Un pelotón de la PNB y otro de la GNB salió a controlar protesta de adultos mayores

pelotón de la pnb

Párkinson, alzheimer, cáncer, problemas de la tensión o psiquiátricos son algunas de las patologías que padecen la mayoría de los pensionados y jubilados, enfermedades que no pueden tratar con una pensión de 40.000 bolívares mensuales. Por eso querían marchar hasta la Vicepresidencia de la República, donde pretendían exigir mejoras a sus condiciones.

Caracas. Frente a una fila de escudos, cascos y chalecos antibalas de los equipos antimotín de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) y de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), se pararon con sus bastones y pancartas no más de 60 pensionados y jubilados que solo pretendían ir hasta la Vicepresidencia de la República para exigir mejores condiciones salariales, pues hasta ahora con lo que devengan mensualmente solo pueden comprar un cartón de huevos.

Los ciudadanos se concentraron en la esquina de Altagracia, frente a la sede del Seguro Social, institución donde la mayoría hizo trayectoria laboral y dejó la juventud.

Desde ese punto se disponían a caminar una cuadra hasta la avenida Urdaneta, pero el cordón de los cuerpos de seguridad les impidió el avance.

Esta vez no hubo resistencia de parte de los manifestantes, tampoco les lanzaron bombas lacrimógenas para que se retiraran de la esquina. Se les veía cansados, agotados y más enfermos.

Párkinson, alzheimer, cáncer, problemas de la tensión o psiquiátricos son algunas de las patologías que padecen la mayoría de los pensionados y jubilados, enfermedades que no pueden tratar con una pensión de 40.000 bolívares mensuales.

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Foto: Mabel Sarmiento

Fue común en el grupo verlos llorar cuando narraban sus condiciones. Mercedes Torres fue una. Contó, con la voz entrecortada, que no puede mantenerse estable por la falta de medicamentos para controlar su padecimiento psiquiátrico.

A sus 75 años de edad, dijo que nunca vivió algo como esto, se siente humillada y desprotegida. Sus hijos buscan hasta por debajo de las piedras el dinero para sus medicamentos. Pero igual no les alcanza para la comida y eso la hace desmejorar con el paso de los días.

No menos triste es el caso de Tania Arnal, enfermera jubilada desde hace 20 años, y con diagnóstico de párkinson desde hace 15.

El temblor constante de su mano derecha era la muestra de la ausencia del tratamiento. “Desde hace cinco meses que no lo tomo, no lo puedo comprar. Lo poco que me pagan se me va en comida, que tampoco es suficiente. Como dos veces al día y allá en Cúa, donde vivo, todo es más caro: un kilo de arroz pasa los 30.000 bolívares”.

Mientras los pensionados y jubilados mostraban las costuras de sus crisis, no muy diferentes al resto de los trabajadores activos, Carlos Julio Rojas, vocero de los jubilados y pensionados, declaraba que la propuesta que llevaban a la Vicepresidencia era subir los beneficios a 600 dólares mensuales, pues con las actuales condiciones están a la buena de Dios y muriendo en los hospitales. No les garantizan ni siquiera los medicamentos de alto costo.

Casi a las 11:00 a. m. la concentración —ya que no se pudo hacer la marcha— se diluyó, pero los manifestantes dijeron que seguirán, a pesar de sus limitaciones y dolencias, en la calle.

Y más aún, como expresó Pastora Fernández, sobreviviente de cáncer: “Porque queremos seguir viviendo con un poco de calidad de vida, y no estar angustiados cada minuto del día porque no tenemos ni para un medicamento”. En su caso, cree que ya no va a seguir con el tratamiento para el cáncer y tampoco puede hacerse en corto plazo un examen cuyo costo supera los 2 millones de bolívares.

Ni del Seguro Social, ni de la Vicepresidencia de la República salieron a atender sus quejas.


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