Hicly Ávila, de 41 años de edad, leía el periódico cuando el conductor de una camioneta Pick Up, presuntamente ebrio, lo embistió contra el local, ubicado en Las Mayas. Su hijo, de 12 años, quedó lesionado.
Caracas. Eran las 11:00 a. m. del domingo 26 de enero cuando el conductor de una camioneta Pick Up, color negro, embistió contra Hicly David Ávila Herrera, de 41 años de edad. Esperaba que a su hijo, de 12 años, lo atendieran en una barbería en la tercera calle de Las Mayas.
Producto del golpe, el pequeño resultó lesionado en la cara por el estallido de los vidrios y otros objetos. Así estaba en la medicatura forense de Bello Monte, acompañado por su abuelo, su tía y amigos de la familia, mientras a la par hacían todos los trámites para trasladar el cuerpo de Ávila Herrera desde el Hospital Clínico Universitario.
El menor de edad se culpa de la muerte de su padre. Fuera de la medicatura lloraba abrazado por su tía y se lamentaba por haber ido justo ese día a cortarse el cabello, pues —a su juicio— nada hubiese pasado si no hubiese estado ahí.
Hicly leía el periódico cuando ocurrió el arrollamiento. El conductor presuntamente iba ebrio y saltó al canal contrario, donde estaba la víctima, y lo golpeó. Trató de darse a la fuga, pero momentos después fue detenido.
La víctima era comerciante. En su casa, ubicada en la primera etapa de la urbanización Cacique Tiuna, tenía una bodega. Dejó huérfanos a cuatro hijos de entre 14 y ocho años.
El conductor presuntamente vive en Las Mayas, pero los familiares de la víctima por los momentos desconocen su nombre, pues se han dedicado a los trámites funerarios y a hacerle los exámenes forenses al niño lesionado.
Los familiares pidieron a las autoridades que se haga justicia y que no dejen en libertad al responsable del hecho.
Asesinaron a mecánico de motos
Los familiares de Jhonder Gil, de 28 años de edad, se enteraron de que lo habían asesinado el domingo 26 de enero, luego de que su esposa recibiera una llamada en la que le avisaron que estaba muerto en el hospital Domingo Luciani.
Aunque no tenía su celular ni la cartera funcionarios de la policía científica no descartan ninguna hipótesis.
La víctima trabajaba como mecánico de motos y dejó huérfano a un niño de ocho años. Sus familiares no quisieron ofrecer más detalles a los medios de comunicación, solo aseguraron que lo vieron por última vez el sábado en la noche.
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