Roberto Patiño, director de Alimenta la Solidaridad, recordó que cuando empezó el proyecto, muchas escuelas reportaban que los estudiantes de primaria se desmayaban durante las clases por no haber comido. Esto dio pie a que uno de los propósitos del plan sea que, además de apoyar con un almuerzo, estos niños no abandonen sus estudios.

Caracas. El programa que comenzó con un solo comedor ya está en 14 estados del país. Alimenta la Solidaridad cumplió cuatro años batallando contra la inseguridad alimentaria en Venezuela. Desde el 2016 ha servido 7 millones de platos de comida y atiende alrededor de 14.400 niños diariamente en sus 214 comedores. La pandemia tampoco ha sido un obstáculo que les impida trabajar.

Una niña se acercó a pedirme comida durante una actividad comunitaria y eso me impactó, contó el fundador y director de Alimenta la Solidaridad, Roberto Patiño, a Crónica.Uno. A partir de esa experiencia, Patiño junto con el padre Alfredo Infante instaló el primer comedor en la parte alta de La Vega, al suroeste de Caracas.

Cuatro años después los números crecieron. Los comedores llegaron a 14 entidades del país como el Distrito Capital, Miranda, Anzoátegui, Lara, Carabobo, Aragua, Portuguesa, Vargas y Mérida. En Caracas, están en sectores populares de Antímano, Cota 905, Chapellín, Pinto Salinas, Las Mayas, Los Mecedores, Caricuao, El Valle, Nuevo Horizonte y Catia.

No hay nada más injusto en una sociedad que un niño que no come bien, sostuvo Patiño. Y es que la labor de Alimenta la Solidaridad es especialmente para los más pequeños.

Patiño recordó que cuando empezó el proyecto, muchas escuelas reportaban que los estudiantes de primaria se desmayaban durante las clases por no haber comido. Esto dio pie a que uno de los propósitos del plan sea que, además de apoyar con un almuerzo, estos niños no abandonen sus estudios.

Con la llegada de la COVID-19 al país, cambió la logística de Alimenta la Solidaridad. Los niños ya no pueden ir a los comedores por las medidas de distanciamiento social.

Un grupo pequeño de voluntarios se encarga de llevar a las casas los almuerzos. Es una labor que no se detiene, incluso en el interior del país donde muchos comedores se han visto obligados a cocinar a leña por falta de gas o los líderes han hecho sus entregas usando bicicletas por la escasez de gasolina.

Patiño aseguró que con la crisis económica que se ha visto intensificada tras la paralización de actividades por la cuarentena, es notable el incremento de la demanda de familias que requieren ayuda alimentaria. Tenemos 5000 niños en lista de espera en el ámbito nacional porque los ingresos de sus familias colapsaron durante el confinamiento, lamentó.

La crisis alimentaria en Venezuela es crítica. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) advirtió que los efectos de la pandemia están generando un impacto significativo y de gran alcance en los países que requieren asistencia humanitaria y donde hay inseguridad alimentaria. Venezuela cumple con los dos requisitos para entrar en esa lista.

En el reporte trimestral de la FAO Perspectivas de cosechas y situación alimentaria en el mundo, Venezuela figura junto con Haití como los únicos países de América Latina y el Caribe que siguen necesitando asistencia alimentaria. Destacan otras naciones como Somalia, Sudán, Zimbabue, Afganistán, Etiopía, Corea del Norte y Siria.

 79,73 % de los venezolanos no tienen cómo cubrir la canasta de alimentos.  68 % de las personas en el país están en la categoría de pobreza biológica y consumen menos de 2000 calorías al día. 8 % de los niños en el país califican como desnutridos a partir del indicador de peso por edad. Todas estas afirmaciones parten de la Encuesta Sobre Condiciones de Vida en Venezuela (Encovi 2019-2020) que demuestran el retroceso y la crisis humanitaria que atraviesa el país.

Por otra parte, la administración de Nicolás Maduro propuso desde el año 2016 los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) como una solución ante la escasez de alimentos e imposibilidad de pagar altos costos. Sin embargo, Encovi registró que, cuatro años después, 5 % de los pobres extremos no reciben este beneficio.  22 % de los no pobres o no pobres extremos sí lo reciben entre una vez al mes (39 %) o sin periodicidad definida (46 %).

Proyectos como Alimenta la Solidaridad son indispensables. Nuestra visión es de un país sin comedores donde todas las familias puedan llevar la comida a sus mesas, enfatizó Patiño e insistió en la creación de un tejido social para la construcción de una nueva Venezuela.


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