Usuarios enardecidos: sin ferrocarril y sin transporte público

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El sistema ferroviario presentó una falla. Miles de usuarios se quedaron varados y mientras el IFE anunciaba por sus redes sociales que tomará las previsiones pertinentes, las pocas unidades del transporte público dejaron de trabajar por temor a represalias. Estaban cobrando, según los usuarios, entre 1500 y 5000 bolívares soberanos para trasladarse a Caracas.

Caracas. Un día de furia. Así se vivió la mañana de este jueves 17 de enero en lo alrededores de la estación del ferrocarril de Los Valles del Tuy, Simón Rodríguez. Una falla que no fue especificada por las autoridades generó el colapso en el sistema y, acto seguido, la molestia de los usuarios, cansados de trajinar con el tema del transporte.

Con el servicio del tren parado, las opciones no llovieron. La gente se aglomeró en las afueras del terminal y la desesperación hizo lo demás. De inmediato comenzaron a protestar y a vociferar consignas en contra del gobierno de Nicolás Maduro.

Esta es la primera falla grande que se registra en el sistema durante los primeros días del año. Los usuarios quedaron varados y no encontraron la forma de llegar a sus destinos. Así que se concentraron en la avenida principal y en la redoma de Charallave para exigir soluciones que nunca llegaron, pese a que quemaron cauchos y obstaculizaron el paso vial.

Les enviaron a los cuerpos de seguridad. Sin embargo, no disminuyó la ira acumulada no solo por el colapso del transporte, sino por la precariedad de la vida rutinaria: falta de agua, de gas, de luz, de Cantv, por los precios que se quintuplicaron en una semana. Todo eso aglutina el descontento social que no ve salida y busca escapes con la protesta, que no es atendida por el Gobierno.

Mientras la gente estaba en la calle esperando la restitución del servicio, los pocos choferes de busetas aprovecharon la situación para disparar las tarifas: los usuarios denunciaron el cobro de montos entre 1500 y 5000 bolívares soberanos desde Charallave hasta Caracas.

La sugerencia del Instituto de Ferrocarriles del Estado (IFE), era que la gente tomara sus previsiones mientras se solventaba el problema.

A las 6:00 a. m. llegas y no hay ferro. Solo tenía 500 soberanos en el bolsillo, no pude llegar a mi trabajo. Esto se está desbordando. Aquí no hay camionetas y las que trabajan cobran lo que les da la gana, dijo Julio Hernández.

Pedro Guevara, dirigente del transporte en Valles del Tuy, aclaró que la protesta no fue por el cobro del pasaje: La gente quemó cauchos molesta por el cierre de las operaciones comerciales el ferrocarril. Nosotros decidimos guardar las unidades para evitar que las quemaran. No hay muchas, están trabajando entre 40 y 50. A veces 30. Por tanto, no podemos arriesgarnos a tanto.

Pasado el mediodía, las unidades comenzaron a salir, pero ya el mal estaba hecho: muchos no llegaron a sus destinos, pese a que el IFE aseguraba que seis trenes estaban 100 % operativos a mitad de mañana.

Luis Alberto Salazar, presidente del Comité de Usuarios del Transporte Público, dijo al respecto que ya se está haciendo efectivo el aumento ilegal del pasaje en diversas ciudades del país, bajo la mirada complaciente de las autoridades municipales encargadas de vigilar y tener el control de las rutas que circulan en los 335 municipios del territorio nacional.

Eso no tiene que ver con estudios de costo del servicio, sino, entre otras cosas, por la facilidad de poder cobrar con billetes de la denominación Bs. S. 50 y Bs. S. 100. Esa situación se ve incluso en las perreras que quedan, principalmente en el interior de la República. Lo más grave es que no hay ni miembros de consejos comunales, comunas, concejales, diputados regionales, alcaldes, gobernadores, funcionarios del Gobierno en representación del INTT, GNB, PNB, Defensoría del Pueblo y Ministerio Público donde podamos los usuarios acudir a hacer valer nuestros derechos.


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