El aumento del pasaje le hizo más huecos a los bolsillos de los trabajadores. La gente dice que está reduciendo los viajes, así se trate de ir a chequeos médicos.
Mabel Sarmiento Garmendia/@mabelsarmiento
Caracas. Los pasajeros que vienen a Caracas de los Altos Mirandinos, Valles del Tuy, Vargas y de zonas como Guatire e incluso Higuerote, tienen empeñados los dos ojos de la cara y hasta parte de la dentadura. ¿Para qué? Para poder pagar el pasaje diario.
Hay quienes, como el señor Fermín González, que vienen todos los días a trabajar a la capital y gastan mínimo Bs. 1000. Al mes, solo de lunes a viernes, son Bs. 20.000, sin contar la comida o el agua mineral, para calmar la sed cuando pasan más de dos horas en una cola esperando transporte.
“Tengo más huecos en los bolsillos con la comida y ahora con el transporte. Esto es una locura. No se puede ya”. señaló.
González usa la ruta Encarnación que sale desde el terminal Nuevo Circo, en La Hoyada. “Nada es fácil. El costo normal del pasaje es de Bs. 260 pero pasado el mediodía a la parada solo llegan las unidades piratas que cobran a partir de Bs. 500. Pero aquí no hay a quién llevarle la queja. Ellos ven la necesidad de uno y abusan. Me tengo que ir, no me puedo quedar en Caracas. Tampoco puedo dejar de trabajar, ¿quién lleva la comida a la casa?”, dijo preocupado.
Pero a él no solo se le desangra el bolsillo. La señora Maura Galarraga, quien viaja dos o tres veces a la semana para realizarse una consulta médica en el hospital Vargas, comentó que ahora va a reducir los traslados porque no puede pagar tanto. Cuando viene lo hace en compañía de un familiar.
“Tendré que venir menos al médico. Entre las dos son casi 3.000 bolívares en ir y venir y eso aguantándose uno las ganas de comer algo”, sentenció.
Lo mismo opinó Cristina Lara, quien vive en Barlovento a raíz de la tragedia de Vargas. “No te imaginas cómo me arrepiento ahora de haberme ido para allá. Mi esposo está enfermo y lo que cobra de la pensión se nos va en pasajes. Entre los dos, porque tengo que acompañarlo, son Bs. 2800 en un día. La estamos pasando mal, mija”.
Y si el viaje se hace con chamos, la cosa se pone más ruda. Gladys Rivera, quien trabaja por los lados del Concresa y vive en Paracotos, contó que ella, su esposo y dos hijos hacen (cada uno) cuatro viajes al día.
Usando las matemáticas son 16 pasajes en un día, a Bs. 35 entonces gastan Bs. 560; a la semana, Bs. 2.800 y al mes 11.200.
“Nos aumentaron 20% en los salarios, pero eso no rindió, entre la comida y el pasaje, estamos dejando la vida empeñada. Solo salimos a trabajar, nos limitamos las salidas los fines de semana porque el pasaje es más caro. Además las camionetas están trabajando hasta las 8:00 pm. Si tenemos una emergencia, nos vemos en la obligación de agarrar un autobús que viene de Maracay o Valencia y entonces son Bs. 500 por persona”, refirió.
A los estudiantes el aumento les pea aún más. Muchos dependen de sus padres como es el caso de Ubalderi Quintana y Gabriela Quiaro, quienes pagan Bs. 1.000 cada una en puro pasajes.
“El semestre pasado pensé en no seguir la carrera. Es un gasto muy fuerte para mi mamá”, dijo Quintana.
Aumento no resuelve crisis
Según la Gaceta Oficial del 17 de marzo de este año, número 6.221 las tarifas de transporte de pasajeros, en las rutas urbanas quedó en Bs. 35 en febrero, Bs.45 a partir del primero de agosto y Bs. 50 luego del 15 de noviembre de este año.
Mientras que para las interurbanas el Ministerio de Transporte Terrestre estableció que su incremento podía ser hasta de 100%, dependiendo del servicio (si tiene aire o baño) y de los kilómetros recorridos.
Para los conductores, la otra cara de la moneda es que ese ajuste no cubre las necesidades del sector. Al sector transporte le pega la escasez de repuestos y baterías, que se agudizó por las restricciones del Gobierno en la entrega de billetes verdes. Según la Cámara de Comercio de Autopartes (Canidra) se calcula que hay 40 % de escasez de repuestos para vehículos.
José Ángel Ordoñez, conductor de la ruta Caracas-Altos Mirandinos, dijo que un caucho lo consiguen en Bs. 300.000 y que una lata de aceite de 20 litros en Bs. 17 o 18.000.
“Pero no es solo el costo de los repuestos, que están así de elevados por la escasez. Además nos exponemos todos los días a la inseguridad desatada. En esta ruta todos los días roban un carro. Los asaltos son cada vez más violentos, golpean a los usuarios y se llevan todo”, afirmó Ordoñez.
Jhonatan Ledezma, también conductor Caracas-Los Teques, contó que gastan entre Bs. 40.000 y 50.000 todos los meses para hacerle mantenimiento a las unidades, y que ya -en su caso- está trabajando sin caucho de repuesto.
Esto ocasionó la disminución de las unidades de la calle. Dijo que si antes sacaban cerca de 14 carros, ahora trabajan con la mitad, precisamente porque a mucha les falta una pieza.
Ismael Castro, de la ruta Caracas-La Guaira, también se ve afectado por la situación y añadió que las jornadas se redujeron considerablemente. “No podemos seguir forzando los camionetas. Si se daña un aparato uno pasa dos o tres meses en el taller y sin plata en el bolsillo”.
Fotos: Angeliana Escalona
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