La trocha ya comienza a mostrar fallas en el pavimento, agrietado en algunas zonas. Aunque tiene un tubo para drenar el agua que baja de la quebrada, este no cumple a cabalidad su función porque igual las aguas negras se empozan alrededor.
Vargas. A las 8:00 p. m. del pasado miércoles se terminó de asfaltar un tramo de la improvisada vía alterna que comunicará con el oeste del estado Vargas. Tras el colapso del puente Guanape, el único acceso a este sector era un paso peatonal habilitado sobre los escombros de la estructura, por la que las autoridades también permitían el paso de los motorizados. Los trabajos se realizaron sobre las aguas de la quebrada Cariaco, ubicada bajo los restos del puente. Guaireños mostraron su rechazo ante una solución (provisional) que ya pinta nuevos dolores de cabeza.
“Eso es una locura ¿Cómo van a hacer esta vía encima de la quebrada sin un buen drenaje?”, exclamó un motorizado que pasaba por la trocha en dirección oeste. Antes de seguir su camino, frenó su moto y vio el sitio donde se comienzan a empozar todas las aguas negras, de las que emana un mal olor esparcido por la constante brisa que circula en el lugar.
Aunque por debajo de la vía hay una tubería de al menos dos metros de diámetro que sirve para drenar el agua que baja de la quebrada, esta no funciona de manera adecuada. La cantidad de agua empozada aumentó a diferencia del pasado miércoles, cuando se realizaban los movimientos de tierra en el área.
La noche del 25 de enero, las autoridades competentes acondicionaron solo un canal en sentido oeste. Pero al mediodía de este jueves ya estaba listo el otro canal en sentido opuesto, por donde todo tipo de vehículo circulaba con normalidad. Con todo, a menos de 24 horas de haber sido asfaltado, el suelo ya mostraba algunos tramos cuarteados y agrietados.
[irp posts=”44062″ name=”“Esto me recuerda a la tragedia de Vargas porque quedamos incomunicados””]“A pesar de todo hicieron rápido la trocha, pero es una irresponsabilidad que la hayan hecho encima de esas aguas negras”, comentó una señora desde una pasarela ubicada del lado este en donde estaba el puente Guanape, el cual comenzó a ser reemplazado por otra estructura metálica.
El puente de guerra
La tarde del miércoles, mientras muchos guaireños caminaban por el paso peatonal que atravesaba la estructura colapsada, empezaron a llegar camiones con una carga metálica de color gris, y hasta este jueves al mediodía aún llegaban otros vehículos —según comentó uno de los obreros— con el contrapeso para poder montar el nuevo puente.
En el ínterin, bomberos del estado Vargas, funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), fiscales de tránsito, Policía del estado Vargas y de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), organizaban los vehículos que pasaban por la trocha. Al tiempo que varios obreros se disponían a instalar parte de la estructura de lo que será el nuevo puente.
El equipo de Crónica.Uno solicitó hablar con alguno de los ingenieros que dirige los trabajos de la obra pero no obtuvo respuesta.
A la 1:00 p. m., la grúa que cargaba las grandes piezas de metal que eran colocadas en el extremo este de la estructura colapsada, detuvo sus operaciones para que los trabajadores fueran a almorzar.
El gobernador del estado Vargas, Jorge Luis García Carneiro, informó que para este viernes en la noche se asfaltaría de nuevo la vía, a fin de abrir seis canales de circulación.
La cantidad de arena y polvo que hay en el lugar se multiplica por la constante brisa y obliga a que los funcionarios y cuerpos de seguridad trabajen con tapabocas para resguardar su salud.
Antes de llegar a ambos lados del puente, los vehículos caen en un embudo, puesto que vienen de una vía de tres canales y bajan la velocidad para entrar al único canal que permite el paso por la trocha. A este congestionamiento vehicular le sacan partido muchos vendedores para obtener algo de dinero.
“Aunque hay mucho polvo, aprovechamos que los carros hacen la cola y hemos vendido algo pues”, dijo Yerferson Castro, quien cargaba su cesta llena de paquetes de tostones a Bs. 500 cada uno. Lo propio hacían otros, pero vendiendo chupis, cigarros detallados y hasta café.
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Yasmari Delgado vive en el barrio Guanape, en una de las primeras casas más cercanas al puente. Ella no tiene el servicio de agua desde la primera semana del mes de diciembre del año pasado. Las tuberías que de vez en cuando le surtían de agua los tanques de su casa se terminaron de romper en el momento en que se desplomó el puente.
“En mi casa pagamos Bs. 7000 a un camión cisterna para que nos llene de agua los dos tanques de la casa, pero hay veces que no tenemos la plata y aquí tratamos de gastar lo menos posible el agua. Somos cinco personas”, detalló Delgado desde el portón de su casa, donde vende chupis y cigarros.
Yasmari es solo una de las innumerables familias afectadas que claman una pronta solución al servicio de agua en sus hogares. La mujer expresó que el puente se debilitó poco a poco por las filtraciones que tenían los tubos de aguas blancas y servidas que pasaban por debajo de la estructura.
“Nosotros teníamos años denunciando el mal estado del puente, no nos hicieron caso a los que vivimos aquí y se cayó. Menos mal que no pasó a mayores con la muerte de alguien”, opinó.
A unos metros de la pasarela ubicada al extremo este del puente, una cuadrilla de al menos 10 trabajadores de Hidrocapital perforaba el asfalto desde el miércoles en la tarde. Para este jueves, ya habían abierto un hueco de unos dos metros de profundidad para llegar a una tubería de aguas negras. Cuando el equipo de Crónica.Uno les solicitó información acerca de los trabajos, los obreros se negaron a declarar.
Delgado explicó que ese tubo es el que conduce las aguas negras hacia la quebrada Cariaco.
Cerca del hogar de la comerciante, una grúa retroexcavadora limpiaba la quebrada que, según ella, llevaba años sin que le hicieran mantenimiento. En uno de los extremos de la estructura se observa como cae agua de alguno de los tubos rotos, lo que hace que el nivel del líquido empozado alrededor de la trocha comience a subir.
Fotos: Charlie Barrera
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