El fin de semana de flexibilización plus resultó ideal para cientos de visitantes de la capital de la República, quienes pudieron disfrutar del sol y la arena en las playas del Litoral Central, tras siete meses de cuarentena por la COVID-19. Trabajadores playeros indicaron que, pese al movimiento de bañistas, sus ventas no fueron las esperadas.

La Guaira. Durante el pasado fin de semana de flexibilización plus, cientos de temporadistas procedentes de Caracas aprovecharon para disfrutar del sol y la arena de las playas del Litoral Central, especialmente las del oeste de la entidad.

Pese a la amenaza de lluvia, desde tempranas horas de la mañana los visitantes llegaron a las ensenadas marinas de Catia La Mar y Maiquetía, donde se habían desplegado operativos de bioseguridad por parte del Instituto Regional de Turismo de la Gobernación de La Guaira, con el apoyo de las policías regional y municipal.

“Ojalá no nos llueva porque tenemos siete meses de cuarentena, esperando a la gente de Caracas para atenderlos en las playas”, dijo María Eugenia López, encargada de un local de comida en Playa Verde, en Catia La Mar, donde se solicitaban las empanadas de pescado.

Los bañistas visitaron también otras playas del Litoral Central como: Vasito, Marina Grande, Q-lito, Puerto Viejo, La Zorra, el balneario de Catia La Mar y Mare Abajo, esta última en Maiquetía, cerca de la zona primaria del puerto de La Guaira.

Amuñuñados por un dólar

Contrario a lo que se esperaba, no se observaron largas colas de vehículos en la autopista Caracas-La Guaira, pero sí la circulación de buses de las distintas líneas de transporte privado y públicas que cubren la mencionada ruta, los cuales llevaron a los bañistas hasta las playas.

Nos vinimos con los chamos y los abuelos en un bus rojito, con el pasaje a 15.000, todos amuñuñados con el tapabocas, pero llegamos felices aquí al balneario de Catia La Mar. Por fin, no nos va a matraquear la policía por bañarnos en la playa”, comentó Alirio Domínguez, quien vive en Los Magallanes de Catia.

Alirio y los suyos, así como otros visitantes, tuvieron que someterse al protocolo de desinfección y toma de temperatura del personal de salud antes de entregarse a los placeres del mar Caribe.

las playas del Litoral Central
Trabajadores playeros indicaron que las ventas no fueron las esperadas. Foto: Cortesía Mirna Montemayor

En este balneario y en otros, las playas estuvieron abiertas hasta las cuatro de la tarde, cuando los funcionarios policiales recomendaron el abandono de estos sitios recreativos. No obstante, algunos no acataron el llamado y continuaron el festejo en la denominada “cinta costera”, un espacio recreativo promocionado por la gobernación litoralense en el sector Punta de Mulatos de La Guaira. 

No pocos temporadistas se quejaron de la dolarización de los servicios y la oferta gastronómica en las playas del Litoral Central: alquilar dos sillas y un toldo cuesta el equivalente en bolívares a cinco dólares; comerse dos empanadas y gestionar un puesto de estacionamiento para un vehículo valían un dólar, respectivamente, mientras que pedir un plato de pescado frito con tostones y ensalada rondaba los ocho dólares.

“Todo cuesta como mínimo un dólar y aunque puedas pagarlo en divisas, efectivo en bolívares o en pago móvil, resulta muy costoso para una familia”, dijo Rubén Atilano Sifontes, quien jugaba con su pequeño en la playa de Mare Abajo y, además, miraba el reloj para regresar a Caracas con la luz del día.

En los balnearios playeros de Macuto, Camurí Chico, Caraballeda, Los Corales, Naiguatá, Camurí Grande, Punta Care y Anare hubo menor afluencia de “temporadistas”, que en su mayoría prefirieron broncear sus cuerpos antes que cancelar la referida cantidad de dinero por un toldo y dos sillas, los cuales fueron ubicados tomando en cuenta la medida de distanciamiento social.

Traer todo de sus casas

Aun con la apertura tras la cuarentena radical, los trabajadores playeros, dueños de posadas y hoteles manifestaron que sus ventas no fueron las proyectadas inicialmente. 

“Hay muchos que seguirán viniendo a las playas y se traerán todo lo que consuman desde sus casas. Uno entiende que las cosas no están bien económicamente”, señaló un vendedor de artículos playeros en el Paseo de Macuto.

En este sentido, algunos comerciantes de esta zona turística manifestaron su preocupación por la incertidumbre de no saber si durante el próximo fin de semana los dejarán trabajar.

Al final de la tarde y ya en horas de la noche de este domingo 25 de octubre, se reportó una fila de vehículos, motos y autobuses desde la plaza El Cónsul de La Guaira hasta el primer túnel de la autopista Caracas-La Guaira en sentido hacia la capital de la República.


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