Las madres de dos chicas del Valle del Tuy desconocen si sus hijas están vivas o muertas. Denuncian que las autoridades no les han brindado apoyo, por lo que han continuado la búsqueda por su propia cuenta y manteniendo su fe en Dios.

Caracas. Rosa García tiene dos años y siete meses buscando a su hija en distintas morgues de la Gran Caracas. El 9 de marzo de 2016 fue el último día que vio a Bárbara. Para ese entonces, la tercera de sus cuatro hijos tenía 19 años. Alrededor de las 7:50 p. m. fue secuestrada en el terminal de Altos de Soapire, Valles del Tuy, junto con su vecina y amiga Sai Suárez, de 17 años, en ese momento.

Las madres de las jóvenes desconocen cuántas personas están involucradas en la desaparición de sus hijas. No tienen ni siquiera una lista de presuntos sospechosos. Lo único que les dijeron ese día dos testigos fue que vieron una camioneta roja. No detallaron marca, ni modelo.

Acudir a las autoridades, en este caso a la Fiscalía y al Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) en Ocumare, no ha resultado efectivo. Ambas madres, sin embargo, persisten en su búsqueda: no se detendrán hasta saber si sus hijas están vivas o muertas.

Lo que hicieron fue vacilarnos. Les llevamos fotos ampliadas de nuestras hijas. Describimos todo lo que sabíamos y la última vez que fuimos para allá, a la Fiscalía, en agosto de 2016, nos dijeron que no tenían nada. Los papeles se habían perdido. No habían armado ningún informe. Así que como madres lo único que podemos hacer es tener fé y dejárselo a Dios, y también nos turnamos visitando morgues por nuestra propia cuenta, agrega García.

Bárbara García recién había terminado el bachillerato en la U.E.P Simón y Simón cuando fue raptada, hace casi tres años. En el presente tendría 21 años y se estaría preparando para ser policía, así lo asegura su madre. Por su parte, Suárez estaría cumpliendo 19 años y culminando sus estudios en el liceo Creación Soapire.

La mamá de García cuenta desde la medicatura en Bello Monte que su hija era una joven refinada, educada y madura para su edad. Era imponente. Le gustaba arreglarse pero no como esas niñas de hoy en día que quieren mostrarlo todo. Ella era distinta. Un fiscal me dijo una vez que podía ser algún hombre envidioso o molesto con ella. Pero la verdad es que sus amigos y los muchachos con los que ella salía eran personas buenas y sanas. Yo los conozco a todos, cuenta.

García denuncia que algunos vecinos de los Valles del Tuy se han aprovechado de la circunstancia para extorsionarla o burlarse de ella. Una vez hasta recibimos una llamada de Cojedes. En eso la policía sí nos ha ayudado a detectar a algunos de los malandros que quieren sacar plata de este dolor. Pero nunca hemos recibido una llamada de los secuestradores. No sabemos nada, sostiene.

El secuestro, otro delito opaco

En 2018 suman nueve años consecutivos sin conocerse estadísticas oficiales sobre criminalidad y violencia en Venezuela, por lo que instituciones y observatorios han realizado esfuerzos para llenar el vacío de información del sector oficial; sin embargo, advierten la existencia de una alta cifra negra debido a la reticencia de los familiares a denunciar.

La Asociación Civil Venezuela Libre de Secuestros registró que 683 venezolanos desaparecieron entre enero y mayo de este año en seis estados fronterizos (Táchira, Apure, Zulia, Barinas, Bolívar y Amazonas).

La autoría de estos hechos se le atribuye a grupos irregulares colombianos FARC, EPL y ELN, según testimonios de allegados. De Táchira proviene la mayor cantidad de víctimas (264) de los municipios Pedro María Ureña, Urdaneta, Bolívar, Torbes, Panamericano y García de Hevia.

La última cifra oficial otorgada por el Instituto Nacional de Estadística en 2009 arrojó que entre julio de 2008 y julio de 2009 se efectuaron 16.917 secuestros; lo que representa una tasa de 95 plagios por cada 100.000 habitantes, mientras que el primer sondeo de este tipo ejecutado en 2006 reflejó una proporción de 38 secuestros por 100.000 habitantes. Luego de 2009 no se realizó de nuevo la encuesta.

Aunque México reporta un promedio de 2340 secuestros por año y Venezuela 1000, la cantidad de casos por habitantes hace que el país suramericano tenga la tasa más alta de la región, según Control Risk.

Un caso reciente fue el de los tres estudiantes de Mercadeo de la Universidad Católica del Táchira (UCAT) quienes estuvieron cuatro días secuestrados en este estado andino el pasado 26 de octubre. Finalmente, tras un procedimiento del Cicpc fueron rescatados mientras que dos de los presuntos secuestradores murieron y otros dos fueron detenidos.


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