Una fan muy especial acompaña al pedalista Canelón en los Panamericanos

El ciclista venezolano, nacido en la parroquia Caricuao, intentará repetir en Toronto el éxito que obtuvo cuatro años atrás en la justa preolímpica de Guadalajara

Cristóbal Naranjo/ @cristobnaranjo

Caracas. En los Juegos Panamericanos Guadalajara 2011 el pedalista Hersony Canelón finalizó su participación con un sabor agridulce. En lo deportivo le fue muy bien: ganó dos medallas de oro. Pero ese éxito en la pista pasó a segundo plano con la enfermedad de su madre Ninoska Vera, quien le regaló su primera bicicleta a los 11 años de edad.

En 2015, el muchacho nacido en la parroquia Caricuao, repite en la justa del ciclo olímpico que se celebra en Toronto, Canadá. Solo que esta vez, si los pronósticos se cumplen y se sube nuevamente al podio, tendrá la dicha de quitarse la medalla y guindársela en el cuello a su mamá.

“Es una alegría que mi mamá esté aquí acompañándome, ella es mi motivación. Es una bendición para mi familia que me pueda acompañar a un evento como este después de todo lo que ha pasado. Estoy muy contento de verla bien y cerca de mí”, señaló el ciclista, que no olvida los sacrificios maternos para comprarle el implemento que definió su camino en el deporte.

“Somos personas de bajos recursos. Comprar una bicicleta era muy costoso, pero recuerdo que yo la acompañaba a vender productos tupperware, tortas y café. A veces salíamos con el carro de un tío y llevábamos las cajas para entregar los productos. Mi mamá luchaba mucho por mí y eso siempre lo he tenido presente”.

Perseverancia 

En la actualidad Canelón recoge los frutos de la perseverancia, cualidad que también adquirió de la mano de doña Ninoska cuando en los inicios de su carrera ni soñaba con recibir una medalla. “En las primeras competencias mi mamá siempre iba conmigo. A veces quedaba de último, pero ella me decía que no me rindiera. Que así terminara de último siempre tenía que seguir adelante”.

La más clara demostración de que Hersony asimiló ese consejo fue la clasificación a los Juegos Olímpicos Londres 2012, que felizmente logró en una fecha especial para su madre. “La última competencia que tuvimos en 2012 fue en Australia, el 4 de abril que era el día de su cumpleaños.  Yo le dije que ese día le daba ese regalo de cumpleaños, que no iba a estar presente, pero que le regalaría la clasificación a Londres y así fue”.

Con el boleto a las Olimpiadas Río 2016 entre ceja y ceja, el caraqueño tendrá en los Panamericanos una nueva parada en la ruta a Brasil. Y al margen del metal que obtenga en Canadá, sabe que en la tribuna contará con el respaldo de una fan que para él vale oro.


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