, acusados de presuntamente desviar 700 toneladas de material estratégico. Compañeros calificaron la medida como un secuestro y denunciaron humillaciones y maltratos hacia sus colegas.

Barcelona. “Libertad, libertad, libertad”, fue la consigna más repetida este domingo por los trabajadores de la planta de Vencemos Pertigalete, ubicada en Guanta-Anzoátegui, tras protestar en la sede del Palacio de Justicia de Barcelona a raíz de la detención de cinco compañeros el pasado miércoles por efectivos de las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES).

Richard Figuera, delegado de prevención de la cementera, refirió que durante la mañana del pasado miércoles, los trabajadores del área de ventas: Rafael Lezama (jefe de Romana), Dickson Franco, Néstor Marcano, Andrés Arreaza y Josmari Hernández (de la consultoría de Ventas) fueron detenidos por las fuerzas especiales de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), por supuestamente estar involucrados en el desvío de 700 toneladas de cemento gris.

Durante la manifestación, sus compañeros negaron las acusaciones al indicar que los detenidos “son empleados con más de 20 años en la empresa y de conducta intachable”.

Nosotros no sabemos de quién es esta orden y por qué lo están haciendo, estos trabajadores han dado su vida por una empresa que está prácticamente en el suelo y se mantiene a flote por la masa laboral. Rechazamos el abuso con que los efectivos de las FAES ingresaron a la planta y cómo trataron a nuestros compañeros, fueron víctimas de exceso de autoridad, indicó visiblemente molesto y con lágrimas en su rostro el trabajador Iván Martínez.

Los manifestantes calificaron el procedimiento —realizado el pasado miércoles en la sede de la cementera por las autoridades de la PNB— como un secuestro. El mismo inició cerca de las 9:00 a. m. y culminó a las 11:00 p. m., tiempo en el que sus colegas estuvieron esposados e incomunicados. Sostuvieron que los efectivos irrumpieron con armas de guerra y arrasaron con todo lo que encontraron a su paso, denuncian que sus compañeros son víctimas de vejaciones.

Al director de la planta lo empujaron a una oficina y le quitaron el celular, sabemos que nuestros compañeros están siendo humillados y vejados porque no les han permitido siquiera bañarse, prácticamente están secuestrados, los tratan como terroristas. Nosotros a ciencia cierta no sabemos lo que les están imputado, el día que los detuvieron lo único que pudimos averiguar que decía la acusación era ‘desvío de 700 toneladas de material estratégico’ cuando eso es falso, indicaron.

En el piso

Figuera sostiene que así como las autoridades “son diligentes para practicar el terror”, deberían tener la misma disposición para hacer efectivos los beneficios correspondientes a los trabajadores e invertir en la empresa. Expresó que la planta produce al 30 % de su capacidad instalada por voluntad de los trabajadores, que permanecen en las instalaciones pese a no tener implementos para trabajar y ganar solo 6300 bolívares a la semana.

Esta es una empresa de alto riesgo tanto para los empleados como para la comunidad, los electrofiltros que disminuyen los efectos de contaminación por polvillo hace años que están inoperativos, aquí un trabajador gana solo 6300 bolívares a la semana, así no se puede trabajar. Insapsel sabe de todo esto y ya debería haber cerrado está planta por las condiciones en las que se encuentra, pero se hacen de la vista gorda, no le paran a las denuncias, dijo.

Los trabajadores refirieron que de no ser liberados sus compañeros, paralizarán las actividades de producción y operaciones de la planta de manera indefinida.


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