Vive de pensión en pensión porque no le dieron la casa prometida

A 70 obreros les prometieron hogares en la GMVV de Caracas, pero el Ministerio para la Vivienda se olvidó de ellos. Ahora muchos viven alquilados en pensiones.

Caracas. “He vivido en pensiones por el centro, por La Concordia y siempre estoy buscando para dónde mudarme porque es difícil pagar y comprar comida”, relató Ricardo José Rangel, de 31 años, quien fue obrero durante cinco años de la Gran Misión Vivienda Venezuela (GMVV), ahora de la Misión Barrio Nuevo, Barrio Tricolor y de vez en cuando mata sus tigritos. A él y a otros 69 trabajadores más les ofrecieron un apartamento y, según dijo, lo que hicieron fue burlarse de ellos.

Actualmente vive con su esposa y dos hijas en una pensión. Dijo que cuando pertenecía a la nómina de la GMVV, les habían prometido una vivienda a un grupo de 70 obreros, pero “hasta el sol de hoy no hemos visto solución a nuestro problema”.

Contó Rangel que el grupo de afectados se organizó y designó a tres voceros para que fueran a las reuniones en la sede del Ministerio de la Vivienda en Chacao y presentaran su situación a la doctora Eglé Rengifo, quien era la encargada de conseguirles soluciones en las mismas construcciones en las que ellos trabajaban. “Pero con el paso del tiempo perdieron contacto con los voceros”.

Indicó que se enteraron que solo a los tres voceros les dieron su vivienda, y los otros que estaban en el listado entregado al ministerio quedaron en el limbo.

Anteriormente vivía en Propatria junto a su esposa e hijas, pero se tuvieron que mudar porque un hombre dl sector intentó violar a una de las niñas. Desde ese momento no ha encontrado una casa fija y tampoco un trabajo estable.

comunidad Macarao
Urbanismos de La Misión Vivienda en Las Adjuntas.

Rangel siempre ha trabajado como obrero en proyectos ligados al Gobierno. Por eso esperaba que cuando habló con Ricardo Molina y Haiman el Troudi, le ayudaran a conseguir un techo para él y para cada uno de sus compañeros, de quien dijo continúan en las mismas condiciones: sin vivienda propia.

“Ese día que hablamos con Molina y Haiman nos prometieron el cielo, porque estaban las cámaras y los medios de comunicación, pero resolvieron solo dándole la vivienda a los tres voceros y eso se quedó así”, relató con tristeza.

Mientras se rebusca con cualquier trabajo de construcción, se encargó de ser el vocero junto a una compañera de trabajo, y son los que han ido a hablar con todo el que sea posible para que les resuelvan su problema. “Tengo todos mis papeles en regla, les saco copias, he redactado cartas y nada. He pagado plantones el Ministerio de la Vivienda y en Miraflores, desde las 6:00 am hasta las 9:00 pm y me dicen ‘vente mañana’. Ya no sé qué hacer”.

Desde el mismo momento en que se comenzaron a construir a través de la misión, Rangel también empezó como obrero. Primero fue en la que está al lado de la estación del Metro Parque Central, de la que -dijo- las paredes que separan porque son de anime procesado. “Eso no es un material para un vivienda, si hay una filtración o un bote de agua las paredes se dañan de una”, agregó.

Luego trabajó en las seis torres que fueron construidas en Antímano y aseguró que la última fue entregada en julio del año 2015. Posteriormente fue parte de la nómina en la misión de Juan Pablo II de Montalbán, y después en los que se construyen en Macarao. En ninguno de ellos obtuvo respuesta positiva.

Fotos: Cristian Hernández


Participa en la conversación