Según la Encuesta de Juventud 2013 realizada por la UCAB, 1 de cada 10 jóvenes de los sectores populares piensa en irse de Venezuela motivados por falta de oportunidades

Caracas. “Me voy del país con mi familia porque me aterra la idea de ser víctima de un robo o de un secuestro. No quiero que mis hijos pasen por eso, no voy a esperar cómo otros a que eso suceda”.

Así de tajante fue la razón de Luis Loaiza, habitante de la parroquia Coche, quien está preparándose para irse a España. Su hijo Neomar estaba por graduarse de bachiller cuando él y su esposa tomaron la decisión de vender la casa.

“Con las distorsiones de la economía no quisimos esperar más y decidimos venderla para reunir el dinero. Además mi esposa tiene mucho miedo del futuro de nuestra hija que está en 5to. grado. Le preocupa la calidad de la educación, la pérdida de valores, la cantidad de niñas embarazadas que uno ve aquí mismo en Coche. Vamos a cambiar a Venezuela, donde están todas nuestras vivencias, nuestros familiares, por mejor calidad de vida”.

Es duro y radical el testimonio de Loaiza, pero él sostiene que como trabajador y como comerciante, no quiere arriesgarse. “Hemos llegado al punto de no usar celulares en la calle, no llevar prendas, tener un carro barato y enrejar toda la casa, porque a diario uno escucha los secuestros. Ahora piden dólares. Imagínate, lo que me gano en ocho años se lo tengo que dar a un delincuente en una noche. Eso no es justo”, señaló.

Su punto de vista puede verse como exageración o paranoia. “Donde vivía tenía un liceo al frente y siempre tenía que ver los robos de los que eran víctimas los estudiantes. A mis vecinos escucharles que le hurtaron una pieza del carro, o que se metieron en un apartamento. Más de una vez salí a auxiliar a alguien, pues por aquí no hay seguridad. No menos alarmante es escuchar un caso de homicidio, como el señor que mataron en Santa Mónica dentro de su casa”, refirió.

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Luis ya tiene un hermano que se fue hace tres años a España. Cuando él se vaya sus padres quedan solos. “Es lamentable que se desintegre la familia, y por eso si este Gobierno cambia, si tenemos otra Asamblea Nacional y si regresa la inversión extranjera, me devuelvo. Veo a mi hija representando a Venezuela en el Miss Universo, y a mi hijo convertirse en un gran diseñador gráfico aquí en su tierra . Pero antes tienen que cambiar las cosas”.

A Loaiza, quien vive en una zona popular de Caracas y es un trabajador más en este país, le quedan pocos meses aquí, pues está en el proceso del papeleo y apostillando títulos.

¿Quiénes se van?

Sobre los venezolanos que emigran no hay datos oficiales y, por tanto, resulta cuesta arriba saber los movimientos de entrada y salida de los venezolano. A eso se suma que el país no tenía un comportamiento migratorio importante; era más bien algo esporádico, debido a que los criollos no veían amenazada su calidad de vida.

Es a partir de la década de los 90 cuando esa percepción de estabilidad cambia motivada a los niveles de conflictividad política, económica y a la inseguridad.

Según la investigadora Anitza Freitez la Encuesta de Juventud 2013 realizada por la Universidad Católica Andrés Bello, determinó que en el país hay 8 millones de personas entre los 15 y 29 años de edad, y de esa población, 27%, es decir, casi 2 millones de jóvenes se han planteado irse del país.

En otras palabras; 2 de cada 10 muchachos de ciudades pequeñas o 1 de cada 10 de los sectores más pobres contempla residenciarse en otro país.

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De acuerdo con una investigación del sociólogo Tomás Páez, 80% de los venezolanos que emigran tienen estudios universitarios.

De hechom la Federación Médica Venezolana ha informado recurrentemente sobre la fuga de cerebros. Calcula que en los últimos 15 años se han ido 11 mil médicos. La cifra la obtienen sobre la base de la cantidad de certificaciones tramitadas por la federación.

También se habla mucho del sueño ecuatoriano que ha hecho que un gran número de profesores universitarios opten por irse a ese país. Les pagan en dólares y tienen posibilidades de tener viviendas.

Tulio Ramírez, coordinador del postgrado de Educación en la Universidad Central de Venezuela (UCV), señaló que “nuestros jóvenes médicos se están yendo por los bajos salarios y las pocas oportunidades. Hoy no solo se van los profesionales, también las familias de cualquier estrato social, están tratando de enviar a sus hijos bachilleres a continuar estudios fuera por la inseguridad. Quizás son los menos que se van, pero antes que una familia con escasos recursos migrara era un caso puntual”, puntualizó.

Ramírez agregó que de la Universidad Simón Bolívar (USB) se fuerin aproximadamente 600 profesores y de la UCV cerca de 1.200 docentes en cinco años. “Solo en 2015 han renunciado más de 300”, destacó.

Foto cortesía: instagran@josemhazbun


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