32 familias en riesgo por filtraciones y deslizamientos en urbanismo “Hugo Chávez” de Playa Grande

Playa Grande

Los afectados llevan ocho años con esta problemática, sin que todavía las autoridades nacionales y regionales ofrezcan una solución definitiva. Con cada lluvia, las infraestructuras de sus viviendas se muestran más afectadas en Playa Grande, muy cerca del Aeropuerto Internacional de Maiquetía.

La Guaira.- Desde hace ocho años no hay respuesta oficial para 32 familias que denuncian hundimientos, filtraciones, grietas y otros daños en las infraestructuras de sus apartamentos, ubicados en el urbanismo “Hugo Chávez” en Playa Grande, parroquia Urimare del Litoral Central.

Para Nurys Arana y sus vecinos de la Torre M-15 ha sido “un tormento interminable”. Entre los años 2011 y 2014 estuvieron en un refugio de Fuerte Tiuna, luego de que las lluvias desplomaran sus viviendas en la carretera vieja Caracas-La Guaira.

Apenas llegamos aquí, hemos lidiado con esto; las autoridades no nos dan respuestas y con las últimas lluvias, se ven nuevas grietas de hasta 20 centímetros y se afectaron mucho más los pisos, las paredes y algunas puertas ya no cierran”, explicó Arana, quien insistió en que se apersone un ingeniero geólogo para determinar el daño en cuestión.

Playa Grande
Cada vez las grietas aumentan de tamaño. Foto: Cortesía

Las 32 familias de las torres M-14 y M-15 (50 niños incluidos) experimentan un peregrinar en la búsqueda de soluciones. “No quiero ir a un refugio otra vez, no se lo deseo a nadie, nosotros pensamos que nos habían beneficiado con viviendas dignas”, comentó Isbel Garrido.

“Con las lluvias de hace pocos días, se me empezaron a romper las cerámicas del piso y las puertas se descuadraron, eso sin hablar de las cataratas de filtraciones de todos los días”, añadió la maestra de primaria que teme cada movimiento del terreno por sus dos hijas menores.

Otros vecinos de la torre M-15 optaron por adquirir mastique y cemento blanco para cubrir las filtraciones en las paredes y los techos, pero los resultados no han sido satisfactorios.

“Esto no es vida, no nos toman en cuenta”, puntualizó un residente de esta zona de Playa Grande que no quiso revelar su identidad.

Trascendió a Crónica.Uno que desde el consejo comunal de la zona les pidieron que “no hablaran con los periodistas y mejor esperaran el apoyo del gobierno”.

No obstante, a lo largo de ocho años, esta comunidad colecciona documentos explicativos de la problemática, con sellos de recibido, del Instituto Autónomo de la Vivienda de Vargas (Ivivar), el Sistema de Emergencias La Guaira 171 y Protección Civil regional y municipal, respectivamente.

Advertencias ignoradas

En este conjunto residencial, identificado con el color gris, no faltaron cuestionamientos técnicos por considerar que los materiales de construcción no eran los ideales para ofrecer una propiedad horizontal estable a cientos de familias damnificadas.

Algunos ingenieros residentes en el Litoral Central y que han viajado al Medio Oriente, evaluaron a dichas casas como “refugios temporales que se usan en Turquía y otros países árabes para resguardar a las personas víctimas de vendavales de la naturaleza”.

Esas críticas, reflejadas en la prensa local y otros medios difusivos, fueron ignoradas por el gobierno nacional. Ya se había firmado el convenio bilateral entre los presidentes de Turquía y Venezuela que contemplaba la construcción de este tipo de apartamentos en las proximidades a la zona de seguridad del Aeropuerto Internacional Simón Bolívar de Maiquetía.

De acuerdo con la embajadora de esa nación en Venezuela, Sule Öztunç, la construcción de estas viviendas en el oeste del Litoral Central se hizo “a cambio de petróleo”.

El 31 de octubre de ese año 2013, bajo el aparataje propagandístico de la Gran Misión Vivienda Venezuela, se entregó la primera etapa de los apartamentos y el 10 de enero de 2014, el segundo lote. No habían transcurrido seis meses, cuando nuevos aguaceros generaron deslizamientos en el sitio.

Una inspección técnica en ese año evidenció una serie de grietas en los edificios, así como socavaciones entre la losa base y el terreno ubicado en la fachada sur, ante lo que la empresa turca Summa decidió añadir más cemento debajo de las losas principales del inmueble.

Ello fue repetido en dos ocasiones más 2016 y el problema persiste, según han constatado los vecinos.


Participa en la conversación