Durante la jornada de este miércoles trancaron todas las entradas de la universidad. Protestan por los bajos salarios.

Caracas. Los sindicatos que hacen vida en la Universidad Central de Venezuela (UCV) este miércoles cerraron todos los accesos al recinto, en protesta por los bajos salarios y, por ende, las malas condiciones laborales. Este jueves y viernes harán un paro no presencial como medida de presión a las autoridades universitarias y al Ministerio de Educación Superior.

Este miércoles hasta bien entrado el mediodía trabajadores administrativos, obreros, estudiantes y profesores se agruparon en las entradas de la UCV para exponer la crisis interna de la que llaman la principal casa de estudios superiores del país.

“Salario de hambre” fue la consigna que los acompañó durante la protesta.

Marisol Pérez, secretaria de actas de Sintra-UCV, dijo que no les han honrado lo que establece la convención colectiva.

El HCM que actualmente tienen cubre una póliza que no pasa de los 100.000 bolívares.

Ya varios compañeros se han muerto por no poder solucionar los problemas de salud, y en las clínicas nos piden depósitos en dólares. Con nuestros sueldos cómo podemos cubrir eso. Es imposible, destacó.

Pérez, quien habló en representación del grupo que se concentró en la puerta que da acceso al hospital Clínico Universitario —una de las de mayor tránsito— contó que hasta tienen un recorte en la entrega de los uniformes: de seis camisas, e igual número de zapatos y pantalones, ahora les entregan dos.

Tampoco tienen los insumos para hacer las funciones de limpieza. No hay ni bolsas para la basura.

Ya no hacen guardias nocturnas. Según la sindicalista, se las quitaron porque ya no pueden brindar toda la seguridad a los trabajadores dentro del recinto.

El déficit laboral y salarial lo arrastran desde hace varios años. Situación que los mantienen en un conflicto permanente, el cual desde enero se manifiesta con los cierres de las puertas casi que a diario.

Hace una semana los trabajadores fueron a la sede del Ministerio de Educación Superior y regresaron con las tablas en la cabeza.

No hubo respuesta para nuestros reclamos, más bien nos mandaron a los colectivos. Ellos nos dijeron que nos retiráramos porque tenían orden de hacerlo por las malas. Así nos tratan y nosotros estamos cansados. Esta crisis ha hecho que muchos de los compañeros renuncien, otros se van sin que les den sus arreglos. La universidad está muy mal.

Esa última frase se refleja en los pasillos, en los jardines, en las paredes y salones. Por donde se transite hay falta de mantenimiento, no hay barrido diario, no se lavan las caminerías, hay techos con filtraciones, no se sustituye el alumbrado de las áreas comunes.

Mientras los trabajadores cercaban los accesos, el colapso vehicular no se hizo esperar. Del lado del paseo Los Símbolos la cola fue descomunal. La protesta afectó a los pacientes que necesitaban llegar al Clínico. Hubo un corneteo insistente, por la puerta solo se permitía el paso cada media hora.

Detrás de los volantes había caras impotentes, pero pacientes, porque el reclamo que se hacía del otro lado estaba argumentado: “Por un salario digno y no de hambre”.

Fotos: Mabel Sarmiento Garmendia.


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