Al menos 500 personas acuden a diario en la Gran Base de Paz y Vida Cuatricentenario, donde hay cabida para que puedan formarse y recrearse sanamente en un ambiente de paz que busca salvar vidas.
Maracaibo. La estructura de cinco pisos engalana el sector Cuatricentenario en medio del bullicio de un mercado a cielo abierto que se abre paso cada mañana en la popular esquina que conecta el centro de Maracaibo con el oeste. El tricolor de la bandera venezolana hace que la Gran Base de Paz y Vida Hugo Chávez Frías, de la Fundación Movimiento por la Paz y la Vida, resalte a la vista de todos.
Sin embargo, existe la percepción de que ese espacio es exclusivamente político y se desconoce el trabajo que a lo largo de sus 10 años ha hecho por la comunidad en general y continúa vigente. Howard Hidalgo, coordinador de la Base, dijo a Crónica.Uno: “Este es un espacio para todos, aquí no hay distinciones de ningún tipo”.
La Gran Base de Cuatricentenario fue la primera en su tipo en el Zulia y la segunda del país donde la convivencia pacífica, la solidaridad, el respeto y la formación para el avance de las comunidades se mantienen como su razón de ser.
Es importante que la gente sepa que estos son programas de atención social que funcionan en espacios como este, donde logramos la pacificación del territorio. Son hechos en revolución bolivariana y donde indudablemente hacen vida los grupos políticos, pero lo que debe prevalecer es el trabajo cultural, deportivo y de formación donde se benefician más de 500 personas a diario”, agregó el coordinador.
En el Zulia hay siete Grandes Bases de este tipo, tres en Maracaibo, dos en el municipio San Francisco y dos en la Costa Oriental del Lago, de las cuales una está en propuesta de inauguración para este año.
La paz que salva vidas
El programa de formación, principalmente cultural y deportivo que lleva a cabo la Fundación Movimiento por la Paz y la Vida en la Gran Base, es amplio. Teatro, danza, dibujo, repostería, peluquería, barbería, asistente de farmacia, computación y secretariado son solo algunos, además de las diversas disciplinas deportivas como ajedrez, artes marciales y boxeo, entre otros.
“Aquí se han formado atletas de alto rendimiento que han ido a competencias regionales y nacionales, incluso, fuera del país y han tenido éxito, así que los profesionales que tenemos en el área deportiva también son de alto nivel. Un caso visible de ello es el director estadal de la Fundación por la Paz y la Vida, Franklin Vílchez, deportista de alto rendimiento en tenis de mesa y nuestro alto comisionado presidencial de la fundación Alexander ‘Mimou’ Vargas, destacado en baloncesto”, resaltó Hidalgo del área deportiva.
Pero también hay programas específicos para cada grupo, como es el caso del programa “Ponte más Bella” que forma parte de la Red de Mujeres por la Paz y la Vida y al que Rocío Loaiza, una madre de 53 años, le agradece haberla salvado de la depresión que le ha producido la migración de sus hijos.
Es un programa liberador para la mujer que va mucho más allá de la estética, es enriquecimiento y empoderamiento integral con un cronograma variado donde aprendemos teatro, comportamiento social, tenemos asistencia psicológica y formación espiritual de la mujer. Es un programa maravilloso que ha sido mi refugio, mi salvación y mi paz”, dijo la estudiante.
Una estructura fuerte
Hidalgo explicó que lo primero que hacen cuando una persona llega a la base es hacer un diagnóstico para entender sus necesidades y orientarla para su integración al programa.
Dice que aunque para él representa una gran responsabilidad coordinar este espacio –pues además hace trabajo de campo en otras seis parroquias– es su prioridad que los más vulnerables sean atendidos dignamente y de manera inmediata.
Explica que este programa es responsabilidad directa del gobierno nacional, pero la comunidad del oeste de Maracaibo lo ha entendido como su gran casa y, por ende, hay un sentido de pertenencia que los impulsa a hacer colaboraciones para el mantenimiento de la estructura, debido a que los participantes se organizan por grupos para hacer aportes.
Para el coordinador lo más valioso que tienen es el equipo de trabajo, 40 profesionales que se dedican a la formación de jóvenes y adultos por vocación. “Tenemos un personal sumamente preparado que viene todos los días con compromiso y amor”, dijo.
Hoy se pierde de vista la cantidad de jóvenes y adultos que la Gran Base de Paz Cuatricentenario ha orientado para llevar una vida mejor. Un lugar donde aprender un oficio o recibir un plato alimento a través del Programa Escuela Comedor Mamá Rosa, que atiende a 300 personas diariamente con desayuno, almuerzo y merienda fortificada.
Por ahora siguen comprometidos con seguir avanzando e insisten en que entre todos pueden hacer más por la pacificación del país. “Estamos al servicio del pueblo, con los brazos abiertos para recibirlos a todos”, finalizó el coordinador Howard Hidalgo.
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