Lluvias ponen en riesgo vida de quienes cruzan la frontera a través de las trochas

río Táchira

Las aguas del río Táchira ya han cobrado la vida de cinco personas que han intentado cruzar hacia el lado colombiano. Las trochas ubicadas en los márgenes del afluente se han convertido en pasos peligrosos en donde se han registrado rescates imprevistos tras la crecida inesperada del río. Pese a ello la gente sigue arriesgándose.

San Cristóbal. Las fuertes precipitaciones que se han registrado en el estado Táchira mantienen en zozobra a quienes deben ir a la zona fronteriza con Colombia, pues el río Táchira amenaza con llevarse todo lo que esté a su paso. 

Y es que en menos de un mes ya han sido cinco, las vidas de personas que se han perdido usando los caminos verdes, mejor conocidos como trochas para pasar al otro lado del río, de ellos, tres miembros de una misma familia, un trochero y un habitante de la frontera. 

A diario se ponen en riesgo muchas vidas por el cierre de los puentes, que desde marzo de 2020, y por la llegada de la pandemia del COVID-19, decretaron autoridades de ambos países; a esto se suma la negativa de las autoridades venezolanas de abrir un canal humanitario para evitar situaciones lamentables en estos caminos. 

Si bien alegan que es por medidas sanitarias, en las trochas no hay control de ningún tipo, lo que sí representa un riesgo de propagación del virus. 

Los únicos que pueden transitar por el puente son pacientes con enfermedades crónicas, quienes vayan a comprar medicinas con informes en mano, mujeres embarazadas y heridos graves. Sin embargo, la medida más reciente agrega a los adultos mayores con doble nacionalidad que tengan cita para vacunarse en Colombia contra el COVID-19.

En la zona que limita con San Antonio del Táchira son muchas las trochas que existen, pero unas son más populares que otras, en vista de lo fácil que es el acceso a Colombia a través de ellas. 

río Táchira
Pese al peligro las personas se arriesgan a cruzar las aguas del río Táchira / Foto: Cortesía

La Platanera, La Marranera, Las Pampas, Los Mangos son las más usadas por viajeros, migrantes, trabajadores y compradores de la zona. Pero todas, al momento que el río Táchira crece, se cierran, y quienes deben desplazarse desde y hacia territorio venezolano, buscan opciones más arriesgadas con tal de llegar a su destino.

A todo riesgo

Más allá de Las Pampas, hay una trocha conocida como Centeno. Un paraje boscoso es evidencia de que muy pocas personas usan esos senderos para llegar al vecino país. Por esa zona solo transitan quienes de verdad tienen urgencia por cruzar, ya que allí el método para pasar el río es a través de balsas. 

Pimpinas vacías son unidas y forman un cuadrado de metro y medio cada lado y encima les ponen gaveras de refrescos que también son ensambladas como piezas de rompecabezas, no sin antes unir tripas de camiones para darle mayor flotabilidad.

Sobre ellas, van tres personas o una que lleve equipaje. Esta balsa es remolcada por cuatro muchachos que luego de organizar y balancear la carga, zarpan de un lado del río y metros más abajo llegan, jurando que no hay riesgo de vuelco, pues si esto llega a ocurrir, la desgracia toca la puerta, bien sea por la caída de mercancía al río que se sabe se perderá, o peor aún, que alguien muera ahogado al no poder ser rescatado de la corriente del río Táchira.  

El camino por este lugar es mucho más tedioso que por las trochas tradicionales, y más con el lodo que abunda en esa zona, la obligatoriedad de contratar los servicios de un trochero elevan el pago que puede superar los diez dólares por persona, mientras que en tiempo de sequía, por las otras, si acaso se paga un dólar “por coco” como dicen ellos. 

Rescates a la orden del día

En las últimas semanas son múltiples los rescates que se han hecho en el cauce del río Táchira, ya que al llover en la cabecera, el espacio que las personas usan para transitar es ocupado por agua muy caudalosa y que tiene la suficiente fuerza como para arrancarle la vida al más experimentado nadador. 

El pasado miércoles 5 de mayo, en horas de la noche, se registró una crecida imprevista del río, que dejó a una veintena de personas atrapadas en una isla que se forma en la mitad del cauce y un cadáver fue hallado a la altura del puente Francisco de Paula Santander. El cuerpo correspondía a un trochero desaparecido hace varios días. 

río Táchira
En los pasos fronterizos, los ciudadanos esperan que las autoridades establezcan pasos corredores humanitarios / Foto: AB

El evento más reciente fue el del jueves en horas de la noche, cuando cerraron las trochas y, desesperados, cientos de personas se encontraban del lado colombiano a la espera de que las autoridades venezolanas dieran luz verde al paso de estos por el Puente Internacional Simón Bolívar de San Antonio del Táchira. 

“Es solo por hoy”, gritaban quienes estaban frente al cordón de uniformados de la Guardia Nacional Bolivariana, con las esperanzas de que los dejaran pasar. 

Luego de un largo rato los primeros en pasar eran adultos mayores, así como mujeres con niños. 

En reiteradas oportunidades, las autoridades de ambos países han pedido que no se arriesguen al querer pasar por los caminos irregulares de esta forma. Sin embargo, la necesidad de trabajar, la compra de medicinas, alimentos, entre otros, son más importantes para ellos que respetar una ley. De ahí deriva la petición de miles de habitantes de frontera, quienes piden la apertura de un canal humanitario controlado para que el tránsito por la frontera no se convierta en un cementerio.


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