Cerca de 20 % de la flota de transporte de carga está operativa y el resto paralizado por falta de demanda o porque se utiliza para reparar otras unidades. Los productores rematan las cosechas para no perderlas por el poco consumo que hay, que los obliga a descapitalizarse.

Caracas. La producción nacional y la cadena de suministros aún sufren los embates de la crisis económica, con todo y que se estima que 2022 cierre con crecimiento según analistas y firmas. Como el consumo sigue siendo mínimo, productores y prestadores de servicios como transporte reducen sus precios para evitar perder.

El agro, las industrias y el transporte de carga están entre los más afectados por la poca capacidad de consumo de la población, principalmente debido a como se interrelacionan esos sectores, y se enfrentan no solo a ese factor sino al aumento del costo de la vida -que impacta en los salarios de sus trabajadores- y de los costos de producción, como el combustible, los repuestos y los fertilizantes.

Los productores primarios no logran vender sus cosechas a precio de producción, explica a Crónica.Uno el presidente de la Confederación de Productores Agropecuarios (Fedeagro), Celso Fantinel.

El productor cuenta que en el sector agrícola se pierde actualmente entre 40 % y 45 % de su capacidad de ingresos por el estancamiento del consumo, que hace que se pierdan alrededor de 30 % de las hortalizas que se producen en el país. Comerciantes y supermercados reportan que la demanda es baja y ello obliga a los productores a rematar las cosechas para no perderlas.

El volumen no se ha recuperado

Tarek Bahsas Cass, presidente de la Cámara de Transporte del Centro (Catracentro) cuenta a Crónica.Uno que actualmente la capacidad instalada de carga excede a la demanda y obliga a que los transportistas disminuyan los precios de fletes “por supervivencia y sacrificando el mantenimiento de las unidades”.

Catracentro estima que solamente cerca de 20 % de la flota de transporte se encuentra operativa y el otro 80 % está “comprometido”, bien sea porque se ha “canibalizado” para reparar otras unidades o porque está parado por falta de carga.

Sales al mercado con 20 unidades y resulta que solo hay demanda para dos o tres (…) Ese espejismo de los bodegones no produce carga; el parque industrial, en su conjunto, no está operativo y de él depende parte importante de la carga que transporta el sector, explica Bahsas Cass.

De acuerdo con el último estudio hecho por la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria), en el primer trimestre de 2022 el sector solo operaba a 27,6 % de su capacidad instalada y el más operativo era el de alimentos, bebidas y tabacos (31 %). Además, 7 de cada 10 industriales consideran que la baja demanda nacional es uno de los factores que impactan en la producción, junto con la falta de financiamiento.

Descapitalizarse para no perder

Celso Fantinel, de Fedeagro, señala que, para acarrear las pérdidas que puede producir tener que vender por debajo de lo ideal. hay productores que se descapitalizan vendiendo carros o propiedades y así “poder seguir”.

En el caso del transporte de carga, Bahsas Cass menciona que la “canibalización” de unidades ya entre los transportistas al momento de buscar formas para sostenerse financieramente, muchos con la esperanza de sobrevivir y de que se revierta la situación de precariedad y bajo consumo y demanda actual.

El sector va en deterioro. Hemos perdido mucha capacidad de respuesta y flujo de caja. Dicen no me importa sacrificar las unidades porque necesito solventar una situación y es algo que no ves ahorita porque el volumen de carga aún está en estado crítico, dice el presidente de Catracentro.

La falta de créditos también limita el rango de maniobras de quienes producen o prestan servicios en el país. Conindustria revela en su última encuesta de coyuntura que 55 % de las empresas del sector planificará sus actividades con autofinanciación en 2022 y solo 26 % planifica acceder a préstamos y líneas de créditos.

De acuerdo con cálculos privados la cartera de créditos actual representa tan solo 4 % de lo que requieren la economía y los sectores productivos.

El estado de precios y producción en el agro

En medio de la complejidad de la economía venezolana, la depresión del consumo, si bien se ha recuperado, es solo una de las aristas que afectan a la producción de alimentos. Hasta mayo de este año, la industria de alimentos reporta 34 % de incremento, pero los rubros se mantienen en números desfavorables.

Fedeagro estima que uno de los productos que ha logrado recuperarse es el de la azúcar refinada, con 20 % de incremento en su producción (alrededor de 300.000 toneladas de azúcar en 2022) y proyecta otro 23 % el próximo año. Los precios también se han recuperado gracias a la aplicación de aranceles a su importación.

Sin embargo, el presidente del gremio Celso Fantinel destaca que rubros como el arroz y los granos mantienen cifras mínimas de producción y precios, como consecuencia de políticas gubernamentales favorables a su importación, y las hortalizas compiten sus pares que entran por contrabando desde Colombia, donde hay mayor consumo y tecnología que les permite abaratar costos.

Entre las cifras de capacidad operativa, según Fedeagro a falta de cifras oficiales, destacan:

  • 50 % de la capacidad de producción de maíz (que solo abarca a 25 % de las necesidades).
  • 40 % en caña de azúcar.
  • 40 % en hortalizas.
  • 30 % en arroz.
  • 15 % en granos.

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