Con una lloviznita se desbordan las aguas negras en la calle principal de Casalta

El cauce de por el que corren las aguas residuales se ubica frente a las puertas de las casas del barrio El Nazareno. Los vecinos exigen la presencia de las cuadrillas de limpieza de la Alcaldía de Caracas.

Caracas. Una figura de la virgen de Santa Bárbara está ubicada en un pequeño altar en plena calle principal de Casalta. Según Josefina Núñez —nombre ficticio—, esa imagen religiosa era más grande, pero hace cuatro meses, tras una inundación por un palo de agua que cayó en varias zonas de la capital, un río de aguas negras que subió más de un metro se llevó entre sus escombros la estatua y más nunca la vieron.

A un lado de la acera de la calle principal de Casalta están los bloques Pedro Elías Gutiérrez y, al frente, el barrio El Nazareno, que es donde vive Josefina. Allí hay casas que fueron construidas al borde de una zanja ideada, en principio, para que corriera el agua de lluvia, pero sin una planificación, los desechos y aguas servidas también se cuelan en ese torrente y fluyen a la vista de los ciudadanos, que caminan con mucha cautela para no caer en un charco contaminado.

Foto: Crónica Uno / Miguel González
Pocos centímetros alejan el río de aguas negras de las puertas de las casas del barrio El Nazareno.

“Hace como cuatro meses, fue que llovió durísimo y esto —la calle frente a su casa— se inundó todo. Faltó que el nivel del agua subiera dos escalones para que se metiera a mi casa”, recordó Núñez, mientras apuntaba con el dedo hasta donde llegó el nivel del agua en la fachada de su residencia, que es una de las pocas cuya puerta no roza la acera y eso impide que los ríos de aguas negras penetren en su hogar, cosa que ocurre en otras estructuras construidas unos metros más abajo.

Según José Quintero, que vive en las residencias Pedro Elías Gutiérrez, apenas cae una lloviznita las zanjas no se dan abasto para la cantidad de agua y se desbordan, lo que genera inundaciones en las aceras, casas cercanas y en la calle.

Foto: Crónica Uno / Miguel González
Esta es la alcantarilla que los vecinos limpian cada vez que se tapa.

“El pasado viernes —30 de septiembre— la alcantarilla que recibe toda el agua que viene de los cerros se tapó porque allí cae de todo, basura, tierra, piedras, pañales. Se inundó tanto que ni las camionetas por puesto, jeeps, motos ni el metrobús podían pasar. Algunos choferes levantaron la alcantarilla como manera de protesta”, indicó Quintero.

El problema de las condiciones del cauce por donde corren las aguas es muy antiguo. Desde hace 30 años, Juan Rico es dueño de una tapicería ubicada justo frente a la alcantarilla que los transportistas destaparon la semana pasada para alzar su voz.

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Rico contó que el mismo día que el agua se llevó la figura de la virgen, su local se inundó, por lo que las pérdidas en materiales para reparar los muebles que le encargan fue grande.

“Hubo una par de muebles que tuve que reparar de nuevo, desde cero, porque una cosa es que se mojen por la lluvia y otra de aguas negras. Fueron dos días esperando que bajara el nivel del agua, y luego a limpiar la alcantarilla”, aseveró el tapicero.

Foto: Crónica Uno / Miguel González
Juan Rico mostrando como se mete el agua hasta en las estructuras de los carros.

Para Quintero, la verdadera razón de las constantes inundaciones cada vez que llueve son las casas y estructuras construidas, según él, de manera rápida y desorganizada.

“Ese barrio —El Nazareno— ha crecido mucho con el pasar de los años, pero yo he visto cómo se han caído casas por los deslizamientos de tierras. Incluso han desalojado a algunos y luego otros vienen e invaden. Ahí —dice y señala con el dedo índice a una zona del barrio— iban a construir una pantalla atirantada pero cada vez vemos más ranchos”, expresó.

Si llueve, los vecinos del sector aseguran que volverá a ocurrir una inundación y crecerá el “río” de aguas negras. Le piden a la Alcaldía de Caracas que solucione el problema a la mayor brevedad posible o que les ayude con una máquina a limpiar el sitio, porque notan que aunque ellos lo hacen no es suficiente.

Foto: Crónica Uno / Miguel González
Parte de la zona donde se han caído y construido nuevamente las casas en el barrio El Nazareno.

Fotos: Miguel González


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