Caficultores en Lara obligados a secar el grano con leña en detrimento del producto

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Los caficultores del municipio Morán, en el estado Lara, pierden casi 80 % de sus cosechas por falta de combustible y otros insumos. Aseguran que están trabajando a pérdida, ya que los costos de producción son extremadamente elevados y además deben lidiar con los intermediarios y las mafias que se aprovechan de la crisis del combustible. Cuentan que una de las formas para secar los granos es con el humo de la leña, pero esta técnica afecta el sabor del café.

Barquisimeto. La cosecha en la zona caficultora de Lara sigue su curso en una situación nada alentadora, principalmente por la falta de combustible y escasez de insumos. El aumento excesivo de los materiales hace que los productores del café trabajen a pérdidas significativas, y esta situación, en muchas oportunidades, los ha obligado a abandonar sus fincas para migrar a las ciudades.

Maximiliano Pérez, miembro de la Asociación de Caficultores de Venezuela, indicó que no hay cifras creíbles sobre la producción del café. Y enfatizó que desde que comenzó el actual sistema político-económico en el país se perdieron todas las estadísticas del Ministerio de Agricultura y Tierras.

En el año 2004 hicimos un plan de siembra del café y tuvimos que trabajar con cifras de 1997 del extinto Fondo Nacional del Café porque ya el Ministerio de Agricultura y Cría, de ese entonces, no tenía estadísticas”.

En este sentido, la asociación que agrupa al sector cafetalero en Venezuela toma como índice para este año unas declaraciones que hizo el Sindicato Nacional del Café el 22 de enero de 2016, y en las cuales el sindicato aseguraba que en Venezuela se había perdido la producción del café en 94,2 %; asimismo, sostenían que en ese momento habían procesado industrialmente tan solo 5,8 % de 1100 quintales de café.

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Maximiliano Pérez, miembro de la Asociación de Caficultores de Venezuela

“Si tomamos esas cifras, que ellos mismos dicen que procesaron, nosotros calculamos que para 2016 no se estaba produciendo más de 100.000 quintales de café”, afirmó Pérez, quien agregó que siendo muy optimistas, este año la cosecha se cuantifica aproximadamente en unos 200.000 quintales, según la asociación, “pero las informaciones que hemos tenido en estos últimos días, da cuenta sobre la pérdida de la cosecha y que el café está saliendo de una pésima calidad”.

El productor hace un llamado de atención al país porque, aunque Lara produce la mayor cantidad de café en el país, el mejor producto viene del Valle de Mocotíes, municipio Pinto Salinas, Santa Cruz de Mora, Tovar y zonas adyacentes del estado Mérida. Pero por el problema de la vaguada que hubo en septiembre de este año, el caficultor afirma que la gente está desesperada y los cataloga como “los damnificados del café”. No hay ninguna perspectiva de tener una cosecha siquiera aceptable.

Con respecto al secado del grano, comentó que los productores lo están haciendo a leña, pero entre el humo y el calor incontrolable que produce el fuego ocasiona un café de una calidad inaceptable. Esta solución es poco amigable, no solo para el caficultor sino que aumenta la devastación ambiental en zonas de gran fragilidad ecológica.

Además, la situación de los caficultores es cada día más desesperante pues también están padeciendo, aparte de hambre, desnutrición, parasitosis, enfermedades como lumbalgias —pues la cosecha no es mecanizada— afecciones cardíacas, depresión y accidentes cerebrovasculares, estos dos últimos posiblemente relacionados con la pérdida de gran parte de su inversión y sus cosechas, por lo que no pueden honrar sus deudas.

Hablan desde el campo larense

Adentrarse al campo caficultor larense podía ser en otros tiempos una experiencia soñada, pero actualmente, el paisaje es deprimente. Grandes cantidades de café en el piso, secándose al sol a orillas de la carretera y productores tratando de salvar lo más que puedan; incluso humaredas de leña en cualquier parte, secando el café también de esa manera. El productor ha tenido que ingeniárselas para que el golpe económico no sea tan fuerte y puedan proveer a las familias de su sustento básico.

Esta otra modalidad de secado con el sol tampoco es rentable para los caficultores, pues la forma correcta de hacerlo es con hornos que funcionan con gasoil, pero es muy poco el que se consigue, y la gente a la que le llega el combustible, en su mayoría intermediarios y los llamados “bachaqueros”, lo vende a un precio astronómico.

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A lo largo de la vía se ven grandes cantidades de café secándose al sol

Juan Santeliz, productor cafetalero del municipio Morán del estado Lara, conversó con el equipo de Crónica.Uno y contó que esta crisis se da desde 2012. Aseguró que, si bien el gobierno de Hugo Chávez fue el que más dinero le inyectó al café en 2004 con la puesta en marcha del Plan Café, sistema que buscaba incrementar la superficie de siembra y el rendimiento por hectárea del producto, no se hizo un control serio.

En ese octubre de 2004, Chávez informó que serían incorporadas 50.000 nuevas hectáreas para el cultivo de café, con las cuales para 2007 la superficie de siembra del rubro sería de 200.000 hectáreas. En 2008, le otorgaron a los caficultores créditos de 10.000 bolívares por hectárea a cada productor —el monto podía compararse con el sueldo mensual de un profesor universitario, que era de 2000 bolívares en ese entonces.

Santeliz cuenta que esos créditos los dieron a diestra y siniestra, sin supervisión, sin control y, peor, sin asesoramiento. No hubo contraloría de los recursos otorgados por parte del Estado y todo se perdió.

Lo digo porque yo también fui beneficiario de esos créditos y fui uno de los pocos que pagó. Recuerdo que andaban unos técnicos con una lista incalculable de deudores, porque la gente no pagó, sencillamente porque no hubo control, fue mal procedido ese plan café”.

¿Cuánto es el costo de producción de una hectárea de café?

“Una pipa de gasoil la venden en 150 dólares. Con dicha pipa, que son 200 litros, usted puede beneficiar, es decir, tillar (quitar la cáscara), despulpar y secar 20 quintales de café. Y le digo, un quintal es un saco que pesa 46 kilos”.

Los caficultores sacan sus cuentas con preocupación, ya que los costos de los insumos han aumentado notablemente y no les alcanza para sembrar la cantidad necesaria: una planta de café cuesta 0,25 centavos de dólar, y para lograr los 30 o 40 quintales de café por hectárea necesitan sembrar 5000 plantas por cada mil metros cuadrados de terreno.

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Cada planta de café cuesta 0,25 centavos de dólares. Se necesitan 5000 plantas para cosechar una hectárea. Foto cortesía

“Y si estamos produciendo con estos niveles tan bajos ahorita de 6 o 10 quintales promedio por hectárea, no da la base porque el café lo están pagando en 80 dólares por saco, lo que da un total de 2400 dólares, la venta de 30 quintales de café”.

Los caficultores cuentan con un aproximado de 3350 dólares la inversión por hectárea, sin contar el precio de las plantas de café. “Todo eso nos deja una pérdida de 450 dólares. No nos da la base”, argumentó.

Santeliz relató que la producción ideal de café debería ser de 40 quintales por hectárea, pero desde hace mucho tiempo ellos están en un rango de 5 a 10 quintales por hectárea, en promedio nacional, debido a la falta de procesos adecuados como la aplicación del paquete tecnológico correspondiente, es decir, tres fertilizaciones al año, la poda y la limpia, los cuales no son posibles por la falta de gasoil.

Actualmente, no hay una política seria en cuanto a la producción del café, asegura Santeliz, pues está convencido de que en Venezuela no hay control de nada. “El intermediario, solamente por comprar y pasar el café de un carro a otro se gana entre 10 y 15 dólares, es decir, revende cada quintal en 90 o 100 dólares. Y nosotros los productores, que nos pasamos todo un año cosechando, vemos pocas ganancias o casi nulas en un año”.

En la parroquia Villanueva del municipio Morán, zona cafetalera más grande de Lara, viven aproximadamente 15.000 familias y todos están en plena cosecha, agarrando lo poco que pueden. De paso, Santeliz asegura que la cosecha de este año no es muy buena, porque “no cuajó bien la flor que hubo entre marzo-abril y ahora estamos sufriendo las consecuencias: estamos recogiendo poco café”, sentenció.

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Así es el proceso de beneficiado del café, con máquinas a gasoil

Santeliz también afirma que si el café no se despulpa el mismo día para secarlo al día siguiente, se fermenta, se pudre y pierde calidad.

Acotó que la mayoría de los caficultores están terminando la zafra del producto de este año porque no se logró una buena cosecha. “Eso afectará notablemente la comercialización y habrá escasez de café, entonces el Gobierno va a comenzar a importarlo”. Dijo además que quien tenga los permisos, va a comenzar a traer café de otros países, que puede ser de dudosa calidad.

Venezuela exporta café a Cuba

El gobierno de Nicolás Maduro asegura que actualmente el consumo de café se ubica en 2,4 millones de quintales, sin embargo, la Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios de Venezuela (Fedeagro) afirma que no se están produciendo 30 quintales por hectárea, cifra que sostienen los funcionarios gubernamentales.

Fedeagro advierte que la cosecha continúa de forma descendente y las cifras que ofrece el Gobierno no se adecúan a la realidad. La confederación da cuenta de 140.000 hectáreas sembradas y tal vez 3 quintales cosechados por hectárea. Estas cifras no concuerdan con las 227.000 hectáreas ofrecidas por el Gobierno a través del Ministerio de Agricultura y Tierras.

Otro tema que Juan Santeliz destacó es que el Gobierno abrió las exportaciones de café “y el mejor cafecito que está saliendo se lo están llevando para el extranjero, y están dejando en Venezuela el peor”.

De acuerdo con esa información, el 25 de agosto de 2021, Wilmar Castro Soteldo, ministro de Producción Agrícola y Tierras de Venezuela, dijo durante una intervención en el programa Miércoles Productivo que el país produce más quintales de café de los que consume y mencionó la posibilidad de exportar este rubro en un futuro cercano.

Ese día, Castro Soteldo aportó algunos datos para soportar su teoría de exportación, y aseguró que hay 220.000 hectáreas de café sembradas que producen, en promedio, 28 quintales de café por hectárea. Señaló que los datos de consumo per cápita en el país son de 3,2 millones de quintales de café, lo que dejaría 1.189.000 quintales como potencial de exportación.

Además, por medio de un acuerdo suscrito con el Grupo Valenjes C.A., ubicado en el estado Miranda, el 10 de agosto de este año, se despacharon 150 toneladas de café desde La Guaira hacia La Habana, Cuba. De acuerdo con la información aportada por el Ministerio de Economía, Finanzas y Comercio Exterior, esa exportación forma parte de un contrato firmado en 2019, que contempla el envío de 4000 toneladas de café verde natural a la isla caribeña.

En el portal de este ministerio se informa que esas 150 toneladas de café son, en este año, la segunda exportación hacia esa isla. El primer envío fue de 75 toneladas.

¿Está el Gobierno apoyando a los caficultores?

Hemos visto que la gente de Fedeagro ha tratado de cuadrar con el Gobierno algunas medidas que nos beneficien, pero han hecho caso omiso a esa problemática. No veo ningún resultado. No veo que vengan a reunirse con los productores. Aquí el Gobierno se reúne con los intermediarios y los monopolios del café; y al productor primario no lo toman en cuenta”.

En las zonas cafetaleras se ven situaciones difíciles. Santeliz afirma que aunque en el campo no se pasa casi hambre porque se puede sembrar cualquier cosa, no tienen una alimentación balanceada, lo que incide mucho en el aumento de la desnutrición. Además está la desmejora de las condiciones de vida de muchas familias del café, que viven en ranchos de bahareque con piso de tierra, cocina de leña, la mayoría sin energía eléctrica y sin letrinas.

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Los caficultores en el estado Lara han desmejorado su calidad de vida, producto de la crisis socioeconómica y las pérdidas en la cosecha del café.

Mucha gente se ha ido del campo, ha abandonado las fincas, las han vendido porque realmente no han podido y eso aumenta los cordones de miseria en la ciudad. La crisis nos ha golpeado durísimo a todos los productores, sin excepción”, expresó.

El productor cafetalero recordó que en una oportunidad les ofrecieron unas viviendas y no se las hicieron, y no volvieron a darle crédito a los productores. Además las carreteras están inservibles, y esto ha ocasionado que quienes quedan en los campos ya no salgan a los pueblos cercanos, porque saben que perderán 15 días o más en las colas para echar gasolina en Guárico.

“Aquí no hay un ente que regule la situación, no hay gobierno, pero los productores insistimos porque a pesar de lo que estamos sufriendo, seguimos luchando. Los caficultores somos valientes y no queremos perder nuestra unidad de producción, además de que es el patrimonio de nuestros hijos”.

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