Con la llegada de la pandemia de la COVID-19 en Venezuela empezó a aumentar el desempleo en la comunidad porque muchos se dedicaban a la economía informal y durante la cuarentena estricta era complicado salir. Durante el 2020, el proyecto “Alimentando Sueños” aumentó la elaboración de platos para incluir a los vecinos que lo necesitaran, así como a madres solteras, personas con discapacidad y adultos mayores.

A las 6:30 a. m. se encienden los fogones de la cocina del Colegio Hijas de los Sagrados Corazones para prepararle el desayuno a más de 85 familias de la comunidad de Carapita, ubicada en Antímano del municipio Libertador. De lunes a viernes se elaboran a diario 206 platos y se comienzan a entregar a partir de las 9:00 a. m.

Foto: Luis Morillo

Ese proyecto social se llama Alimentando Sueños y está encabezado por la directora del plantel, la hermana Luz Rueda junto con las tres cocineras, Francis Arteaga, Judith Castellano e Inés Sarmiento con el apoyo del personal docente y administrativo. También cuentan con un voluntariado que está conformado por egresados del plantel que actualmente cursan bachillerato.

El protocolo inicia primero en revisar la lista para corroborar cuántos platos deben ser entregados ese día. El colegio está ubicado en una plaza, en ese espacio los habitantes de la comunidad se reúnen para entregar los envases para que sean surtidos de comida y con bolsas que son debidamente identificadas con el apellido del núcleo familiar.

Inmediatamente, los voluntarios o parte del personal del colegio retiran los utensilios y suben hasta el último piso del plantel donde está la cocina.

Foto: Luis Morillo

Alrededor de las 8:55 a. m. todos se reúnen en la capilla para rezar y bendecir los alimentos que les van a entregar a las personas que esperan fuera del plantel. Esa práctica religiosa es un ritual que ha acompañado al proyecto social desde 2017. Al culminar, las cocineras sirven la comida en los envases, llenan los termos con jugo natural y se los entregan a los voluntarios para que comiencen a entregar los desayunos.

Fabiola Buccini, coordinadora académica del Colegio Hijas de los Sagrados Corazones le contó a Crónica.Uno que en sus inicios el proyecto Alimentando Sueños estaba dirigido a los estudiantes, ya que a partir de 2017 se comenzó a visibilizar la crisis alimentaria y el rendimiento académico de los alumnos en las aulas de clases se vio afectado.

"Alimentando sueños" le brinda el desayuno a vecinos y estudiantes de Carapita
Foto: Luis Morillo

La docente mencionó que ella, al formar parte de la comunidad, podía palpar el contexto social y económico que estaban atravesando las familias de sus alumnos, entonces eso les permitía saber quiénes necesitaban del desayuno.

Con la llegada de la pandemia de la COVID-19 a Venezuela, empezó a aumentar el desempleo en la comunidad debido a que muchos se dedicaban a la economía informal y durante la cuarentena estricta era complicado salir. Durante el 2020, Alimentando Sueños aumentó la elaboración de platos para incluir a los vecinos que lo necesitaran, como madres solteras, personas con discapacidad y adultos mayores.

"Alimentando sueños" le brinda el desayuno a vecinos y estudiantes de Carapita
Foto: Luis Morillo
Apoyo de la comunidad y de las fundaciones

La profesora Buccini dijo que la hermana Luz Rueda tiene “el poder de la palabra”, ya que su fervor por ayudar a los estudiantes y a los habitantes de Carapita le ha permitido conseguir recursos para financiar el proyecto social. Esperan que para este año puedan empezar a incluir durante sus jornadas de trabajo la elaboración de almuerzos.

Entre esos logros, durante el mes de diciembre 2021, a través de donaciones lograron la instalación de tanques para potabilizar el agua, esta iniciativa beneficia a más de 100 familias de la comunidad.

Los principales aliados de Alimentando Sueños han sido la fundación Educando Niños Felices y la empresa Y&V que a través de su fundación homónima han realizado diversas actividades para apoyar a las comunidades.

Foto: Luis Morillo

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