Mantener el estilo de vida cada vez es más difícil para el venezolano de a pie. Ahora hasta tener antojos puede llegar a ser un lujo
Andreína Malavé/ Alejandra Pineda
Caracas.- Es normal que a cualquier caraqueño se le despierten las ganas de merendar a mitad de tarde y el primer resuelve sea el kiosco de la esquina, pero comprar varias chucherías te pueden consumir un día de salario.
Más grande que el antojo, es la sorpresa que las personas se llevan al ver que los precios aumentan casi semanalmente, y que es muy probable que lo que compre hoy no lo consiga el lunes. La escasez también afecta las ganas de comer un chocolate o una papita.
En un recorrido por el centro de Caracas, varios dueños de kioscos confesaron que mantener una variedad de productos decente puede llegar a ser un trabajo difícil, sobre todo porque los precios varían cada vez que les llega la mercancía.
Orlando García, quien trabaja para uno de los kioscos de la Avenida Universidad, comentó que la mayoría de las veces se ve obligado a salir a comprar productos para abastecer su puestico. “Si nos quedamos esperando a que lo traigan, nos quedamos sin nada”, añadió.
Pero lo más grave del asunto no es sólo la falta de suministros por parte de los proveedores, sino los precios a los que se deben enfrentar los vendedores, que a veces llegan a aumentar semanalmente. “Una caja de galletas Oreo me costó 350 bolívares la semana pasada, y hoy compré otra y me salió en 650”, declaró García.
La mayoría de las chucherías que llegan a través de los proveedores vienen con el Precio Máximo de Venta al Público (PMVP) pero, como aseguran casi todos los vendedores, cuando no abastece quien debería hacerlo, ellos mismos deben salir a comprar algunos productos y venderlos 5 a 10 bolívares más caro para así poder tener alguna ganancia.
Los productos que más demanda tienen, y a veces se venden respetando el PMVP, son los platanitos Natuchips y las papitas Ruffles. Ambos artículos cuestan 35 bolívares, sin embargo, en algunos kioscos te los ofrecen a un precio muy superior, pasando de los 60 bolívares.
Por otro lado, las galletas Oreo varían entre los 35 y 45 bolívares, al igual que el Cocosette y la Susy. Si el antojo es de chocolate, el golpe al bolsillo puede ser más duro. Un chocolate de leche Savoy de 30 gramos se podría conseguir, si se tiene suerte, en 30 bolívares, pero lo más probable es que no baje de 50. Los chocolates nacionales más caros son el Carré y el Toronto, que pueden llegar a costar como mínimo 110 y 30 bolívares, respectivamente.
Si el antojo no es específico y lo que hace falta es un dulcito que mate la ansiedad se puede comprar un caramelo de menta o de fresa pequeño, que cuesta 5 bolívares, o una chupeta Bon Bon Bum que se puede conseguir por lo menos a 20.
En comprar cinco chucherías una persona se puede gastar 225 bolívares, casi un día de salario mínimo, que actualmente es 224,90 bolívares.
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