Activistas LGBTIQ dicen que se acabó el tiempo de “carticas” y se encadenaron para exigir sus derechos

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Los activistas LGBTIQ exigieron respuesta a sus peticiones sobre el derecho a la identidad y al matrimonio igualitario. Aseguran que tras años de ser ignorados, no les quedó otra alternativa que encadenarse cerca de la Defensoría del Pueblo. Amenazaron con que, de no obtener respuesta, empezarán una huelga de hambre.

Caracas. Nosotros ya no estamos para entregar carticas. Eso declaró Paul Martucci, uno de los tres activistas de la población de lesbianas, gais, bisexuales, transexuales, intersexuales y queer (LGBTIQ) que este lunes, 21 de noviembre, se encadenaron en las inmediaciones de la Defensoría del Pueblo. Con este acto exigen respuesta por parte del Estado al reclamo sobre matrimonio igualitario y el derecho a la identidad de las personas transgénero.

Martucci, un hombre trans, aseguró que lleva 13 años de activismo, desde el 2009, un período de tiempo en el que la comunidad ha asistido a reuniones con Jorge Arreaza, Pedro Infante, Blanca Eekkhout, Jacqueline Faría y Carmen Meléndez sin que se les den una respuesta sobre la petición del cambio de nombre, asignado al momento de su nacimiento, por uno de su elección.

Nosotros ya no estamos para cartas, tenemos 13 años esperando para poder acceder al cambio de nombre. Fue el 15 de septiembre de 2009 que se modificó la Ley de Registro Civil, ¿Es justo que 13 años después no se aplique lo que ellos mismos escribieron, cuestionó el activista.

En el caso de Martucci, ha acudido en reiteradas ocasiones a un registro civil para intentar cambiar su nombre, algo garantizado según las leyes venezolanas. Sin embargo, se le indicó que dado que su acta de nacimiento dice que es de “sexo femenino”, en el registro se le respondió que se necesita un fallo de un tribunal antes de permitirle cambiarse el nombre a uno masculino.

Foto: Gleybert Asencio

Es gracias a la negativa que ha recibido a lo largo de los años, que Martucci tomó la decisión de participar junto con otros activistas de la comunidad LGBTIQ en un acto en el que se encadenaron en las inmediaciones de la Defensoría del Pueblo para exigir que el defensor se pronuncie sobre sus demandas.

“Tengo doble motivo para estar aquí”

Jhoan Chavarrío, otro de los activistas que se encadenaron, aseguró que tenía doble motivo para formar parte de la protesta. Pues, además de ser miembro de la comunidad LGBTIQ, también es una persona con discapacidad, en silla de ruedas.

Estamos decididos a quedarnos acá el tiempo que haga falta. Creo que el ‘ya basta’ es contundente. Ya basta de esperar a que volteen a vernos, a reconocernos a nosotros y a nuestros derechos. Es el momento, venimos decididos a quedarnos el tiempo que haga falta para tener una respuesta, expresó Chavarrío.

El manifestante dijo que como persona con discapacidad siente que tiene un “doble motivo” para participar en la protesta. Alegó que, en su caso, no solo se evidencian las limitantes de identidad y de matrimonio igualitario, sino la falta de trato digno como persona con diversidad funcional.

Foto: Gleybert Asencio

Las personas discapacitadas también somos vulneradas, tenemos una Ley, pero no tenemos reglamento, no se cumplen nuestros derechos en este país. Entonces imagínate, siendo una persona con discapacidad y homosexual entonces tengo doble motivo y vulnerabilidad”, apuntó.

Ante la pregunta de cuánto tiempo estaban dispuestos a permanecer en las inmediaciones de la Defensoría del Pueblo, Chavarrío y los otros manifestantes aseguraron que lo harían el tiempo que fuese necesario. Insistieron en que, de hecho, tienen planificado radicalizar la protesta y llevarla a huelga de hambre, si no se les responde desde el Estado.

“¿Cuánto tiempo tenemos que quedarnos aquí para que nos respondan? Bueno, eso es indefinido, pero vamos a durar el tiempo que sea necesario”, declaró.

Una realidad que sigue sin reconocerse

Koddy Campos, el tercero de los manifestantes que se encadenó en la Plaza Morelos, dijo que en la actualidad Venezuela es “vergonzosamente” el único país de América Latina “que todavía criminaliza la homosexualidad”. Algo que, según él, va en contra de la realidad de un país que, según su opinión, quiere al menos debatir el tema.

Foto: Gleybert Asencio

“El pasado 3 de julio en Venezuela se hizo la concentración política más grande que se ha visto en los últimos cinco años y aún así no nos hacen caso”, expuso Campos en referencia a la manifestación del orgullo LGBTIQ que se hizo en Caracas en esa fecha.

El activista resaltó que han acudido al CNE y a la AN, pero que no se les recibe ni se les da una respuesta contundente a sus peticiones. Agregó que es porque “simplemente el tema es que no les importa lo que hagamos o no”.

Por eso estamos acá. La decisión que tomamos es quedarnos aquí y amenazar con una huelga de hambre si no nos responden, pero alertamos que también vendrán otros compañeros a sumarse. Cada día serán más los que se sumarán y se encadenarán, expresó antes de resumirlo todo en una sola frase: O nos paran, o no nos paramos.


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