Jhonny Palencia, de 51 años, recibió cuatro tiros por defender a un vecino al que acusaban de propiciar un intento de saqueo. Sus familiares señalaron al grupo armado Alirio Díaz Carbonell y junto con sus vecinos harán lo posible para tener justicia.
Caracas. “Ojalá pudiera devolver el tiempo para verte de nuevo, para darte un abrazo y nunca soltarte. Más comprendo que llegó tu tiempo, que Dios te ha llamado para estar a su lado, así él lo quiso. Pero yo nunca pensé que doliera tanto”, decía la canción del grupo cristiano Tercer Cielo, que sonaba durísimo desde unas cornetas puestas en un carro cuya maleta se abrió para que saliera mejor el sonido.
Detrás de este vehículo se encontraba la carroza fúnebre, escoltada por vecinos, familiares y miembros del equipo de fútbol Los Guerreros de Dios. Dentro, en un ataúd, reposaba el cuerpo de Jhonny Palencia, de 51 años, asesinado el martes a las 10:30 pm en el bloque 10 de Lomas de Urdaneta.
La canción retumbaba por las calles Magallanes y el Cristo de Catia a medida que avanzaba el carro, dejando atrás la funeraria el Cristo, donde fue el velorio hasta las 10:20 am de este jueves.
Mientras la pieza cristiana —que habla de la pérdida física de un ser querido— se reproducía en el equipo de música, un grupo de jóvenes, que cargaba dos pancartas blancas con mensajes en spray rojo y morado, se veían incapaces de contener las lágrimas al tiempo que avanzaban en la caravana fúnebre. Las telas pedían justicia por el asesinato de Jhonny y acusaban a los integrantes del colectivo Alirio Díaz Carbonell, en especial a su líder: Zair.
Con esta y otras melodías caminaron por la avenida Cuartel y El Parque, en Lomas de Urdaneta. El trayecto fue largo y el tráfico se tornó lento, ocasión que aprovecharon los curiosos que estaban parados haciendo cola para comprar alimentos, o esperando el transporte público, para ver con atención a los miembros de la comparsa y leer los mensajes de las pancartas.
[irp posts=”36065″ name=”Villa Heróica: Madre del comisario suplicó a los delincuentes que no la mataran”]
Unos 20 minutos después o poco más, dejado atrás el bululú de carros, se detuvieron frente a La Ciudadela Bolivariana de Catia donde bajaron el ataúd de la carroza y lo cargaron en hombros por una colina hasta la cancha del bloque 22.
A Jhonny le dieron cuatro disparos porque defendió a un joven que era señalado de alentar un saqueo, alegando que llevaba un mecate, junto con un amigo, para remolcar su moto accidentada. Sin embargo, el líder del grupo le dio una cachetada y posteriormente cuatro tiros.
Aquel martes, más temprano, el ambiente estuvo tenso en la comunidad porque llegaron las bolsas de comida que reparten los Comité Locales de Abastecimiento y Producción (Clap), que es vendido por miembros del colectivo Alirio Díaz Carbonell, y ocurrió un desorden.
Cuando el ataúd donde reposaba Jhonny llegó al barrio, el resto de los vecinos lo estaba esperando abajo. Lo aplaudieron desde la calle y balcones. Quienes lo conocieron no pudieron evitar el llanto, y no faltaron los celulares que grabaran ese momento tan triste. La música nunca paró de sonar, esta vez, la voz de Juan Luis Guerra acompañaba el episodio.
Sus vecinos y familiares querían hacerle un homenaje en la cancha donde entrenaba al equipo de fútbol menor Los Guerreros de Dios, antes de llevárselo a Trujillo para su cristiana sepultura. De hecho, los integrantes se enfundaron las camisas del uniforme en su honor, al igual que hicieron con el ataúd, pues por la parte de afuera posaron la del entrenador.
El poder de un colectivo
Desde que asesinaron a Jhonny, quien también era dueño de un taller de carpintería y pintura, sus amigos y allegados están en protesta. Patricia Palencia, su hermana, expresó que denunciaron directamente al presunto homicida y no descansarán hasta que se haga justicia.
Han recogido más de 200 firmas entre residentes de Lomas de Urdaneta y parientes de la víctima, para llevarlas a la Fiscalía y reportar el asesinato.
Patricia señaló que el supuesto asesino es Zair Navas, líder integrante del colectivo. Por esas denuncias han recibido varias amenazas por parte de los sujetos para que abandonen la zona.
Así lo manifestaron Betzabe Sanabria y su hermano Ramón Alberto Sanabria, quienes sostuvieron públicamente que, si le pasaba algo malo a alguno de ellos o a sus familiares, responsabilizaban al grupo armado.
[irp posts=”35946″ name=”Herrero se rebuscaba como mototaxista y le costó la vida”]
Jhonny era de Trujillo, tenía más de 30 años viviendo en Caracas. Dejó huérfano un hijo, de 22 años. Era conocido en la comunidad como “Cara de Papa”, así como por su labor deportiva y su orientación cristiana.
Residentes de Lomas de Urdaneta expresaron que este colectivo es el que se encarga de vender las bolsas de comida a quien ellos quieren. Y que cuando se les antoja, decomisan camiones cargados con bultos de alimentos, razón por la que ya han tenido varios problemas con vecinos. La familia Sanabria, por ejemplo, está vetada por estos sujetos, quienes abiertamente y por megáfono anuncian que les van a vender a todos menos a ellos.
Fotos: Yohana Marra y Erick González
Participa en la conversación