Aproximadamente 1000 trabajadores de esta empresa en Carabobo se ven afectados por la falta de un salario que se ajuste a la realidad económica. La empresa, con una capacidad de producción de 9000 cauchos al día, solo produce 2000.

Valencia. Por primera vez en los 11 años que lleva trabajando en Good Year de Venezuela, Daniel Ribas se ha visto obligado a llevarse a su casa la comida que le ofrecen en el comedor de la empresa, para poder así alimentar a sus dos hijos. Su salario mensual no le alcanza para cubrir las necesidades básicas de su familia.

El salario no nos alcanza ni para comprar medio kilo de queso”, comentó a Crónica.Uno desde el portón de la empresa, ubicada en la zona industrial de Valencia.

Con un sueldo mensual, que incluye el bono alimentario, de 20 millones de bolivares le es imposible cubrir sus gastos. Por ello protestaba pacíficamente junto a compañeros de trabajo. Exaltado, manifestó que, a pocos días del inicio de un nuevo año escolar, no sabe cómo hará para comprar los útiles escolares. Ni un lápiz ni un cuaderno podré comprar.

Según explicación dada por la empresa a los trabajadores, el deterioro de los beneficios laborales y la imposibilidad de un nuevo aumento del salario obedecen, principalmente, al declive de la producción por falta de materia prima, y también a que, por ser una empresa productora de cauchos, están condenados a mantener los precios regulados que impone el Gobierno.

Yoel Peña, representante de los trabajadores, dijo que, desde 2015, han notado la merma en la producción. La capacidad instalada es de 9.000 cauchos diarios y actualmente solo producen 2.000.

El secretario del sindicato recordó que, desde 2016, empezaron a trabajar con mercancía obtenida gracias al Fondo Chino, con la promesa que esta inversión cubriría los niveles de materia prima que garantizarían la producción; sin embargo, los niveles de producción no se incrementaron, solo se mantuvieron cercanos a 30% de la capacidad instalada.

Peña comentó que hace tres semanas acudieron a Good Year representantes del Gobierno, quienes aseguraron que se habían reunido con trabajadores y representantes de la empresa para lograr un acuerdo con el propósito de incrementar la producción e iniciar de nuevo la exportación de cauchos (desde hace tres años está interrumpida); sin embargo, hasta el momento no se ha visto la consolidación de algunas de estas acciones.

El sindicalista manifestó que hay materia prima que ha sido adquirida a través del Fondo Chino que está vencida y que, por no cumplir con los estándares de calidad, atrasa la producción mientras llega la reposición.

Los trabajadores de Good Year ven con preocupación que desde hace siete meses está vencida la convención colectiva. Claman al patrono por el inicio de la discusión del nuevo contrato para alcanzar acuerdos en el pago de salarios que se ajusten a la realidad económica del país.

Justamente por la falta de un salario que garantice la estabilidad económica unos 200 trabajadores de esta empresa han renunciado desde 2017 para formar parte de la diáspora venezolana que busca una mejor calidad de vida en el exterior.

La protesta en Good Year se suma a las que han protagonizado los trabajadores tanto de Firestone como de Pirelli. Esta última, incluso, notificó el cierre de su planta en Guacara el pasado 20 de junio a la espera de insumos que deben llegar de Brasil. El cese de operaciones afectó a unos 900 trabajadores, quienes aún guardan la esperanza de una futura reactivación de la empresa.

Fotos y videos: Leomara Cárdenas


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