Carlos Eduardo Aranguren, de 30 años, fue a comprar el desayuno acompañado por su hermanita, de 15, cuando se toparon con un enfrentamiento entre manifestantes y la GNB en el Puente Baloa. Recibió dos tiros.
Caracas. “Nosotros bajamos a comprar empanadas para el desayuno de mis hermanas menores. En puente Baloa había un desastre, si hubiésemos sabido que Petare estaba así no bajábamos. Estaban lanzando botellas y la Guardia bombas. Sonaron unos tiros y yo me escondí detrás de un camión asustada, cuando volteé estaba mi hermano en el piso”.
La adolescente de 15 años vio a Carlos Eduardo Aranguren Salcedo caer herido. Nunca pensó que estaba muerto, porque aunque no le hablaba tenía los ojos abiertos, viéndola. Nadie le prestó ayuda, recordó que todos observaban lo que pasaba pero nadie se acercó a ella para ayudarlos.
“No me imaginé que estaba muerto porque él me veía y pensaba que no iba a pasar nada malo”, dijo. Sin embargo, el joven de 30 años recibió dos tiros en el costado derecho que le quitaron la vida casi de forma instantánea. Falleció en el sitio.
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Ambos habían salido de su casa, en el barrio Unión de Petare, alrededor de las 7:50 a. m. de este martes 2 de mayo, para comprar desayuno. Cuando iban a la altura de Puente Baloa se encontraron con un enfrentamiento entre la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y manifestantes que mantenían la vía cerrada con barricadas.
Esa mañana, el municipio Sucre amaneció con 19 protestas —según el alcalde Carlos Ocariz— luego de que la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) convocara a un trancazo en las comunidades, en protesta por la convocatoria a Asamblea Nacional Constituyente hecha por el presidente Nicolás Maduro el 1° de mayo.
El cadáver de Carlos fue trasladado directamente a la morgue de Bello Monte a las 11:00 a. m. del mismo día. El Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) tomó las declaraciones de su hermana y, por ser menor de edad, le pidieron que buscara a su familia.
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Sin embargo, después de las 8:00 a. m. los hermanos del joven ya habían recibido la llamada de una vecina, quien lo reconoció y les avisó. Su mamá, María Aranguren, acudió al hospital Domingo Luciani, en El Llanito, pensando que su hijo estaba herido y se encontraba en ese lugar, pero luego sus hermanos constataron que ya estaba en la Medicatura.
“En el Cicpc me dijeron que él era un guarimbero y yo les dije que estaban equivocados, porque mi hijo había salido en camiseta y en mono, con su cédula y la plata en el bolsillo a comprar salado”, contó.
Sus familiares relataron que la situación en Puente Baloa estuvo muy fuerte con los enfrentamientos y señalaron que además de la GNB, había civiles armados. “Era un desastre, los disparos salían de todos lados. Lanzaban lacrimógenas, objetos, todo. En el Liceo San Lucas había clases y trataban de desalojar a los adolescentes, hubo mucha violencia”.
El joven trabajaba vendiendo chucherías en las camioneticas y por esta razón era muy conocido en la zona. Dejó huérfanos a dos hijos, de 11 y 7 años, y era el mayor de 16 hermanos.
“Si uno participa en una marcha no se puede llegar a ese extremo de violencia, mientras estaba en el Cicpc vi a una señora llegar herida, le habían metido un botellazo en la cara. Deben tomar en cuenta que las marchas no pueden disparar, eso duró horas, a él lo recogieron rápido”, añadió su madre.
¿Quién disparó?
César Pérez, padre de Carlos Eduardo, exigió a las autoridades que se investigue de dónde provino la bala que mató a su hijo mayor, ya que en la zona había GNB, grupos paraestatales y personas disparando desde las viviendas.
Quiero saber de dónde provino ese disparo que mató a mi hijo, matan a inocentes y le echan la culpa a cualquier persona”, soltó.
El Ministerio Público ha registrado al menos 30 fallecidos durante protestas o en sus adyacencias, aunque en su portal web tienen la información con nombres y apellidos hasta el número 29.
Pese a esto, la noche del martes 2 de mayo fue asesinado Yonathan Quintero, de 21 años, en el sector Villa Floira de Valencia, estado Carabobo, y fue designado un fiscal para la averiguación de los hechos.
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Tres hermanos asesinados
Con el homicidio de Carlos Eduardo, suman tres los hermanos asesinados en Petare.
Hace ocho años, asesinaron en El Llanito a un hermano de la víctima para robarle un reloj. El joven respondía al nombre de César José Pérez y tenía 20 años. Aunque su homicida fue detenido, los parientes denunciaron que pagó para quedar en libertad.
Seis meses después de la muerte de César, ultimaron a Kelvin Orlando Pérez, también de 20 años, quien le reclamó a un amigo porque le debía dinero a César. El aludido respondió que su deuda era con el hermano fallecido (César), de modo que no tenía porqué pagarle a Kelvin, y entonces se produjo una discusión que derivó el muerte del joven.
Fotos y video: Yohana Marra
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